Revista Opinión

España, un país desolado que carece de verdaderos líderes

Publicado el 15 noviembre 2020 por Franky
Si España contara con un verdadero líder, tipos mediocres sin grandeza como Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Pablo Casado y otros politicastros hoy con poder ni siquiera estarían en la política y nunca tendrían un trabajo destacado en la sociedad, ni en toda su vida habrían salido en un telediario. Su destino habría sido el que les corresponde por sus valores y atributos, un destino de mediocres. Ante la ausencia de verdaderos dirigentes capaces de unir y generar ilusiones y esperanzas, los mediocres se han compinchado para mandar. Hacen carrera en España porque desde la muerte de Franco el liderazgo político está huérfano y el pueblo español, sin lideres, se siente perdido. La política se ha convertido en una guarida de personas sin valores ni méritos donde la gente inteligente y valiosa no tiene cabida. --- España, un país desolado que carece de verdaderos líderes Un verdadero líder en España sería como el "flautista de Hamelin" pero que en lugar de congregar a las ratas al tocar la flauta, tendría detrás de si, dispuestos a seguirle y a luchar, a los millones de ciudadanos que están indignados y asqueados de tanto mediocre corrupto y malvado al frente de la nación y de sus instituciones.

La orfandad de liderazgo es uno de los más graves problemas de España, peor que la corrupción. Si existiera un sólo hombre o mujer con auténtica capacidad para liderar a los españoles y conducirlos hacia un futuro de verdadero progreso, los mediocres y miserables que hoy tienen e timón en sus manos ni siquiera hubieran logrado levantar la cabeza del gran océano de la vulgaridad.

Muchos se preguntan por qué el pueblo español es cobarde y no se rebela ante tanta iniquidad por parte de su clase política. La principal causa es que carecemos de liderazgo y sin líderes, el pueblo se comporta como una manada atolondrada.

Todas las revoluciones y grandes avances de los pueblos se han producido después de que un líder de verdad alzase la bandera y se pusiera al frente de las masas. El líder verdadero conduce a su pueblo, convierte en valiente a los cobardes y en leones a los corderos.

Tipos de tan baja estofa como Sánchez, Iglesias y la pandilla de nacionalistas ni siquiera e atreverían a plantar cara a un verdadero líder. Se esfumarían acobardados y llenos de vergüenza por sus fechorías y miserias acumuladas en el poder.

¿Alguien se imagina que un verdadero líder de talla soportaría impasible burradas tan miserables y cargadas de bajeza como pactar con BILDU, el partido que defiende el terrorismo de ETA, la advertencia de Pablo Iglesias a la derecha de que "nunca volvería al poder" o el desprecio a España que ha provocado en Europa y Estados Unidos Pedro Sánchez? ¿Tolerarían líderes con la talla de un Fernando de Aragón, el emperador Carlos, Gonzalo Fernández de Córdoba o Blas de Lezo a un mediocre sin un ápice de grandeza como el que hoy nos gobierna?

Los mediocres sólo tienen sitio en un mundo huérfano de hombres y mujeres grandes. Si la grandeza existiera en la política española, las ratas escaparían a toda velocidad y el pueblo, que hoy tolera acobardado a esa raza de mediocres vulgares, los perseguiría y expulsaria del poder cargado de dignidad y reciedumbre.

Los españoles son hoy el hazmereir del mundo, por cobardes, sólo porque los líderes han desaparecido de nuestro mapa y se sienten desamparados.

Nunca un pueblo hizo revolución alguna sin liderazgo. Jefferson y Washington fueron líderes de la independencia americana, Robespierre, Dantón, Napoleón y otros lideraron la Revolución Francesa, Lenin hizo la revolución soviética, Mao sacó a China de la postración, Julio César hizo de Roma un pueblo con orgullo y ganas de conquistar el mundo conocido...

Nos guste o no, a pesar de sus carencias y escaso aprecio a las libertades, el último líder que asomó la cabeza por la geografía de España se llamaba Francisco Franco. Desde su muerte, en la política española solo hay chusma.

Francisco Rubiales


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