Revista Música

Ere que ere

Publicado el 17 febrero 2011 por Enriquealcina
Ere que ere La viñeta de Forges habla en cuarta persona del plural, ni que la hubiese creado pensando en los hombres azules. Estamos rodeados de hombres azules. Y de sus lazarillos. Ere que ere, en la radio suena un anuncio de una empresa sin escrúpulos que ofrece amenos cursos de formación. ¡Trabajo basura asegurado! Mencionan los oficios que, precisamente, se han cargado con estulticia y malas artes gráficas. Cinismo en do mayor. Aligeramos las plantillas por el lado más débil y productivo. Montamos el negocio del paro con la complicidad de administraciones y entidades financieras, trincamos la subvención, mareamos al personal y, al fin, se produce el birlibirloque, política de hechos consumados, cifras maqueadas y a huir hacia adelante. Reinventado el futuro imperfecto. Reinventando, maldita expresión en boga que acaso ha reemplazado a la también odiosa expresión "proyecto sólido". Ante la falta de liquidez, miles de millones medio privados, medio públicos, pendientes de pago, por así decirlo, tiremos por la middle in the street, reinventemos la poca vergüenza. Eufemismo de la Frontera, capital del Mangoneo.Llevan años perpetrando eres camuflados, jodiendo la vida a jóvenes y veteranos. Y ahora brindan su desinteresado apoyo, ya venden entradas para la catástrofe final. Estos hombres azules desembarcaron tiempo atrás, incrustados entre siglo y siglo, para poner en práctica siniestros planes, el sálvese quien pueda y sus derivados. Limpiaron la escena a conciencia. Sus hombrecillos grises se encargaron del trabajo sucio con suma destreza. Metieron miedo. Urdieron hermosas estrategias de confusión. Acoso y derribo, caña y barro, guerra y pan. Hambre pa mañana. Qué panorama, tío, ahora aparece en la tele el político chaquetero autoproclamándose ladrón mayor del reino, fuertes dolores en el cospedal, y luego saldrá el cuñao del primo del baranda mostrando sus credenciales falsas, ante la admiración general del publiquito asqueado. Palabras más, palabras menos, la vida nuclear a punto de estallar en pedacitos de sol naranja. Atasco monumental en pleno cruce de acusaciones. El concejal sigue asfaltando sus pensamientos más chungos. Reinventando a fondo perdido con patente de corso. Demasiados gerundios.

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