Revista Coaching

Esta entrada es una de las que más he pensado en publicar...

Por Stern @nesuispasjuliet
Esta entrada es una de las que más he pensado en publicar desde que inicié esta aventura blogera -y de eso hace casi un año ya! que intenso y especial ha sido todo!- porque significa un pedazo grande de mi, una puerta abierta a lo más profundo, el por qué y lo que significa el nombre del mismo blog, ese "Je ne suis pas Juliet" que encabeza gran parte de mis días.
"Je ne suis pas Juliet", ese grito de guerra que lancé tiempo atrás, ese estandarte que me guía, ese decir con la frente muy alta y los pulmones llenos que no soy una Julieta, que hay algo que, para bien o para mal, me diferencia de la mayoría de mujeres.
Las julietas viven deshojando margaritas con el "me quiere, no me quiere", se pintan pensando en aquella palabra que les dirán más tarde al ver lo fabulosamente guapas que están, bailan sin ganas a veces, besan sin querer y no comen por no desentonar. Sueñan con tipos musculosos que las agarren por los hombros de manera posesiva manteniendo ese rol de macho alfa y un día, más temprano que tarde, deciden que ya son mayores, que tienen otra vida, que no quieren mirar hacia atrás, a aquellos juegos en el parque, a las magulladuras en las rodillas, en los deseos que pedían con cada estrella.
Bueno, pues yo un día me dí cuenta de todas esas cosas y vi que yo encajaba más en el rol de mosquetero, de pirata de los mares en busca de libertad; no deshojaba margaritas porqué a quién más quiero es a mi misma, me pongo guapa cuando quiero, porque lo hago por mi misma ( que si, vale, está muy bien que te digan cosas bonitas, pero principalmente hay que decírselo uno mismo cada instante del día),  solo bailo cuando quiero, pero si quiero me dejo el alma y la vida, beso solo si realmente lo siento (de esos besos de verdad, nada de medias tintas), como cuando tengo hambre y cuando me apatece ( aunque hay que cuidarse, no hay que obsesionarse), no sueño con musculosos hombres, ni chicos populares, ni príncipes azules, ni nada de eso... a mi lo normal no me va...yo sueño con mi independencia, pero si hubiese alguien con quién sí compartiría mi vida, sería seguramente un intelectual, un hombre que no tema a vivir, alguien que me prometiese euforia, aventura y sabiduría...alguien que pareciese salido de una de esas novelas que tanto amo, sueño, releo y recreo.
No he dejado de ser en parte pequeña... crezco, pero más en cuerpo que en mente. Tengo ese ramalazo de espíritu libre que, en el fondo, se que no me hace ningún bien; me bebo la vida como los que beben agua, sedienta, con ganas, con deleite, con una curiosidad que inunda cada poro de mi piel, que a veces me hace aborrecer las horas perdidas en dormir- que aunque me encante, solo de pensar en la de cosas que podría estar haciendo, se me quitan las ganas-, que me hace querer siempre más y más y mejor.
Supongo que desde fuera puede parecer que lo que en realidad soy es una egoísta y una caprichosa... bueno, podéis pensar realmente lo que queráis, aunque seguramente os esteis alejando bastante de la realidad...
Je ne suis pas Juliet porque soy Ester, simplemente Ester, o E. o como me queráis llamar, soy una chica que tiene esa característica animal de huir, sobrevivir y luchar, de no dejarme llevar por esos dolores del corazón que, como a la Julieta de Shakespeare, te hacen dejarlo todo (dejarte a ti mismo, principalmente) porque crees que sin la otra persona no podrás sobrevivir... y te enciegas y lo echas todo a perder...y con todo me refiero a tu vida.... porque el mundo siempre gira, porqué en realidad somos tan solo polvo de estrellas que no importan más que lo que nos hagamos importar.
Somos efímeros y eso es algo que siempre tengo presente, y eso es algo que ha acabado siendo la norma de mi vida... "eres efímera, no seas también olvidada".
Para bien o para mal... je ne suis pas Juliet... tan solo soy un punto de luz en el firmamento, como todos, como nadie en realidad.

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