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ESPECIAL HUMOR: George Carlin: humor negro contra la sociedad actual

Publicado el 11 noviembre 2015 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas
El humorista George Carlin (1937 - 2008)El humorista George Carlin (1937 – 2008)

Hoy os quiero hablar de un personaje muy curioso y llamativo, de esos que te encuentras a veces por Internet: George Carlin. George Denis Patrick Carlin (o simplemente George Carlin, Nueva York, 12 de mayo de 1937 – Santa Mónica (California), 22 de junio de 2008), fue un humorista, actor, escritor y figura de la contracultura estadounidense, ganador de cinco Grammys (siendo el último de ellos otorgado póstumamente) en la categoría de álbumes de comedia (igualando a Richard Pryor, y solamente superado por Bill Cosby). Murió en el año 2008 de un infarto de miocardio.

Escribió varios libros, casi todos ellos, con una sección de audio que los convierte en audiolibros: Sometimes a Little Brain Damage Can Help (1984), Brain Doppings (1997), Napalm and Silly Putty (2001), When Will Jesus Bring The Pork Chops? (2004), y Last Words (autobiografía de publicación póstuma, 2009), además del recopilatorio Three Times Carlin: An Orgy of George (que no es audiolibro, 2006).

Participó, además, en 19 películas desde 1967 hasta 2007, en la mayoría de los casos como actor secundario, si bien también ha puesto voz a personajes de dibujos animados en cuatro películas de este tipo. Algunas de las películas más famosas en las que ha colaborado George Carlin fueron: Godzilla (1998), Dogma (1999), Tarzan II (2005), Cars (2006),…

Si miramos sus apariciones en la televisión estadounidense, podemos saber que fueron muy abundantes. Destacan varias: por ejemplo, tiene el honor de ser el primer anfitrión del famoso programa humorístico Saturday Night Live, allá por el año 1975. Protagonizó una película para televisión llamada Justin Case en 1988, además de protagonizar, durante año y medio, su propia serie cómica: The George Carlin Show (1994-1995), de la cual se hicieron dos temporadas, con un total de 27 episodios. Apareció bastantes veces en el programa The Tonight Show, especialmente durante los 30 años (1962-1992) en los cuales lo presentó Johnny Carson (actualmente es Jimmy Fallon quien presenta este programa). Por último, destacar que fue personaje invitado en la ya legendaria serie Los Simpsons.

Pero por lo que realmente era conocido George Carlin era por sus monólogos, que es donde quiero centrar esta entrada. De hecho, ha sido considerado el segundo mejor humorista de todos los tiempos, según el Top 100 del canal de televisión Comedy Central (solamente superado por Richard Pryor). Ha grabado alrededor de 50 álbumes de comedia entre 1963 y 2008, que duran, de media, alrededor de una hora cada uno. Dentro de esos álbumes, hay cinco recopilatorios y unos 14 especiales para la HBO. El resto, son shows propios donde George Carlin, a través de una cantidad ingente de monólogos, criticó un montón de cosas.

Desde una perspectiva muy crítica y bastante misántropa, George Carlin, con su humor negro, atacó a la sociedad estadounidense, a la religión, especialmente hacia el catolicismo (ya que fue criado en ese ambiente durante su infancia, o como él mismo dijo: “los católicos, yo lo fui hasta la edad de razonar”), a varios puntos importantes del pensamiento capitalista y conservador,… sacando a relucir un pensamiento contracorriente y contracultura en política, lenguaje, educación, psicología,… además de hablar de ciertos temas considerados tabú por gran parte de la sociedad estadounidense del momento, con un lenguaje políticamente muy incorrecto y bastante inapropiado (por lo que no deberíais enseñar sus monólogos a los niños si no queréis que aprendan ciertas palabras), pero que parece que ayuda a reírnos todavía más de lo que nos cuenta George Carlin a los adultos. Incluso en algunos países han censurado muchos de sus monólogos por el lenguaje empleado (de hecho, un monólogo suyo titulado Seven dirty words, fue el motivo que provocó que el Tribunal Supremo de Estados Unidos, por su decisión en el caso F.C.C. v. Pacifica Foundation, le otorgase poder al gobierno para regular el contenido de las emisiones públicas de radio para evitar el uso de lenguaje indecente). A continuación, analizaré algunos de los monólogos más famosos de George Carlin.

