Revista En Femenino

Espejos, vida y tiempo

Por Peineta

Hace meses que me paro a observar mi vida rutinaria, a analizar y evaluar mi papel de madre y llego a sentir mil sensaciones diferentes. He llorado, reído, emocionado, cabreado, arrepentido y alegrado a partes iguales. Nunca pensé que la vida sería un camino lleno de espejos en los cuales te reflejas quieras o no....espejos elementos que siempre he odiado y que ahora vienen a mi vida a enseñarme todo aquello en lo que fallo o acierto.

Espejos que brillan, espejos que se rompen, que a veces engañan y otras simplemente enseñan la realidad sin ningún filtro.

Espejos, vida y tiempo

Hoy me emocionada viendo contar a mi hija en un idioma extranjero, mientras miraba de reojo a mi hijo mayor y me disculpaba con la mirada. La maternidad es más jodida que la traducción aplicada, lo malo es que no hay septiembre, sino una evaluación continúa. La ventaja de repetir es que hay cosas que intentas no fallar y mira a veces sucede y lo logras, pero tu error primero sigue estando ahí, así es la maternidad.

Hace unos días tomaba copas con una amiga que me contaba esa sensación de melancolía que a veces te inunda cuando eres madre y por unos instantes vuelves a algún escenario donde fuiste libre, donde volaste, donde la liaste y donde no había mayor preocupación que las básicas. Y es justo en ese momento donde aparece la máquina del tiempo delante tuyo y te planteas lo que ha cambiado a tu alrededor, lo que egoístamente echas de menos pero lo haces mientras enseñas fotos de tus churumbeles y elogias sus hazañas.

Espejos, vida y tiempo

A veces pienso que la vida me ha puesto en mi mayor reto, el de superar mis miedos, alcanzar mis metas pero con una mochila doble donde tengo varios enigmas que resolver. Ese momento es en el que piensas, jolín si he llegado hasta aquí no lo habré hecho tan mal. Entonces te giras y ahí está el espejo con ese ser pequeño, sus miedos y sus no aciertos esperando que tú lo modifiques.

Hay días en los que me siento egoísta por querer tener 24 horas de soledad, o por no querer hacerme cargo del fallo del espejo que estoy viendo delante. Otras me empeño en buscar la mejor solución sabiendo desde el comienzo que no la tengo, pero sencillamente el peso del cargo de conciencia puede conmigo.

Espejos, vida y tiempo

Llevo dos días llorando por las esquinas, es otro de los lujos que tenemos las mujeres, además de parir tenemos hormonas que hacen que te pases horas tomando chocolate, llorando con cualquier chorrada y mirando fotos. Tengo claro que nunca volveré a ser la que fui, pero es que en realidad lo que quiero es ser mejor, para poder enfrentarme a esos espejos que me dan miedo, romper los que me molesten y poder mirar con orgullo muchos otros.

Por qué nadie me dijo que a partir de cierta edad la vida era un reto continuo, un pasillo lleno de espejos donde día a día te examinas, pero entonces cuando crees que puedes más o menos llevarlo bien, decidir ser madre y esos espejos se duplican. Empiezo a sentirme ciega, obsesionada y agobiada y es porque la máquina del tiempo está al final del pasillo marcando el ritmo. Que poco ayuda.

El "aun estás a tiempo" me taladra a menudo y pienso y si no es cuestión de tiempo sino las posibilidades.

Espejos, vida y tiempo

Hoy tecleo mirando de reojo ese salón desordenado y sucio que forma parte de mi rutina, levanto la mirada para observar fotos de miradas dulces de mis hijos y fotos de risas de juventud y amigas. Escucho a Ismael Serrano y escucho el pi-pi del wassap de mi móvil, con la certeza de saber que es mi padre y sus artículos de conciencia de la vida, esa que vivo a ritmo estresado y no me da tiempo a beberla a sorbitos.

Hoy sencillamente me apetecía escribir y llorar...ya me perdonaréis.

*Las fotos de este post son de mi propiedad


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