España durante el otoño

Ha llegado el otoño. Solo él tiene el poder de desnudar los árboles de hoja caduca para vestir nuestros senderos de España de sensaciones cálidas y nostálgicas.

Porque existen infinitos otoños, eternas emociones a flor de piel, uno por cada mirada tuya, o tuya, o tuya…Aromas a tierra mojada. A ese peculiar olor que la hoja muerta desprende cuando se fusiona con la tierra del sendero. Porque tenemos bosques, senderos, valles, cimas, playas y acantilados. Porque podemos estar orgullosos de poseer inmensas selvas que son de las más hermosas de Europa.

Disponemos de una gran variedad de Vías Verdes y de senderos de Gran y Pequeño Recorrido (GR-PR)Y si no… ¿Qué más da? Cualquier camino puede ofrecernos tranquilidad, sosiego y bonitas estampas de postal de otoño. El sendero que baja a un riachuelo o se interna en un frondoso bosque habitado por helechos y líquenes; el que sube a la cima de una montaña para elevarnos hacia la perfección de la naturaleza o esa hierba que invita a sentarse para contemplar el paisaje o a tumbarse para imaginarse las más variopintas figuras de las nubes. 

El que nos acerca a un prado fresco de un verde intenso que nos ofrece andar por una mullida alfombra al lado del mar, o ese camino que nos interna en una aldea anclada en el pasado que se fusiona perfectamente con la naturaleza. Todo vale si lo vemos y sentimos así. Es un viaje al mismo corazón del otoño si es capaz de erizarnos la piel y llenarnos el espíritu de energía positiva¿Qué más da que no sea conocido ni transitado? Es nuestra experiencia. La tuya y tu mirada, tu predisposición a sentirla diferente. Es lo más importante. Porque no todos escuchamos los mismos silencios, ni olemos los mismos aromas, ni percibimos los mismos colores, ni palpamos las mismas texturas.

 

Porque ni tú ni yo sentiremos igual esas primeras gotas de lluvia que resbalan por nuestra piel o esa brisa fresca que nos pudo envolver viendo un amanecer a la orilla del mar

Porque el olor a leña no tiene por qué evocarnos los mismos recuerdos. Esos primeros fuegos que comienzan a encenderse cuando las tardes otoñales anuncian noches frescas si estamos paseando por alguna aldea o pueblo. Porque los braseros encendidos o las chimeneas en el hogar pueden recordarnos rostros de familiares ya marcados por las arrugas o a las miradas más cariñosas que, de niños, hemos podido tener.

Olor a leña. A castañas asadas, carne a la brasa, esas patatas envueltas, a pan tostado…El olor a chimenea me trae el recuerdo de una habitación muy pequeña sin casi decoración. Con la luz apagada y las llamas produciendo bailes de figuras divertidas en la pared. Sentada al lado de mi abuelo, tapada con una manta y escuchando sus historias. Por aquel entonces pensaba que eran cuentos inventados luego descubrí que había sido su vida relatada como él quiso hacerlo. Evocaciones.Porque la belleza del otoño no está en ese bosque, río, valle, montaña, pueblo, acantilado o mar. La belleza la llevamos con nosotros. Tu mirada y sensación decidirán si ese rincón va a pasar a ser parte de tu vida y tu recuerdo. Por la forma que lo sientes, por lo que te hace recordar, por las sensaciones que te transmite. Es necesario que tengamos el deseo de sentir nostalgia cuando miramos ciertas fotografías. Las haremos intensamente nuestras y de nadie más. Y ni mucho menos la nostalgia tiene que llevarte a la tristeza.

Viendo las imágenes no podremos escuchar el crujir de una hoja de roble cuando la pisamos en aquel sendero que nos gustó tanto, ni el rumor del agua que jugueteaba con las piedras y las hojas caídas creando un último baile antes de desaparecer. No podremos sentir el frescor y la humedad en el ambiente que intensificaba aún más ese rincón mágico… Pero para eso están nuestros recuerdos vividos. Para hacerlos casi reales cuando nosotros queramos. Para eso hicimos aquellas fotografías, para convertir aquel viaje en algo eterno

Este no va a ser un recorrido a un determinado lugar. Porque el otoño me evoca muchos rincones de forma nostálgica que he ido conociendo a lo largo de mi vida. Que he podido experimentar, sufrir, vivir y ahora, recordar.

He desenterrado mi baúl de fotografías en papel. Y he pasado muchas horas viéndolas y recordando las impresiones que tuve en aquellos momentos. Desgraciadamente, algunas de ellas tienen decenas de años. Pero siguen aquí, inmortalizadas para cuando las quiera volver a ver.

Y he sentido la necesidad de hacer al otoño mi dedicación especial para enseñártelo. Para proponerte rincones de nuestro país que he ido recorriendo. Muchos son conocidos, otros no tanto. Pero quiero que sea una propuesta más que te impulse el deseo de conocer alguno de ellosY si decides realizar alguna ruta o si has recorrido alguna de ellas, me gustaría que lo contaras a los demás. Que dejaras tu comentario, aunque simplemente sea una frase, para que todos podamos conocer y recuperar trocitos de nuestros rincones españoles. Simplemente, puede ser hermoso ver que sensaciones ha producido un mismo lugar en cada uno de vosotros. Las evocaciones pueden ser infinitas…Porque el otoño lo es. Inmenso...

En las fotografías que no haya explicación coloca el ratón encima de la imagen y podrás leer de dónde es. Porque Brez es el típico pueblo de postal que nos muestra la peculiar belleza de La Liébana, Cantabria. 