Uno de los temas más frecuentes en los monólogos de George Carlin es la crítica a la religión. Carlin se ceba especialmente con el catolicismo, pero su crítica es aplicable a todas las religiones. Destacan dos monólogos: por un lado, On religion (a veces también llamado Religion is bullshit), una crítica general a los dogmas religiosos, denunciando su hipocresía (especialmente la existente entre el catolicismo y la Iglesia Católica) y la consideración de las religiones como un invento de la humanidad y como algo alejado de la realidad, además de deshacer muchos de los argumentos morales propios sobre todo del cristianismo, y compararlos con lo que, según su visión, es la realidad práctica de las religiones: enriquecerse, evadir impuestos y mantener dominada psicológicamente a la población. Por otro lado, destaca el monólogo sobre los diez mandamientos, en el que George Carlin se cuestiona sobre la intencionalidad de su existencia, su validez en nuestros días, y cómo se pueden simplificar de manera sencilla y adaptada a nuestros tiempos.

Muy relacionado con la religión, está otro tema por el que George Carlin fue muy aclamado: su visión del aborto. Lo impresionante de este monólogo (que está dividido en dos partes: El aborto y ¿La vida es sagrada? (aunque esta última a veces también se llama La santidad de la vida)), es que es un adelanto a la visión sobre el aborto que, salvo en los grupos de extrema derecha y ultrarreligiosos, impera en la sociedad actual. Evidentemente, sin el lenguaje políticamente incorrecto utilizado por George Carlin, pero con esas ideas. Hay que tener en cuenta que este monólogo se realizó en 1996, y en Estados Unidos, lo cual creo que es un acto de valentía. Era muy atrevido hablar de ese tema en ese país en ese momento, ya que era tabú para la sociedad estadounidense del momento, y sólo eso, sino que además, expresó ideas en ese tema que eran muy contrarias al pensamiento mayoritario de la sociedad estadounidense del momento, y que ahora están bastante más asentadas que en 1996. En la parte titulada El aborto, George Carlin hace una durísima crítica a la visión conservadora y religiosa del aborto, denunciando la hipocresía moral de esta visión, considerando incluso que es una visión machista, y haciendo notar la falta de perspectiva por parte de esta visión conservadora de algunos de los problemas que podría evitar el aborto y que los conservadores, en principio, y siempre y cuando, se mantuviesen fieles a su ideología, no querrían solucionar: por ejemplo, el coste económico que suponer tener y mantener hij@s. George Carlin argumenta que los conservadores no quieren que haya ni sistema de sanidad ni de educación pública que pudiesen reducir esos costes de manutención de los hij@s. Ya en ¿La vida es sagrada?, George Carlin continúa argumentando contra la visión conservadora y cristiana del aborto, adentrándose en las mayores convicciones morales con las que se predica esta visión, y cómo los acontecimientos protagonizados por los grupos más representativos de esta visión y su realidad práctica demuestran más bien otra cosa. Después, George Carlin se centra en analizar y criticar la máxima “La vida es sagrada” y las ideas que hay detrás de ella. En la segunda mitad de esta parte, George Carlin cambia la temática y habla sobre la pena de muerte, sobre si es útil en sí misma y si sirve como castigo para ciertos delitos y delincuentes, y propone algunas “alternativas” a la pena de muerte (en clave del humor negro, claro).

El lenguaje y el vocabulario es otro de los temas recurrentes de los monólogos de George Carlin. En estos monólogos, George Carlin suele hablar de la intencionalidad que hay detrás del lenguaje y del uso de ciertas palabras, y denuncia la utilización de eufemismos como manera de evadirse de los problemas y no afrontar ciertas realidades que pudieran ser dolorosas o desagradables. Por ejemplo, en el monólogo Soft Language, George Carlin habla precisamente de esto último, y de cómo el uso de eufemismos puede llegar hasta extremos ridículos, utilizando ejemplos ilustrativos de ello. En el monólogo Baseball vs Football (fútbol americano en este contexto), George Carlin analiza las diferencias entre ambos deportes a través del lenguaje que emplean. Y en el monólogo sobre jerga publicitaria, George Carlin avisa sobre algunas palabras que ha utilizado la publicidad de la industria alimentaria a lo largo de su historia, con el objetivo de hacer más atractivos sus productos, pero que en realidad engañan al consumidor. Y de regalo, el monólogo Modern Man (Hombre Moderno), algo más de tres minutos de un juego de palabras de George Carlin, que quiere satirizar el excesivo uso de algunos términos modernos.

La cultura americana es una de las cosas que más ha atacado George Carlin en sus monólogos. En el monólogo Strange culture, critica algunas cosas que sucedían hace años en Estados Unidos y que eran algo realmente novedoso en el momento en que hizo ese monólogo, pero que ahora ya estamos más acostumbrados a ellas, sacando a relucir los contrastes que existían (y todavía existen) en la sociedad estadounidense y la hipocresía moral que se esconde detrás de estas diferencias. Por ejemplo, ejemplifica el aumento de la bulimia como el contraste entre ricos y pobres en Estados Unidos, donde hay gente que tiene para comer, come mucho y lo vomita, y sin embargo a su lado, hay gente que no tiene casi nada para comer. O, por ejemplo, el hecho de que (en la época del monólogo) intentasen prohibir las armas de juguete pero que no prohibiesen las armas de verdad (leí en varios sitios que incluso los huevos Kinder están prohibidos en Estados Unidos actualmente).

