Revista Economía

España independentista.

Publicado el 03 abril 2016 por Torrens

Desde que hacia el 2010 el tema independentista tomó fuerza, he estado comparando la forma en que el Reino Unido ha solucionado el problema con la que el gobierno de España ha empeorado el problema, comparación en que la única conclusión posible es que el Reino Unido ha actuado de forma inteligente y democrática, mientras España lo ha hecho con inmensa estupidez y totalitarismo imperial.

Los mismos que desde el PP cometieron las estupideces que provocaron el crecimiento brutal del independentismo en Catalunya son los que, con la ayuda de otros partidos y por toda propuesta de solución al problema, han completado el trabajo creando una situación prácticamente sin solución, otra que no sea la independencia, en un país donde ya antes de cometer tanta estupidez el dar caña a Catalunya y a los catalanes era una forma segura de ganar votos y/o popularidad. La locura colectiva hispana ha llegado a tal extremo que la simple celebración de un referéndum está entorpeciendo la formación de gobierno, porque no ya los que lo defienden, sino incluso los que están dispuestos a planteárselo, son considerados como traidores no se sabe a qué y en consecuencia indeseables.

Esta semana se han dado dos claros ejemplos de profunda estupidez y modos imperiales de actuar con colonias díscolas:

En primer lugar. Resulta que el gobierno español se ha excedido en 1% sobre el porcentaje máximo de déficit que le había asignado la U.E. dentro del esquema de las medidas estúpidas de política económica impuestas por Merkel-U.E., y que continúan con ellas después de que hace bastante más de un año que su estrepitoso fracaso está más que demostrado. El gobierno repartió el límite sobre los déficits presupuestarios cargando prácticamente toda la limitación sobre las CCAA a pesar de que estas soportan la mayor parte del gasto social y de servicios a la ciudadanía, mientras la Administración Central se auto-asignó un objetivo de lo más fácil, esto a pesar de que no han hecho prácticamente nada para llevar a cabo la reforma de la catastrófica Administración Pública española, que no solo facilitaría los trámites complejos y eternos a que nos someten para al menos acercarlos a los trámites rápidos y sencillos de los países que funcionan mínimamente bien, sino que permitiría ahorrarse multitud de sueldos de altos cargos perfectamente inútiles.

Por cierto, no sabía que la web del Ministerio de Hacienda publica chistes, y menos todavía que los chistes fuesen franceses. Adjunto una nota de prensa de dicha web informando que un medio francés “Acteurs Publics” ha concedido un premio a España por la fantástica reforma nada menos que de la Administración Pública, aunque finalmente pude verle la gracia al chiste en la web de “Acteurs Publics” porque el premio es por haber recortado el número de funcionarios en 150.000 (curiosamente la mayor parte en CCAA).

Ahora resulta que según el Sr. Montoro esta desviación es culpa y responsabilidad de las CCAA, sobre todo de Catalunya, de la que se atrevió a decir que sus gestores habían perdido el tiempo montando elecciones al Parlament. ¡¡Caray!!, pues si llegan a dedicarse a gestionar el país habrían solucionado ellos solitos la crisis de toda Europa, porque esa CCAA que según Montoro es responsable de todas las desgracias desde el diluvio universal, no solo es la que alcanza un mayor volumen de las exportaciones que nos ayudan a dejar la crisis atrás, además a lo largo de toda la crisis sus exportaciones no han parado de crecer, por supuesto con el mayor crecimiento de todo el Reino, también es la que crea, tanto en valor absoluto como en crecimiento, más empleo del sector industrial que es el más estable, es la segunda en atraer inversión extranjera y una de las primeras de volumen y crecimiento del PIB. A pesar de todo ello el Sr. Montoro suelta la típica asnada para que a muchos catalanes les entren las ganas de independencia y de poderse dar el gustazo de escuchar a tipos como él desde el otro lado de la frontera.

Segundo. La Real Academia de la Lengua ha cedido el sillón H a Félix de Azua, y antes y después de la ceremonia de ingreso en la Real Academia el señor de Azua se despachó a gusto contra todo lo que huele a catalán, usando el independentismo como excusa. Sus comentarios provocaron mucho ruido mediático, sobre todo cuando mandó a la alcaldesa Colau a vender pescado en el mercado, pero arremetió contra todo.

Uno de los insultos que usó repetidamente fue, una vez más, el de fascistas. Estoy seguro que si se repasan hemerotecas se podrá comprobar que los neo-franquistas habrán calificado de nazis y fascistas al independentismo catalán en muchísimas más ocasiones que a ETA, y los imbéciles que lo hacen no se dan cuenta que están demostrando que además de estúpidos son cobardes de los que ensucian sus calzoncillos al menor riesgo, porque ETA mataba y en consecuencia se tenía que ir con cuidado, pero el independentismo catalán, y los catalanes en general, somos pacíficos y la conclusión a la que llegan es que con estos no hay riesgo ¡¡A por ellos!! Con todos los insultos, las falsedades y barbaridades posibles, porque además esta forma de actuar contra Catalunya aporta popularidad en la estúpida España, y si el problema llega a hacerse insostenible en Catalunya se le da carpetazo al estilo totalitario imperial, y asunto liquidado.

Según su propio lema, la Real Academia limpia, fija y da esplendor, pero con académicos como Félix de Azua esas funciones solo las llevarán a cabo las mujeres de la limpieza con las tazas del wáter y los meaderos.

Por cierto, el discurso de bienvenida a Félix de Azua a la Real Academia estuvo a cargo de otro catalanofobo ilustre, Mario Vargas Llosa, el único premio Nobel (afortunadamente no hay más) que ha llegado a la cima de la popularidad en Hola y las revistas del corazón de la mano de Isabel Preysler.

Hace un tiempo leí en The Economist un artículo sobre Harold Pinter, premio Nobel de literatura ya fallecido, que desde que obtuvo el galardón hasta su muerte se dedicó a soltar insultos y descalificaciones a diestro y siniestro, dando lecciones a todo el mundo sobre cómo debían actuar. El autor del artículo sostenía la tesis que Pinter era uno de los, afortunadamente, pocos premios Nobel a los que la distinción se les sube a la cabeza y argumentaba un caso concreto referido a un productor teatral que había sido decisivo en los éxitos de Pinter, pero que estuvo a punto de arruinarse por culpa de los ácidos ataques del Nobel, algo que el autor del artículo achacaba a que los que se consideran poco menos que Dios no quieren ni oír hablar de personas, países o circunstancias que fueron decisivos en su éxito, y a poder ser los denigran, porque en realidad ellos son tan fantásticos que lo cierto es que no precisaban ni de productores teatrales ni de editores catalanes para triunfar. Aunque la historia de Harold Pinter a la que se refería el artículo de The Economist ocurrió antes de que se le concediera el Nobel a Vargas Llosa, cuando leí el artículo quedé convencido que la historia se repetía, esta vez en castellano.

16-12-15 NP Premio Subsecretaria Acteurs Publics


ESPAÑA INDEPENDENTISTA.

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