Ermita de San Frutos
Ermita de San FrutosEn el Parque Natural Hoces del Duraton, en un paraje incomparable, se encuentra la ermita de San Frutos. Cuenta la leyenda que en el siglo VIII vivía un Eremita, de nombre Frutos, en una de las cuevas del cañón. Cuando los moros tomaron la zona fueron a buscarle para ejecutarlo, pero Frutos se refugió en el cañón. Tras varios días de búsqueda los moros consiguieron acorralarle en lo alto del cañón, pero Frutos, lejos de amedrentarse, les advirtió de que no pasaran de cierto lugar. Cuando los moros fueron a por él la tierra tembló y se abrió una profunda grieta en el lugar indicado por Frutos, quedando este a salvo.
En este promontorio se sitúa la ermita de San Frutos, a donde se accede por un puente para salvar la grieta. A este eremita se le atribuyen varios milagros, por lo que fue canonizado como santo.
En el siglo XI se construye un pequeño monasterio en este mismo promontorio, que Alfonso VI dona al monasterio de Silos (Burgos) en 1076. Poco después, en el año 1100, el abad de Silos ordena construir la actual iglesia de San Frutos. Es una de las iglesias más antiguas situada al sur del Duero.
Para acceder a la ermita de San Frutos, hay que llegar a Villaseca y tomar una pista sin asfaltar señalizada.
La ermita, situada en un promontorio, junto con las paredes del cañón y la paramera castellana forma un paisaje incomparable.
También es una lugar muy bueno para disfrutar de las especies de aves más sobresalientes del roquedo: buitre leonado, águila real, alimoche, halcón peregrino, chova piquirroja, roquero solitario y en las parameras de acceso hay alondra de Dupont, curruca tomillera, curruca rabilarga, collalba rubia, etc.
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