El deseo es una de las energías más potentes que mueven el mundo. Indudablemente, junto con el amor y la pasión, el deseo es una de las fuerzas que más nos mantiene vivos.
A veces, el deseo de algo o de alguien es tan vehemente que no podemos controlarlo y somos capaces de las más insospechadas hazañas, de las más inusitadas idioteces y, en fatídicas ocasiones, de las más atroces barbaridades.
Veámoslo.Nuestro deseo desprecia y abandona lo que tenemos para correr detrás de lo que no tenemos.
(M. E. de Montaigne)
No desear nada es no vivir. (Paul Géraldy)Lo mucho se vuelve poco con sólo desear otro poco más. (Francisco de Quevedo)
El que se alimenta de deseos reprimidos, finalmente se pudre. (William Blake)
¡Oh, qué aprisa piensa un vehemente deseo que no hay más que lo que piensa! (Pedro Calderón de la Barca)