Revista Opinión

Estados Unidos está cambiando y entra en ebullición

Publicado el 19 mayo 2016 por Franky
Estados Unidos está cambiando y está en ebullición, sufriendo procesos inéditos y digiriendo ideas y propuestas desconocidas. El mundo mira con interés y preocupación porque lo que le ocurra a la primera potencia del mundo terminará afectando a todos los países y ciudadanos del planeta. --- Estados Unidos está cambiando y entra en ebullición Donald Trump y Bernie Sanders son dos fenómenos tan atípicos y novedosos que reflejan la existencia de cambios profundos en la sociedad norteamericana y en la política de la primera potencia mundial.

Bernard "Bernie" Sanders (Brooklyn, 8 de septiembre de 1941), senador junior de los Estados Unidos por el estado de Vermont y precandidato del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales de 2016, un hombre que se declara abiertamente "Socialista" en un país donde ese concepto estaba demonizado y privado de todo prestigio, está obteniendo un inesperado éxito que, si bien no amenaza la candidatura de Hillary Clinton, si la está debilitando y demostrando que en las filas del partido Demócrata hay divisiones profundas y deseos de cambios que el propio partido no ha detectado.

En el otro lado, la arrolladora victoria de Donald Trump, un populista con poco respeto por las líneas básicas de la política de su partido, el Repúblicano, capaz de ofrecer al electorado opciones tan rompedoras como la construcción de barreras, físicas y legales, que impidan que la sociedad norteamericana sea contaminada con inmigrantes y con culturas foráneas, refleja todavía con más intensidad que los Estados Unidos del presente tienen poco que ver con el de hace apenas una década.

Las propuestas izquierdistas de Sanders han sido bien recibidas en sectores juveniles, graduados universitarios con dificultad para encontrar empleo, estudiantes enfrentados al alto costo de las matrículas universitarias, mujeres de cierta cultura y, sobre todo, por las clases medias debilitadas, las víctimas de la recesión y el creciente número de desencantados por la política cansina y poco imaginativa de los grandes partidos.

El caso Trump es mucho más serio y peligroso porque el millonario podría convertirse en presidente de los Estados Unidos si consigue despertar ilusión y entusiasmo frente a la escasamente atractiva candidata Hillary Clinton. El desafio de Trump es profundo y menos superficial de lo que algunos analistas afirman porque su mensaje, elemental y al mismo tiempo revolucionario, apela a la grandeza americana y a fenómenos como el aislamiento, el cierre y el rearme de ese país, muchos de cuyos habitantes se consideran elegidos por Dios para gobernar el planeta.

Trump puede ganar las elecciones si su discurso rompe las barreras que los partidos le están colocando y consigue desbordarse. Los Estados Unidos que el millonario dibuja es mítico y casi un país sagrado, valiente, muy cercano al que conquistó el Oeste y dispuesto a afrontar desafios con otros países y potencias, no solo económicos, sino también bélicos. Su recurso al mesianismo y al destino americano tiene una fuerza prodigiosa después del cansancio y la decepción que ha generado el charlatán Obama. Trump promete a los norteamericanos lo que en su interior desean escuchar: el rearme moral y la recuperación de una identidad genuinamente americana que lleva décadas diluyéndose.

Mientras que Hillary representa la continuidad y la concordancia con el poder establecido (stablishment), Sanders y, sobre todo, Trump representan la ruptura con la linea plana del presente, con la decadencia que avanza, con la pobreza que se abre camino y una ilusionante apuesta por la recuperación de la vieja pujanza americana.

Francisco Rubiales


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