¿Es importante el diagnóstico?

En salud mental siempre nos movemos por el diagnóstico (la enfermedad mental): Para decidir los tratamientos más adecuados, los centros, si la persona puede trabajar o no, etc. Pero cabe preguntarse ¿hasta que punto es importante el diagnóstico? ¿tiene consecuencias negativas? ¿habría otra forma de plantearse la salud mental?.

El diagnóstico como herramienta

Tanto en la medicina general como en salud mental todo gira alrededor del diagnóstico (el averiguar que enfermedad se tiene) ya que gracias a ello se podrá hacer una previsión de si la persona va a empeorar o no, se podrá elegir el tratamiento adecuado (no trataremos igual una pulmonía que un resfriado), se podrá enviar al paciente al médico especialista adecuado o al centro que se vea necesario... El diagnóstico es, por tanto, una herramienta En salud mental este modelo, importado de la medicina general, se ha acabado imponiendo. Cuando vamos al psiquiatra es casi imprescindible que, tarde o temprano, se nos ponga un diagnóstico de esquizofrenia  depresión, trastorno bipolar, distimia, fobias, trastorno esquizoafectivo, u algún otro que, en general, vienen recogidos en el manual DSM.Es solo cuando existe diagnóstico cuando se decide si se trata o no de un trastorno mental severo, que tipo de tratamiento se debe llevar a cabo y si es adecuado algún centro concreto. El diagnóstico es por tanto el punto de partida de todo el sistema de salud mental.
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