¿Es útil el diálogo cristianismo - islam?

Durante los últimos años se producen encuentros de lo más variopinto entre representantes de distintas confesiones religiosas. Esta moda, inaugurada por el papa Juan Pablo II en Asís, ha creado fortuna y hoy son numerosas las iniciativas en este sentido, especialmente entre el Cristianismo y el Islam. No en vano, el papa Francisco ha llegado a decir hace unos días que el diálogo interreligioso es una condición necesaria para la paz en el mundo (+); sin embargo, siendo importante este acercamiento, resulta a todas luces un buen propósito más que una realidad posible.
En primer lugar hay que definir quiénes pueden ser los interlocutores para realizar un diálogo fructífero. En cuanto a la Iglesia Católica la solución parece sencilla dada su estructura piramidal y unitaria, en la que las más altas instancias vaticanas nombran representantes oficiales para participar en tan loable actividad, teniendo en cuenta que la Iglesia no representa a todas las "iglesias" y confesiones cristianas. En el ámbito islámico la cuestión es mucho más complicada al no existir un representante aceptado por todos los musulmanes del mundo. Es más, el Islam se presenta sumamente fragmentado y dividido, no solo en los dos bloques tradicionales, chiísmo y sunismo, sino en numerosas sectas, grupos y orientaciones. En realidad, la comunidad de musulmanes, la unma, nunca ha constituido un grupo homogéneo de creyentes.
En tal circunstancia, el diálogo cristianismo islam se me antoja muy complicado. De hecho, el Vaticano suele realizar eventos con representantes de grupos muy específicos, tales como universidades, centros oficiales y fundaciones, los cuales en ocasiones se alzan como representantes de "todos" los musulmanes, cuando esto es radicalmente falso.
Por otra parte, ¿quiénes estarían dispuestos a dialogar?  Hasta la fecha este proceso ha sido muy parcial y casi ha pasado de puntillas en bastantes ocasiones. Es cierto que algunos líderes religiosos de sus respectivas comunidades desarrollan encuentros interreligiosos, más en los ámbito personal y de pequeñas organizaciones que en el institucional. Tal vez se trate de establecer acciones a distintos niveles, en todos los países del mundo, auspiciados y sustentados por las Naciones Unidas.
Acercar posturas entre las diferentes religiones resulta  urgente; pero se trata de un desarrollo que llevará décadas y no tenemos ninguna certeza sobre su éxito.
En definitiva existen muchos intereses para que el mundo siga sufriendo el enfrentamiento entre religiones, y no parece que, por ahora, las cosas vayan a cambiar. Seguiremos hablando sobre estos temas.