Revista En Femenino

Es necesaria más formación sobre la anafilaxia

Por Pequelia @pequelia

Reacción anafiláctica

A principios del mes pasado nos hacíamos eco de una reivindicación realizada a través de un estudio de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria y la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica, los expertos advertían que tenían poco acceso a los planes de formación en anafilaxia, reacción inmunitaria que se produce de forma generalizada en el organismo, y que está provocada por una alergia a un alimento, una picadura de insecto, un medicamento, etc. Pero la falta de formación e información también afecta a padres, familiares y educadores, de tal modo que ante una reacción anafiláctica, no se sabe detectar sus signos y cómo actuar correctamente para evitar un desenlace fatal.

Hace apenas un mes que se dio a conocer esta reivindicación, y ya se ha dado un caso en el que un niño ha fallecido en una granja-escuela por una reacción anafiláctica. Este no es un caso aislado, otros muchos no son conocidos porque no aparecen en los medios de comunicación, pero es la prueba de que el estudio presentado por los profesionales solicitando que es necesaria más formación sobre la anafilaxia en pediatras, padres, educadores, etc., está sobradamente justificada.
Parece ser que el pequeño de seis años estaba pasando unos días de excursión en una granja-escuela de Villanueva de Perales (Madrid), el pequeño sufría intolerancia a la lactosa por lo que no podía tomar lácteos. Tomar accidentalmente leche o productos derivados que contengan los alérgenos que causan la respuesta inmune exagerada del organismo, podría provocarle la anafilaxia. Los monitores de la escuela sabían que no podía tomar lácteos y que además tenía problemas respiratorios. Por ello, en una cena tomada el día anterior a la muerte, se le ofreció como postre un yogur de soja.

Parece ser que el menor tuvo problemas de respiración durante las últimas 48 horas y los monitores le trataron con ventolin, fármaco utilizado habitualmente en problemas como el asma o la enfermedad obstructiva crónica. Al tomar el yogur empezó a encontrarse mal y a respirar con más dificultad, los monitores se pusieron en contacto con la familia para que les explicaran como tenían que aplicarle la medicación que el pequeño había llevado al campamento. Lo lógico es que los monitores supieran cómo actuar ante la reacción inmunitaria sufrida por el niño, pero lamentablemente no se pudo hacer nada y el pequeño falleció mientras era trasladado al centro sanitario en estado crítico.

Los profesionales se pronuncian sobre este tema, precisamente uno de los responsables del estudio citado al principio, de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica. Aseguran que este tipo de casos se pueden evitar, aquellos niños que han sido diagnosticados con alergias alimentarias graves deben llevar siempre consigo dos auto-inyectores de adrenalina. Sin embargo, hay que decir que en el estudio citado los expertos explicaban que existe “un déficit de prescripción” en los casos en los que la adrenalina estaría indicada, además existen dudas sobre cómo se debe aplicar de manera correcta, tanto por los especialistas médicos como por padres, educadores, etc.

Los profesionales de salud nos explican que en nuestro país, a diferencia de lo que ocurre en otros países, no existen protocolos de actuación nacionales sobre el tratamiento de las reacciones alérgicas graves, ni para profesionales, ni para padres, personal de restauración, monitores, etc. Quizá, tras este lamentable caso el Ministerio de Sanidad se plantee aceptar las reclamaciones que realizaban los expertos en su estudio.

Foto | Xumet

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