La política estadounidense es otro de los temas que George Carlin critica en sus monólogos. En el monólogo El sueño americano (a veces también llamado You’re a slave), uno de los que más referencia hace a la política estadounidense, Carlin habla sobre la realidad de Estados Unidos sobre quiénes son los que realmente gobiernan ese país (aunque la mayor parte de lo que se dice también puede valer para casi el resto de países del mundo), y que tiene una gran frase final que resume la esencia del monólogo: “Se llama el sueño americano, porque tienes que estar dormido para creértelo”. En el monólogo Terrorismo de Estado, George Carlin critica la seguridad en los aeropuertos y su eficacia para prevenir atentados terroristas, además de reírse de algunos pánicos que existen todavía en ciertos momentos en parte de la sociedad estadounidense como, por ejemplo, el pánico a los gérmenes, y las cosas que mucha gente hace por estar bajo el influjo de esos pánicos. Y mezclando cultura estadounidense, religión y política, está el monólogo You have no rights, donde se critica el uso de la religión en el ámbito político y judicial en Estados Unidos, además de cuestionarse si realmente existen los derechos humanos como tales.

La educación es otro de los temas predilectos de George Carlin. En el monólogo Devoción por los niños, hace una durísima crítica al sistema educativo estadounidense, a la educación que muchos padres estadounidenses dan a sus hijos, y a algunas teorías y filosofías educativas que se difundieron muy rápidamente, pero que demostraron que eran un fracaso. George Carlin es especialmente crítico con el “movimiento de la autoestima”, una teoría educativa que estuvo muy moda en Estados Unidos en la década de los 70, y que para George Carlin, es la principal culpable de la decadencia de la educación en Estados Unidos (aunque yo añadiría que eso es algo que no sólo pasa en Estados Unidos, sino que ocurre en general en la mayor parte de las sociedades occidentales, pues las ideas y las consecuencias detrás del “movimiento de la autoestima” se expandieron hacia Europa en décadas posteriores, y son una parte importante de esa educación que reciben actualmente muchos jóvenes europeos de hoy en día, esa educación de la que tanto nos estamos quejando muchas personas en España y otras partes del mundo). Fue un movimiento que basaba en la teoría de que “todos los niñ@s son especiales” y que “los niñ@s son nuestro futuro”. George Carlin desmonta estas teorías de manera magistral, sencilla y graciosa.

La misantropía que caracteriza a algunos monólogos de George Carlin hace que, a la vez de reírnos de nosotros mismos y de la humanidad, nos cuestionemos sobre algunas chorradas que hacemos. George Carlin utiliza un lenguaje fuerte y bastante inapropiado, pero no por ello deja de ser gracioso ni deja de invitar a la reflexión. Algunos de estos monólogos misántropos de George Carlin son: Fan de la entropía, Salvando al planeta, People are fucking boring y Personas que deberían ser asesinadas.

Y por último, me quedo con uno de sus monólogos más antiguos, Stuff, una reflexión sobre la excesiva cantidad de cosas que tenemos con nosotros, y algunas costumbres como, por ejemplo, comprar más cosas cuando tenemos más espacio disponible, alquilar almacenes para guardar cosas y tener todo un amplio despliegue de medios para vigilar nuestras cosas, además de reflexionar sobre cuántas de esas cosas realmente necesitamos.

La cantidad de monólogos de George Carlin es ingente, por lo que hay muchos más. En esta entrada he seleccionado unos cuantos de los que considero los mejores y más representativos monólogos de este humorista, y no he seleccionado más para no hacer esta entrada mucho más extensa de lo que ya es. Me parece innecesario alargar esta entrada mucho más.

Solamente, y a modo de conclusión, decir que cuando miramos un monólogo de George Carlin, estamos ante un humor negro, crítico y políticamente incorrecto, pero que nos hace reír a carcajadas, y a la vez nos llama a reflexionar sobre las cosas que estamos haciendo en nuestra sociedad. Puede que necesitemos ese humor ahora más que nunca, pues estamos ante tiempos de cambio e incertidumbre, y si el humor nos puede ayudar a gritar en alto un rotundo NO ante la sociedad actual y sus valores y dar un paso adelante contra la injusticia, entonces será un humor dos veces bueno.

Simón de Eiré


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