Revista Cultura y Ocio

Esos deliciosos superlativos terminados en -érrimo

Publicado el 01 septiembre 2015 por Desequilibros
Los superlativos terminados en -érrimo son una rareza en castellano pero no por ello hay que permitir su extinción a manos de la dictadura del regular -ísimo, más fácil, más rápido, más seguro… pero del todo inexpresivo y vulgar.
Son pocos pero muy edificantes.
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Se llama superlativo absoluto (palabra de RAE en su Manual de la nueva gramática de la lengua española de 2010) al grado máximo en que se expresa alguna propiedad y, por extensión, al adjetivo que los pone de manifiesto. Se forman en español con los sufijos -ísimo (altísimo) y -érrimo (celebérrimo).
La terminación en -érrimo está presente en varios superlativos cultos que proceden directamente del latín; son un tanto anómalos o irregulares (aunque deliciosos en mi opinión) y suelen formarse en adjetivos que contienen "r" en su última sílaba, aunque hay alguna excepción.
De forma resumida podríamos decir que está asociado a palabras que terminan en -re y -ro, pues en latín, cuando la raíz de la palabra terminaba en -r, esta letra se doblaba y se añadía -imus.
Por si acaso, le diré que un superlativo califica a una persona, cosa o condición como "la más" o "la menos" algo.
Hasta aquí la explicación lingüística. Pero veamos los pocos casos en los que a día de hoy todavía subsiste esta terminación, en constante y dura pugna con la más regular -ísimo:
• Si algo o alguien es muy famoso o célebre decimos que es celebérrimo;
(Del latín celeber, -bris, que forma el superlativo celeberrimus).

• Un genio o unas palabras acres, o sea muy ásperos y desabridos, tiene la consideración de acérrimo; que viene a ser algo así como muy fuerte, vigoroso, tenaz, intransigente, fanático, extremado.
(Del latín acer, acris, que forma el superlativo acerrimus)

acérrimo
• Una superficie insuave al tacto, un terreno escabroso, un tiempo desapacible, un sonido desapacible, una discrepancia violenta, decimos que son ásperos; pero si lo son mucho, les decimos aspérrimo;
(Del latín asper, -era, -erum, que da el superlativo asperrimus). La propia RAE advierte que es una forma poco usada.
• Si algo es muy abundante y fértil se dice que es ubérrimo. He aquí la excepción que confirma la regla, pues adjetivo y forma superlativa no tienen el mismo origen etimológico.
• Alguien que tiene la facultad de obrar o no obrar, que no es esclavo o no está preso, alguien atrevido o independiente, en una palabra, que es libre, se convierte en libérrimo si lo es en grado máximo;
(Del latín liber, -era, forma liberrimus).
• Un pobre de solemnidad, a todos los efectos, o algo o alguien que anda muy escaso o falto de alguna característica, se dice que es paupérrimo.
(Del latín pauper, -eris; pauperrimus).
• Por el contrario, algo o alguien extremadamente aseado, esmerado, bello, bien parecido, delicado, esmerado en la conducta y el habla, o sea, muy pucro, se convierte en pulquérrimo;
(Del latín pulcher, pulchra, que deriva en pulcherrimus).
• Si alguien es dedichado e infeliz; o avaricioso y tacaño; o está abatido y sin fuerza; o a algo de pequeño valor… se le podría calificar como mísero; estas cualidades elevadas a su máxima espresión, dan como resultado el superlativo misérrimo;
(Del latín miser, -a, que, como habrán imaginado, forma el superlativo miserrimus).
• El adjetivo negro no necesita mucha explicación; aunque por las dudas, se aplica al aspecto de un cuerpo cuya superficie no refleja ninguna radiación visible, o a la ausencia de color, o al color de la piel de determinados grupos humanos… o incluso a algo clandestino o ilegal, como cierto dinero. Pues el superlativo es nigérrimo.
(Del latín niger, nigri, que forma nigerrimus). Aunque, siendo francos, no puede competir con negrísimo.
• Algo salubre, o sea, bueno para la salud, puede ser salubérrimo si es buenísimo para la salud;
(Del latín saluber, -bris; que forma el superlativo saluberrimus).
Dulquérrimo o vijérrimo ni siquiera están admitidos por la RAE, aunque ya podrán averiguar por ustedes mismos su significado.
En mi condición de libérrimo usuario de la lengua, me gustar usar esta terminación como un grado más en la condición del superlativo, siempre con un matiz despectivo. Les pondré unos ejemplos:
- un chiste muy malo es malísimo; pero si es peor que malísimo… alcanza el grado de malérrimo.
- Algo muy irrelevante puede ser irrelevantísimo; pero si llega al paroxismo se vuelve irrelevantérrimo. (Como quizá consideren estas líneas).
En cierto pasaje de La Regenta, de Clarín, se dice:
Los familiares se pusieron de pie y uno de ellos hermoso, rubio, de movimientos suaves y ondulantes, de pulquérrimo traje talar, perfumado, abrió una mampara forrada de damasco color cereza
¿Alguien se anima a encontrar en alguna obra literaria otros ejemplos de estas delicias de la lengua?
Y no pierdan la oportunidad de hablar con propiedad.
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- Ninguna entrada del Diccionario de la RAE ha sufrido daños en la elaboración de este apunte.
- Manual de la nueva gramática de la lengua española. (En pdf… mientras dure)

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