Revista Cuba

¿Eres Girondino o Jacobino?

Publicado el 02 noviembre 2015 por Yusnaby Pérez @yusnaby
PostGirondinos

Si yo les hiciera esa pregunta a ustedes, la gran mayoría no sabría qué les estaba preguntando, o no sabrían que responder. Tendrían que buscar en Google. Y aquellos que tuvieran un conocimiento un poco más profundo de historia, pensarían que el que esto escribe se había vuelto loco. Mis amigos pensarían que tenía un grave problema psicológico que debería ser atendido de inmediato y contactarían a mi familia y algún cubano docto en expresiones criollas diría que “me había caído  comején en la azotea”, pero nadie pensaría que yo estaba haciendo una pregunta razonada.

Y sin lugar a dudas pocos responderían la pregunta. Antes de seguir adelante voy a hablar brevemente de ellos. En la Asamblea Legislativa de la Francia de 1791, había un grupo político integrado por jóvenes diputados provenientes del departamento de la Gironda en el Sur de Francia, a los que se denominaba Girondinos. Eran pacifistas, legalistas y reformadores con ideales muy avanzados para su época.

Favorecían la eliminación de la monarquía pero sin recurrir al uso de la fuerza y aprobaban negociar un acuerdo con la Monarquía a fin de reducir el poder real. No apoyaban el sufragio universal y consideraban que las clases de menos recursos, al no pagar impuestos no debían tener derecho ni a voz ni a voto. Los Girondinos consideraban sensato aliarse con la burguesía y la nobleza, que aceptaban limitar el poder real a cambio de aliarse a un grupo que pudiera defender sus intereses y privilegios ante la presión de los movimientos populares.

En la asamblea también estaba el grupo denominado Jacobinos porque hacían sus reuniones en el convento de la orden de los Jacobinos. Eran radicales y extremistas, estaban bien organizados y tenían el respaldo del Consejo de Paris. Sus integrantes eran profesionales y pequeños propietarios y buscaban eliminar completamente la monarquía y proclamar una república donde existiera el derecho al sufragio universal.

Independientemente del epílogo histórico donde triunfaron por la fuerza los Jacobinos liderados por Robespierre y donde la mayoría de los Girondinos fueron juzgados y condenados a morir en las Guillotina, lo relevante para esta columna es lo que sigue.

En las deliberaciones de la asamblea los Girondinos se sentaban a la derecha y los Jacobinos a la izquierda. Ahí es donde se origina el término derechista e izquierdista, simplemente por el lugar donde se sentaban, a la derecha o a la izquierda de la asamblea.

Noten esto. Si mi pregunta hubiera sido ¿Eres derechista o eres izquierdista? Casi todos me hubieran contestado. Pero usar un término basado en el lugar donde se sentaban unos grupos para denominarlos, es tan absurdo como la política de Estados Unidos de los Pies Secos y los Pies Mojados. Son términos que no valen nada para clasificar objetivamente a las personas.

El término en sí, no tiene un valor absoluto y depende de donde pongamos el centro. ¿A la derecha de qué o de quién? ¿A la izquierda de qué o de quién? Cada quien tiene su propia definición de lo que es un izquierdista y un derechista y eso lo han venido utilizando los políticos para su beneficio al momento de desacreditar a sus oponentes. Por ejemplo, muchos mencionan que el presidente Barack Obama es izquierdista. OK, ¿a la izquierda de quién? Usando los criterios que ellos siguen, Obama estaría a la izquierda de Marco Rubio pero a la derecha de la canciller alemana Ángela Merkel.

A nadie se la ha ocurrido acusar a Ángela Merkel, Demócrata Cristiana, de ser comunista. Entonces porqué se acusa a Obama de ser marxista si está “a la derecha de Merkel”. Y de la misma forma como se clasifica a Obama, se clasifica a cualquier persona y hasta a partidos políticos completos.

Pero utilizar ese tipo de términos para encasillar ideológicamente a las personas es absurdo. A las personas hay que evaluarlas por sus principios, por lo que creen, por sus ideas políticas específicas.

Y caemos en paradojas. Los que se oponen al aborto son derechistas y los que apoyan el derecho a la salud universal son izquierdistas. Entonces, ¿yo que soy? Yo me opongo a los abortos pero apoyo el derecho a la salud universal. ¿Soy acaso un hermafrodita ideológico?

Y peor cuando caemos en definiciones vagas como cuando decimos que los derechistas apoyan un estado pequeño. Ahora traten de definir lo que quieren decir con pequeño y verán que no se puede porque es un término muy subjetivo. La política tiene que ser objetiva y no subjetiva, por eso el uso de los términos derechista e izquierdista no conduce a nada.

En mi Blog yo tengo publicado mi credo personal. En el mismo menciono que me opongo a los abortos y aparte escribo: “Creo en la Democracia, la división de poderes y el pluralismo. El pueblo debe tener el derecho a elegir sus gobernantes a través del voto directo y secreto” y también escribo “Creo en la propiedad privada, la economía de mercado, la libre empresa y apoyo el Capitalismo Social” y añado que “Apoyo la libertad de comunicación, el libre flujo de información y el uso irrestricto e ilimitado de la Internet”. Los que lean eso dirían, Jorge Ros es Derechista.

Pero en mi Blog también pongo que estoy a favor de la eliminación del embargo norteamericano contra Cuba, menciono que apoyo el uso de métodos anticonceptivos y añado que “Apoyo los derechos de los homosexuales, y me opongo a toda discriminación por razón de la preferencia sexual de una persona” y también escribo que “Apoyo un Cambio para Cuba y favorezco una reconciliación entre todos los cubanos”. Los que lean esta parte podrían decir que Jorge Ros es un izquierdista y algunos más radicalizados añadirían que es un traidor y un comunista.

Entonces, ¿que soy? ¿Girondino o Jacobino? ¿Derechista o Izquierdista?

Y la respuesta es que ni a mí ni a nadie se nos puede encasillar en términos que no son absolutos y que están sujetos a la interpretación subjetiva de alguien. Y lo más grave es que algunos lo utilizan para desinformar y lo aprovechan para destrozar la reputación de sus “rivales” políticos a los consideran enemigos, y permítaseme aclarar que en una democracia los que piensan diferente no son enemigos sino adversarios.

Pero muchos cubanos siguen viviendo como en el siglo XVII. Encasillan a las personas y cual buenos Jacobinos condenan a la guillotina a aquellos que no piensan como ellos.

Creo que ya es momento de dejar de utilizar esos términos que ni definen ni nos llevan a nada, y mucho menos usarlos de manera derogatoria. Todos los cubanos, pensemos como pensemos somos hermanos. Por eso no encasillemos a las personas, y hablemos de principios, de conceptos, de problemas, de ideas, de soluciones.

Y aclaro que yo no soy ni Girondino, ni Jacobino, ni Derechista ni Izquierdista.

Soy Cubano, Martiano y apoyo una reconciliación entre todos los cubanos, para que juntos podamos crear la Cuba del futuro. Una Cuba en la que todos los cubanos puedan vivir con libertad, y tengan oportunidades para desarrollarse y prosperar y donde todos puedan expresarse libremente sin temor a que los encarcelen, los golpeen, los marginen o los fuercen a emigrar.

Y si no piensas como yo, que vivan el pluralismo y la democracia.


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