Revista Opinión

España es el país mas "comunista" de Europa

Publicado el 30 abril 2016 por Franky
Si el comunismo es esperar que el Estado te lo resuelva todo y huir de las responsabilidades de la ciudadanía, entonces España es el país más comunista de Europa. --- España país Los españoles llevan demasiado tiempo alejados de la verdadera libertad, de las responsabilidades cívicas y sometidos al poder del Estado: en la II República, en el Franquismo y ahora en la falsa democracia, sistema éste que ha creado el más fuerte de los estados posibles, el único que somete a sus ciudadanos haciéndoles creer que son libres.

La verdadera división del mundo no es entre derechas e izquierdas, como los partidos quieren hacernos creer, sino entre estatalistas y demócratas.

Los estatalistas creen en el Estado y quieren que el Estado intervenga y lo resuelva todo, renunciando al papel protagonista del ciudadano en la política y la organización del mundo. Comunistas y fascistas están en este mismo grupo, unidos por la adoración al Estado y el predominio de lo colectivo sobre lo individual y del orden sobre las libertades y derechos.

Los demócratas desconfiamos del Estado, rechazamos el intervencionismo, anteponemos las libertades y derechos individuales a los colectivismo y asumimos que el ciudadano es el soberano y que tiene derecho a decidir, a controlar a los gobernantes y a imponer sus criterios y deseos a los gobiernos.

A los demócratas nos gusta un Estado mínimo, reducido, al que sólo se le permita arbitrar y decidir en momentos de crisis, cuando la sociedad, por si sola, no pueda solucionar los problemas. También nos gusta disponer de una sociedad civil libre, fuerte y organizada, capaz de controlar y de servir de contrapeso al poder del Estado, al que debe sujetar con vigor por las bridas.

Si las cosas son así, en España no hay ni un sólo partido político democrático porque todos son adoradores del Estado, intervencionistas y carentes de respeto por la ciudadanía y la sociedad civil. Tampoco hay muchos políticos demócratas porque aceptan encuadrarse en esas formaciones verticales y sin democracia interna llamadas partidos políticos, que suelen funcionar más como mafias de poder que como instrumentos de participación ciudadana en las decisiones y en la vida política. Todos los paetidos actuales de España apuestan por el gasto y ninguno apuesta por la reducción del Estado, que es la única vía para sacarnos de esta ruina.

Hay muchos ciudadanos inocentes que creen que el comunismo y la democracia son polos opuestos, cuando la verdad es que las falsas democracias o las democracia degenerdas, como la actualmente vigente en España, son dos caras de la misma moneda estatalista e intervencionista.

Sabemos que la democracia representativa moderna no es, ni mucho menos, el sistema opuesto al comunismo. Si lo fuera, no habría resultado tan fácil el tránsito del comunismo a al democracia realizado por los europeos orientales, cautivos durante décadas del stalinismo. En realidad, son dos sistemas más parecidos de lo que la gente cree. La diferencia principal es que la democracia permite dos derechos importantes: votar y ejercer un elevado margen de libertad de expresión, mientras que el comunismo, torpemente, los suprimió.

La gente vota y grita en las democracias, pero ni el voto, ni el grito dañan la hegemonía de los oligarcas en el poder. El Estado en las actuales democracias degeneradas es, si cabe, todavía más fuerte y dominante que el Estado soviético, además de mucho más inteligente. No necesita la censura porque ha logrado imponer la autocensura y gestiona el miedo y la mentira de manera sofisticada y hábil, logrando que los esclavos se sientan libres. Los poderosos en las democracias gozan de los mismos o superiores privilegios que los que disfrutaba la nomenklatura de Breznev: sueldos altos, coches oficiales, acceso a la corrupción y a fondos secretos, impunidad práctica, poder sobre los demás, ostentación, etc.

El sistema seudodemocrático que nos gobierna y el anticuado sistema soviético funcionan con el mismo mecanismo básico: El Estado aplica fuerza letal a toda la población para abastecerse de todo lo necesario, sin tener que justificarse ni rendir cuentas. Ambos sistemas son dictaduras opresoras, pero la falsa democracia es más hábil e inteligente porque hace creer a los esclavos que son libres y que sin el Estado estarían perdidos, cuando en realidad, con un Estado débil y bajo control ciudadano el mundo sería mil veces mejor y más humano y decente.

Francisco Rubiales


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