Revista Cultura y Ocio

Escultura. Entrevista a Richard Serra

Publicado el 16 diciembre 2010 por Lilik
Escultura. Entrevista a Richard Serra
Cuarenta años de escultura de Richard Serra en el MoMA
Naief Yehya
New York, Estados Unidos
En el segundo piso del Museo de Arte Moderno Richard Serra recibe a Terra Magazine completamente vestido de negro. Explica que las gigantescas esculturas que se exhiben en esa sala, Band, Sequence y Torque Torus Inversion (todas de 2006), fueron creadas específicamente para esta exposición. "Cada una fue hecha de acuerdo a las características del espacio y una de ellas va a ser enviada al museo del condado de Los Ángeles, será expuesta en una sala que es prácticamente idéntica que el espacio donde está ahora. Conceptualmente, nunca había hecho piezas como éstas; por ejemplo, no había usado el torque espiral para diseñar una pieza. Nada de lo que se puede ver aquí había sido visto antes. Hacer estas esculturas implica mucho tiempo y trabajo. Tan sólo para diseñar una de estas piezas dediqué un año y dos años y medio en otra".

Escultura: cuarenta años es una muestra impresionante de la obra de Serra (San Francisco, 1939), dividida en tres partes: una muestra retrospectiva de piezas emblemáticas de los años 60, One Ton Prop (House of Cards) (1969), una muestra de dos piezas al aire libre, Intersection (1993) y Torqued Ellipse IV (1998), y las tres obras mencionadas antes. Esta es la exposición más ambiciosa y monumental jamás montada en este museo. Lo siguiente es la conversación que tuvimos con Serra.
Entrevista
Terra Magazine: ¿Cómo llegó a estas formas?
Richard Serra: El trabajo surge del trabajo, no se trata de inspiración sino que al tratar de resolver un problema, a menudo se da con nuevas propuestas y nuevas formas. No es que haya de pronto un nuevo paradigma que rompa con el pasado.
Terra Magazine: ¿Las piezas hechas para este espacio son intrínsecamente diferentes de aquellas hechas para exteriores?
Richard Serra: Todo contexto tiene su propio tono ideológico, cada museo tiene su propia estética, yo tenía que hacer tres piezas, que eran para mi tres formas distintas de abordar la sala.
Terra Magazine: ¿Siente haber perdido algo en su paso de las piezas de pequeño formato a las obras masivas que realiza ahora?
Richard Serra: No, en realidad trabajo todo el tiempo con mis manos. Estas no son obras que se hagan en el monitor de una computadora. Si algo soy es un hacedor de modelos, todo mi trabajo lo hago a partir de modelos de entre una pulgada y un pie. Nunca dibujo mis piezas, sino que las modelo y una vez que las termino y estoy satisfecho con ellas entonces se hacen los dibujos y son enviados para ser calculados y eventualmente fabricados en una acerería. Montar esta exposición no fue cosa fácil, tomó mucho trabajo y esfuerzo, pero finalmente es un trabajo metódico y sistemático. Cada una de las planchas puede sostenerse por sí misma en equilibrio, todas están diseñadas de esa manera, por lo que una vez que fueron subidas por grúas e introducidas en el edificio, las movimos con patines y las deslizamos hasta el lugar donde quedarían. Es importante señalar que esfuerzo sin pensamiento es labor sin redención.
Terra Magazine: Algunos han dicho que su trabajo evoca laberintos.
Richard Serra: No pienso en laberintos cuando hago mis piezas; me gustan y me interesan los laberintos, pero no construyo en relación a ellos. Nadie se va a perder dentro de una de mis piezas. Lo que a mi realmente me interesa es la construcción de espacios, y el acero es el material que me permite crear estos espacios y me da la facilidad de fabricar formas muy particulares. Pero el acero es sólo la envoltura, es la piel de los espacios. Lo importante es el movimiento y las sensaciones, no el volumen ni el peso. La materia impone su propia forma a las formas. Con cemento o tabiques u otro material no podría crear la misma sensación que me permite crear el acero.
Terra Magazine: ¿Trata de crear una continuidad con sus formas?
Richard Serra: Alguna continuidad existe pero las piezas no imponen una narrativa particular, no obligan al espectador a comportarse de alguna manera específica ni a seguir un recorrido determinado. Por el contrario, el espectador puede hacer lo que quiera, caminar al lado de la pieza, entrar, salir, hacer lo que se le ocurra. Cada uno reinventa su propia experiencia con la pieza. Una vez que el trabajo se baja del pedestal e interfiere en el espacio del visitante, pueden suceder un número de cosas. Cada persona trae su propio bagaje a la experiencia y por tanto lo vive de su propia manera. Como se trata de un espacio público, la obra provoca ideas y pensamientos que probablemente no ocurrirían en otro espacio y ante otro tipo de obra. Aquí lo público y lo privado conviven de maneras inesperadas. Yo no hago mis esculturas con la finalidad de tornarlas espacios de flujo masivo de personas, pero en estas salas habrá un a circulación de 5 a 6 mil personas por día; en Bilbao, mi escultura es recorrida por miles de personas a diario. La experiencia es distinta a lo que podría esperarse si se tratara de obras que estuvieran solitarias.
Terra Magazine: ¿Cuándo sintió interés por intervenir con sus obras en espacios públicos?
Richard Serra: Mi trabajo comenzó a ocupar el espacio público y a intervenirlo desde muy temprano en mi carrera. Recuerdo que durante los años 70 estaba trabajando con Jasper Johns, creando una pieza, cuando se me ocurrió poner una lámina en un rincón. A partir de ese acto comencé a entender de manera diferente el espacio y comencé a apropiarlo de otra manera.
Terra Magazine: ¿Cómo obtiene el acabado de las superficies?
Richard Serra: El metal continúa oxidándose por unos 8 a 10 años y después se detiene el proceso de oxidación y deja de cambiar la apariencia, que adquiere un tono café, casi ámbar, entonces el color se vuelve uniforme. Mucha gente insiste en especular al respecto de la coloración de las superficies, pero en realidad es una pérdida de tiempo, ya que aún está en proceso de transformación.
Terra Magazine: ¿Ha considerado utilizar otros materiales?
Richard Serra: No, no me interesa. Ya estoy muy ocupado con el acero.
Terra Magazine: Hay quienes mencionan el vértigo como parte de la experiencia de recorrer sus esculturas.
Richard Serra: No es mi intención ni me interesa el vértigo o el mareo. Es cierto que algunas personas lo sienten y se debe a la ausencia de líneas verticales con las cuales el visitante se pueda orientar. No hago esculturas para afectar o para crear efectos.
Terra Magazine: ¿Para quien crea su trabajo?
Richard Serra: En esencia para mi.
Terra Magazine: ¿Con quién trabaja?
Richard Serra: Trabajo únicamente con cuatro personas, entre las que se encuentran mi esposa y mi asistente de oficina. Nada más. No soy una industria, ni siquiera una industria casera.
Terra Magazine: ¿A quiénes considera como sus principales influencias?
Richard Serra: Uno aprende de la historia del arte. Viví un año en Florencia, donde aprendí mucho, pero he aprendido de Cezanne, de Goya, de Pollock, de Donatello... Todos son nuestros padres y uno sólo puede aspirar a ser digno de montarse sobre sus hombros.
Terra Magazine: ¿Qué planes tiene para el futuro?
Richard Serra: Yo no anticipo el trabajo que haré más adelante, dependo de las comisiones que se me hacen. Uno simplemente sigue trabajando. Esta muestra es una especie de evaluación de cuarenta años de trabajo, pero el trabajo no se detiene por eso. Terra

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