Revista Cultura y Ocio

Erasmo de Rotterdam conoce a un "genio universal"

Por Ladycaroline

Erasmo de Rotterdam (1466/69 - 1536). Retrato de Hans Holbein (1523)
En 1499, Tomás Moro acompañó a Erasmo a visitar a los hijos de Enrique VII y Elizabeth York en el palacio de Eltham. Entonces, el príncipe Enrique solo tenía ocho años de edad, sin embargo, ya demostraba poseer un nivel cultural superior a los chicos de su misma edad. A raíz de recibir del joven príncipe misivas redactadas en Latín, Erasmo quedó desconcertado y decidió finalmente ir a conocer a ese niño tan erudito. El humanista holandés sospechaba que los perceptores del príncipe le ayudaban a escribir las cartas, y más adelante se llevó una grata sorpresa al descubrir por Lord Mountjoy, discípulo suyo y mentor del pequeño Enrique, que era obra del niño y de nadie más. Posteriormente se sentiría halagado al presenciar que el estilo de Enrique imitaba el suyo ya que en tu tierna juventud había leído varios de sus libros.
Enrique VIII cuando era niño (1498)
A Erasmo le impacto la desenvoltura del niño y éste, la inversa, apreció el nuevo latín, simplificado y racional, que proponía el sabio Erasmo. No obstante, el escritor de Elogio de la Locura también pudo constatar por sí mismo el temperamento avasallador que daría muestras Enrique VIII en su edad adulta. Sin importar el protocolo reinante en la época, se presentó ante el pequeño sin versos laudatorios (Thomas Moro, por el contrario, llevaba los suyos bien preparados). El joven príncipe comprendió la situación, aunque no consintíó semejante desdén. Se suponía que él era el futuro de la casa Tudor y merecía todo tipo de alabanzas. No olvidemos que entonces era el segundo en la línea sucesoria y le habían otorgado el título de duque de York, solo detrás de su hermano Arturo, príncipe de Gales. Enrique insistió que le complacería tanto leer un homenaje suyo que Erasmo pasó los tres días siguientes escribiéndolo hasta tenerlo listo. Como el erudito reconocería más tarde, "en parte por verguenza y en parte por vejación". Erasmo, que en modo alguno era adulador, llamaría a Enrique VIII, "genio universal" cuando avanzaran en su relación, impresionado por la variedad de sus talentos. Representaba en su opinión, el ideal de príncipe renacentista.
Bibliografía:
Weir, Alison: Enrique VIII el rey y la corte, Círculo de Lectores, Barcelona, 2004.
Dossier sobre Enrique VIII (El joven Tudor, escrito por Julián Elliot).Revista Historia y Vida, nº500, Noviembre de 2009.

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