¡Es genial tener hermanos!

Es común que haya rivalidades entre hermanos y que esto conlleve muchos dolores de cabeza a los padres, pero existen muchos aspectos positivos en la vida de un niño cuando cuenta con la presencia de un hermano, que muchas veces le hace de cuidador, maestro, compañero de juegos, confidente...

¿Qué ocurre cuando en la vida de un pequeño llega un bebé nuevo a la familia? Hay ocasiones en las cuales con la disminución de la atención que reciben por parte de sus padres, los niños puedan adoptar una conducta difícil y perturbadora, sobretodo en edades entorno a los 2 años, puesto que se ven apartados por la llegada del bebé y que este les quite el “protagonismo” que antes tenía. Por tanto estamos hablando de la posibilidad de “celos”, que puede minimizarse continuando con la misma conducta de afecto, cariño y atención (siempre dentro de nuestras posibilidades) que se tenía antes del nacimiento del nuevo hermano/a. Normalmente cuando el hermano/a es mayor, suele adaptarse con más facilidad. 

El comportamiento de los padres entre ellos es clave en la relación entre sus hijos.

Es decir una buena relación entre progenitores, favorece una relación fraterna amigable y cariñosa, puesto que ven como sus padres se responden, hablan y tratan con afecto y respeto, y suelen mantener un comportamiento similar y contar con sus hermanos como un punto de apoyo y compañeros importantes e íntimos. 

Los hermanos/as son importantes por el apoyo emocional que ofrecen, los servicios de cuidado para los pequeños, ya que les enseñan habilidades nuevas. De hecho podemos observar como los hermanos/as menores suelen imitar la conducta del mayor, y con frecuencia admirándoles. Además a nivel educativo, los hermanos mayores sirven hasta como maestros, ayudándole en los deberes y tareas escolares. Pero lo más importante, en el juego, siendo grandes amigos y compañeros, sin olvidar que el juego es básico en los procesos de socialización, aprendizaje, desarrollo del lenguaje y por tanto un correcto y equilibrado crecimiento. Sobretodo como padres, es muy bueno favorecer espacios para que los hermanos puedan compartir tiempo, y que vosotros también os involucréis, compartáis y viváis con ellos la evolución de esta relación, para que sientan parte de un núcleo y un afecto que les hace estar seguros y sobretodo en el cual puedan sentirse bien y queridos.