Revista Psicología

¿Eres Superwoman?

Por Yanquiel Barrios @her_barrios
¿Eres Superwoman?

El otro día estuve pensando sobre todas esas mujeres maravillosas, fuertes e independientes que conozco, a las cuales admiro enormemente.

¿Eres Superwoman?

Pensando, observando y hablando con ellas, extraje conclusiones comunes. Creo que todas tienen mucho de Superwoman. Ocupan un rol en sus vidas, que a veces puede ser difícil de soportar. Y que, como todo en este mundo, tiene mucho de luz, pero también de sombra (aunque a veces no lo parezca).

He tratado de escribir este artículo con mucho cariño y respeto. Y aunque esté en femenino, sé que también hay muchos Superman por el mundo (¡así que sentíos incluidos!)

¡Eres superwoman!

Querida mía... no sé si lo sabes, pero eres Superwoman. Quizás no lleves capa ni sepas volar (por ahora), pero eres toda una heroína del día a día.

Siempre ayudas a los demás y estás ahí cuando te necesitan.

De hecho, hay muchas veces que ni siquiera hace falta que levanten el teléfono y te pidan ayuda, porque estás tan volcada en ellos, que te anticipas a sus necesidades.

¿Eres Superwoman?

No sólo estás dispuesta a echar una mano, sino que además te encanta que cuenten contigo. Disfrutas ayudando y haciéndoles la vida fácil a tus allegados.

Ventajas

No puedes evitarlo, te encanta ayudar a los demás. Y es algo genial, porque no sólo ganan ellos con tus aportaciones, sino que además tu auto-imagen se ve muy beneficiada. Te gusta saberte necesaria y valiosa.

Tener un papel importante en la vida de los demás te ayuda a confiar más en ti misma y a sentirte segura.

Esto te motiva para continuar aprendiendo y conociendo de todo un poco. ¡Así los otros seguirán contando con tu opinión, y confiando en ti!

Es tu motor para esforzarte, para continuar haciendo las cosas tan bien como las haces: poniendo todo tu cariño y tu atención, para obtener los resultados excelentes que consigues.

¿Eres Superwoman?

No sé si te habrás percatado, pero ¡tus seres queridos tienen mucha suerte de tenerte cerca!

Le haces sentir apoyados y seguros en todo momento. Incluso resuelves sus "marrones".

¿¡Cómo no van a desear tenerte en sus vidas!?

Inconvenientes

El problema es que, estar siempre para los otros, hace que a veces te " quemes" y acabes con la energía por los suelos. Lo das todo por ellos, y luego no te queda tiempo ni fuerzas para ti.

¿Eres Superwoman?

Estas situaciones consiguen que te tambalees internamente, que dudes de ti misma y te sientas insegura. Como es lógico, te duele mucho que no tengan en cuenta tu opinión, ni valoren todo ese esfuerzo que haces por ellos... Pero tratas de evitar a toda costa que se den cuenta de cómo te sientes realmente.

Desconexión

Así que muchas veces, sin querer, fomentas que tus allegados se comporten de forma egoísta contigo.

¡Claro! Si nunca te han visto mal (o sí te han visto, pero siempre lo solucionas tú solita sin necesitar a nadie...), es lógico que al final se les olvide que no eres un robot, sino una persona de carne y hueso, que también sufre a veces.

Te encantaría no tener que pedir nada... que los otros supieran detectar cuándo necesitas apoyo, unas palabras de consuelo o un abrazo... Pero suele ser algo difícil leerte y "llegar a ti"... Lo sabes y te frustras. Sin embargo, no eres capaz de bajar esa barrera que te protege.

¿Quizás en el fondo no seas tan fuerte como aparentas? ¿O al menos no a todas horas?
¿Eres Superwoman?

Esto en parte está genial, porque significa que eres buena persona, que no quieres preocupar a nadie y que realmente tienes una gran fortaleza dentro de ti.

Y ya no tanto por lo que vayan a pensar los demás (que también), sino sobre todo, por lo que pensarías tú de ti misma.

Te infravaloras si te descubres estando "mal" y demostrando signos de debilidad.

Pero déjame preguntarte: ¿qué consideras "signos de debilidad"? ¿Qué cosas son las que te hacen sentir demasiado expuesta?

Porque bajo mi punto de vista, para llorar en público hay que ser muy valiente.

Para preguntar lo que una no sabe, hay que ser humilde.

Para pedir ayuda (en su justa medida, sin abusar), hay que ser modesto.

Para aceptar y recibir favores, hay que ser generoso.

De hecho, en todos los casos anteriores, la humildad debe estar presente. Porque sólo reconociendo que somos humanos, que no somos infalibles y que tenemos un lado vulnerable; podremos abrirnos a los demás.

¿Eres Superwoman?

Sólo permitiéndonos tener y expresar esa "zona oscura" podremos ser libres.

Creo que el punto está en reconocer que tenemos derecho a equivocarnos, a cometer errores, a no saber resolverlo todo, y a estar mal a veces.

Es importante confiar en los demás, y aceptar que son capaces de hacer las cosas tan bien como una misma (a veces, incluso mejor).

O que, aunque ahora no sepan, son capaces de aprender y adquirir las habilidades necesarias para llegar a hacer las cosas por sí mismos.

Eso no significará que no nos quieran ni nos valoren. ¡Tampoco nos hace menos importantes ni valiosos! Al revés, será algo que nos una y equilibre nuestras relaciones.

Bueno, no quiero extenderme más de la cuenta en este artículo, pero sí me gustaría seguir profundizando en la psicología que puede haber detrás de Superwoman.

Así que si a ti también te interesa, nos vemos en el próximo artículo.


Volver a la Portada de Logo Paperblog