Revista Diario

Esguince de Corazón

Por Jmsalas @drjmsalas

corazon vendado

La vida a veces se tuerce como los tobillos.
La distensión puede ser un proceso doloroso y cruel, que en ocasiones termina por romper las fibras musculares de un te quiero.
Las articulaciones se edematizan y la piel pinta de morado un sentimiento que agoniza, aquel que un día fue la fuerza para que saltáramos juntos un océano.
Y cuando se rompen los ligamentos que nos unen y se traumatiza un corazón herido, solo nos queda una posibilidad: aceptarlo, repararlo y continuar.
Desde luego que cada corazón es un mundo, y cada mundo tiene su tiempo.
Pero siempre fui de los que rápidamente se levantan, y esto en ocasiones ante incrédulos ojos puede parecer más un pecado que una virtud.
De cualquier modo creo que no existe mejor rehabilitación para un esguince de corazón que una sobredosis de amor.
Un amor verdadero, un amor que fortalezca tus tobillos y acompañe tus pasos. Porque la vida no es una carretera plana, ni estará siempre perfectamente asfaltada. Es un carnaval de pendientes, curvas, subidas y bajadas que necesita articulaciones fuertes y corazones enamorados.
No hay mejor muleta para un esguince del corazón que el apoyo de un “te quiero”.
Y es que aunque la vida a veces se tuerza como los tobillos, siempre debemos intentar levantarnos y continuar nuestro camino.
Porque como dicen “no debemos esperar a que pase la tormenta sino aprender a bailar bajo la lluvia”.

J.M. Salas
[Con Tinta de Médico – Diario de un Médico de Urgencias adicto a la noche]


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