Lo asumo: soy una mamá introvertida. Necesito un momento a solas cada día para recargar mis baterías. Los días difíciles son, para mí, aquellos en los cuales no tengo "descanso". La falta de un momento de tranquilidad hace que termine el día exhausta y malhumorada.
Las madres extrovertidas, en cambio, necesitan interactuar y experimentar para mantener su energía y buen humor. Son 2 estilos completamente diferentes; cada uno con sus fortalezas y debilidades. Afortunadamente, "las buenas madres vienen en muchos estilos, y no tienes que ser perfecta para ser una buena madre".
Hablando de estilos, yo soy una mamá ISTJ. Podría resumírtelo de la siguiente manera: "Tengo un serio romance con las listas de tareas pendientes. Podría sentarme durante horas a leer, organizar y reorganizar mi agenda semanal".
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