Revista Opinión

Es la hora de los malditos

Publicado el 11 junio 2015 por Elturco @jl_montesinos

Piaba el otro día mi admirado Trasgo en Twitter algo que me cada vez me parece más evidente. Me gusta que alguien coincida conmigo. No que lo haga siempre. Una vez. O dos. De cuando en cuando.

@jl_montesinos @Cris_Segui_ Ya nos mataremos entre nosotros luego, pero urge acabar con esa peste de pensamiento único

— Carlos Esteban (@CarlosEstebanRD) June 9, 2015

Visto el panorama, hay que ponerse las pilas. Las alkalinas. O las baterías de coche. Cómo está el patio, oiga. Carmena, Colau, Iglesias, ahí van plantando huertos en sus tejados. Planificando embestiduras al más puro estilo de Adolf. O de Iósif.  Que lo mismo son.

El PP y el PSOE deambulan moribundos. Pacto aquí. Pacto allá. Maquíllate. La gangrena de la  corrupción sigue inexorable. Han sido, son y serán dos bandas de forajidos. Como CiU o el PNV. Allí dónde hay poder, hay corrupción. Impepinable.

Y no me diga usté, querido, que Ciudadanos es un soplo de aire fresco. Son más de firmar papel mojado. De proponer estética. Pacto aquí. Pacto allá. Maquíllate. Maquíllate, pero menos que son más jóvenes y más cool. Y no me resisto, más ñoños que Calimero.

A algunos de mi tierra les ha puesto mucho el asunto Compromís. Un batiburrillo fachocatalanista y pseudopodemita. Con una jefa exaltada, faltona y henchida de una superioridad moral vomitiva, que igual se salta su palabra dada ante Notario para finiquitar IU en la Comunitat, como despacha a espaldas de todos sus rivales de la izquierda, vieja y nueva, para  llegar al poder siendo la tercera lista. Se trata de tocar sillón. Presidencial. No merece menos ella. De pillar cacho. De montar el pollo. Que quiero ser Molt Honorable. Y punto. La democracia solo mola cuando gano yo. Ya lo dice Pablo.

Esto es lo que hay: Los de antes, que son unos corruptos; los que vienen, que aspiran a serlo; los que no están, que lo mismo huelen a muerto que a sotana y los que nunca fueron, pero deben ser. Me quedo con los últimos. Con los que tienen que venir.

El sistema lleva 40 años enseñándonos que el problema es del sistema. No de las personas. Da lo mismo. A las pruebas me remito. O se reduce el poder o el poder se corrompe. Siempre. No hay buenos gestores. Hay gestores que tienen poco poder. Y poco pueden corromperse. No son las personas. Ni los partidos. 40 años de corrupción democrática nos contemplan. Y la solución no es dar más poder al poder. Más duro te van a venir a joder. Puto.

Y mientras tanto el 12%, los liberales de las distintas filias (o fobias, qué los liberales también somos muy españoles en eso de estar en contra), nos dedicamos a mirarnos el ombligo. ¿Eres pata negra tú o lo soy yo?¿Cabalgas solo? ¿Qué es lo que montas tú?¿Eres tú John Wayne o lo soy yo?

Mire, a mí ya me conoce. O puede hacerlo, si gusta. Yo estoy en el Partido Libertario (P-LIB) Que no es perfecto. Ni muy grande. Pero sí heredero de las tradiciones liberales. Promotor del ideal libertario del liberalismo moderno. Amante de la libertad individual. Defensor de la reducción del Estado. Y más. Y me gustaría que ese 12% se subiera al carro. Porque el asunto no está para bajarse la bragueta y ver quien tiene más corto el Estado. Está para arremangarse, enfangarse y darles la batalla a las Tortugas Ninja. a la morada, a la azul, a la roja y a la naranjita. No puede haber un partido político que contente a los liberales, libertarios, minarquistas, ancaps y demás individuos en tanto que son únicos. Pero sí aglutinarlos. Más que nada por la que se nos viene. Y si no le gusta, escupa a los de enfrente, por favor.

Y luego ya si eso nos matamos entre nosotros, como decía el Trasgo o nos vamos de cañas, como propongo yo.

(No esperes a Mecano, no)


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