Revista Humor

Escapada a Guadalajara en el tren de la Alcarria

Por Déborah F. Muñoz @DeborahFMu

Hace unos meses, cuando planeaba mi viaje a Aragón, se me ocurrió añadir un día más con parada en Guadalajara y un amigo me dijo: "No te lo recomiendo, tiene cosas chulas, pero la estación de tren está tan lejos que no vale la pena".

Pues bien, le hice caso pero me quedé con las ganas de ver esas cosas chulas, así que aproveché para matar el gusanillo cuando Renfe lanzó un nuevo tren temático hacia esa ciudad. Como en estos trenes está todo incluido (transporte y ruta por la ciudad), la logística ya no es un factor a tener en cuenta porque, al llegar, nos llevaron en autobús al centro de la ciudad (y otro tanto a la vuelta).

Lo primero que visitamos fue la concatedral de Santa María, aunque no nos detuvimos allí porque tampoco tiene gran cosa y era más interesante la siguiente parada: la Capilla de Luis de Lucena, que tiene unos frescos fantásticos en su interior (y es casi un milagro que siga en pie).


Seguidamente, fuimos al Palacio de la Cotilla, un palacete del siglo XVII que no parece gran cosa en su exterior, pero que guarda en su interior un gran tesoro: el salón chino, cubierto por completo de papel de pasta de arroz. Pintado a mano en China, narra la historia de la visita de un emisario del Emperador a una localidad y tiene muchos detalles curiosos. Además, hay una exposición dedicada a Buero Vallejo, pero no a su faceta teatral, ¡sino a la de pintor!

Continuamos la visita viendo el Convento de la Piedad, hoy un instituto, y luego bajamos hasta el pintoresco Palacio del Infantado, que también es un museo. Aunque la mayor parte se perdió en un incendio, se salvaron algunos frescos en unas pocas salas, cuya historia es muy interesante.

Después seguimos hasta la Plaza Mayor, donde nos dieron tiempo libre para comer y pasear. No había mucho más que ver aparte de lo que habíamos visto e íbamos a ver, pero sí que paseamos por el parque de la Concordia y logramos entrar en un par de iglesias: la de Santiago Apóstol y la Parroquia de San Ginés. La de San Nicolás El Real estaba cerrada.


La primera parada tras la comida fue la Cripta Ducal de los Mendoza en la Iglesia de San Francisco. La iglesia está desamortizada y es bastante anodina, había una exposición de una cofradía, pero la Cripta es impresionante. Finalizamos el tour en el precioso Panteón de la Duquesa de Sevillano, impresionante tanto por dentro como por fuera (aunque por dentro no dejan echar fotos).


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