Después de pasear por sus calles decoradas con sus casitas de piedra o contemplar las albarcas bien dispuestas en la puerta de entrada tenemos multitud de opciones para elegir. 

Desde pasear por Potes para comprar algún licor o visitar el Museo de la Tortura hasta subir en el Teleférico de Fuente Dé para sentir la plenitud de los Picos de Europa. Te recomiendo que pruebes el cocido lebaniego...¡Ya nos contarás!Porque el Parque Nacional de Cazorla, Segura y las Villas es el mayor espacio protegido que tenemos en España. Así que imagina la cantidad de senderos y rutas que podemos realizar. 

Desde visitar los Calares del Mundo, descansar en cualquier área recreativa o pasear a lo largo del Embalse del Tranco (Jaén). Nos vamos al Pirineo navarro y visitamos uno de los pueblos más hermosos y pintorescos que nos podemos encontrar en toda la provincia. 

Paseamos por Ochagavía, Navarra, una villa dividida en dos por el río Anduña que la acompaña en todo momento. Es un placer cruzar sus puentes que nos llevan a la otra parte del pueblo. Y desde aquí podemos acceder a la Selva de Irati. En otoño...¡Sin palabras! Es la más hermosa de toda Europa solo con el consentimiento de la Selva Negra de Alemania. Hayas y abetos son los reyes de Irati. 

Tenemos muchísimas rutas y senderos para poder conocer la inmensidad de esta selva virgen. ¡Ah! Y si te gusta hacer licores podrás recoger endrinas para elaborar el patxarán. Rubielos de Mora, en la provincia de Teruel, está catalogado como uno de los pueblos más hermosos de España. Aunque lo he visitado muchas veces, hay algo que nunca olvidaré. 

Un paseo desde la Casa Rural El Irlandés hasta la panadería a las ocho de la mañana de un otoño. Ese frío que daba en el rostro y que me despejaba para todo el día y dos aromas muy intensos...El olor a leña por todos sus callejones y el de pan recién hecho unos callejones antes de llegar al horno. Inmensa paz. Muy cerca se hallan las pistas de esquí de la Estación de Valdelinares. ¿Que puedo decir de Los Lagos de Covadonga? 

Pues que en otoño son muy especiales. Auténticas joyas de la naturaleza. Pasear a tal altitud casi tocando las nubes o ver las primeras nieves en la cima de las montañas...Subir hasta el Lago Enol y pasear por las Minas de Buferreda. ¡Hay que experimentarlo! En Asturias...Porque desde el sendero que asciende al Lago de Marboré se puede contemplar el hermoso Valle de Pineta, en Huesca. 

El Glaciar de Monte Perdido, el Circo de Gavarnie resultaron ser esfuerzos superiores que yo no pude completar. 

También en el Pirineo de Huesca, en el Valle de Ordesa, podemos realizar varias rutas de senderismo espectaculares. Las cascadas de las Gradas de Soaso, en el Parque Nacional de Ordesa puede ser una de ellas.El paisaje espectacular y artificial de Las Médulas, en León, es una de las experiencias que te recomiendo que disfrutes. 

En el otoño, su paleta de colores se intensifica para dar lugar a unas imágenes que difícilmente podrás olvidar. Tierra rojiza, árboles como los castaños en colores ocres y  un cielo azul profundo. Un viaje a la Historia del Imperio Romano en España. La comarca del Alto Turia de Valencia es un paisaje abrupto que dicurre al lado del río y lo encajona en algunas ocasiones y otras lo deja libre entre bonitos valles. 

Existen numerosos senderos señalizados para poder recorrer esta comarca donde, el agua, es su principal protagonista. Un bonito rincón lo encontramos en Domeño, ese pueblo fantasma del cual solo queda algún resto. Pero la cascada que lo acompaña es uno de los lugares preferidos para muchos senderistas. Todavía no hemos recorrido uno de los paisajes más abruptos de Asturias, el Parque Natural de Somiedo que también es Reserva de la Biosfera. 

Con una naturaleza virgen repleta de pastizales y bosques es un remanso de paz. Unos senderos que nos pueden llevar a diferentes lagos o a conocer uno de los elementos de la arquitectura popular asturiana, las brañas. El Hayedo de Zuriza lo encontramos en el Pirineo aragonés. También en una buena opción pasear por sus senderos para descubrir un bonito bosque de hayas.

O contemplar la fuerza del río Veral después de una fuerte tormenta. Siempre que he viajado a Asturias he llegado de noche a destino. Durante cuatro o cinco años estuve alojándome en una casa rural, Casa Grabelón, en un pequeño pueblo llamado Gedrez. Allí conviví con los mineros. Aprendí muchísimas cosas de su trabajo. Hice amigos que sigo manteniendo. Imagínate el primer despertar. 

Salir a la calle para contemplar el paisaje. Comenzar a andar carretera arriba y ver este espectáculo...Por aquél entonces, el Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias no estaba integrado todavía como Reserva de la Biosfera de Muniellos. Y terminamos nuestro recorrido. Aunque se han quedado lugares por visitar quizás, en otra ocasión, volvamos a realizar este paseo durante el otoño.Terminamos nuestro recorrido por un rincón impresionante de la provincia de Zaragoza. Porque mientras vas circulando por esas carreteras entre un paisaje muy árido y desértico no te puedes imaginar el oasis que vas a encontrar. En medio de la nada y gracias al río Piedra. 

Todo un homenaje al agua. Inmensidad y belleza. El Parque Natural del Monasterio de Piedra se merece también un lugar especial. Mis dos rincones preferidos: el Lago del Espejo y la espectacular Gruta Iris...Y ahora...¿A qué el otoño es precioso?