Revista Economía

Estamos en guerra.

Publicado el 04 junio 2017 por Torrens

Una vez más, para agradecer que es el país que más bien les ha tratado, terroristas del Islam han vuelto a atacar y asesinar en el Reino Unido, esta vez en Londres.

Para que tengáis una idea del trato que reciben los musulmanes en Reino Unido, según informó el Telegraph después del ataque en Manchester, hasta dicho ataque, solo cuatro de todos los terroristas que han actuado o han sido detenidos en el Reino Unido, dos de ellos suicidas de los atentados en Londres del 7 de Julio 2005, tenían empleo fijo, todo el numeroso resto, en mayor o menor medida, vivían de la generosa Seguridad Social británica, o sea que el terrorismo del Islam radical obtiene financiación pública, y al no tener que trabajar más que temporalmente, tienen todo el tiempo del mundo para preparar sus ataques.
El problema es que este último atentado podría influir en la victoria del laborista Jeremy Corbyn en las elecciones del próximo jueves 8, y como todo político de izquierdas no solo no adoptará las muy necesarias medidas contundentes contra el Islam radical sino que les apoyaría todavía más. Si sale elegida la Sra. May hay alguna posibilidad de que se tomen las medidas imprescindibles, pero es una posibilidad remota porque aparte las izquierdas aparentemente abducidas por el Islam radical, nuestros políticos parecen atacados por un virus de estupidez e ignorancia en relación con el Islam, y si a ello unimos unos medios de comunicación que ocultan y/o enmascaran las barbaridades pequeñas, medianas y grandes del Islam, cada vez estamos más cerca del momento en que la Sharía sea obligatoria en toda Europa.
A continuación voy a practicar la islamofobia, es decir, voy a explicar algunas verdades sobre el Islam que nuestros políticos y la inmensa mayoría de nuestros ciudadanos desconocen, la prensa silencia y la izquierda califica su simple mención como islamofobia:
1.- En el Corán la palabra “matadlos” aparece 32 veces referida a situaciones relacionadas con los infieles, es decir, nosotros.
2.- En el Corán Mahoma impone a los musulmanes la obligación de extender el Islam por todo el mundo, por conversión o por conquista, y a lo largo de la historia el método empleado hasta la actualidad ha sido mayoritariamente el segundo. Esta obligación llega hasta al extremo que Mahoma dice que caso de que el Islam pierda un territorio que ha estado sujeto a la Sharia (España es uno de ellos) ningún musulmán puede descansar hasta haberlo recuperado. El Corán divide el mundo en dos partes, Dar El Islam (casa del Islam) y Dar El Harb (casa de la guerra), y el objetivo del Islam es destruir y eliminar Dar El Harb.
3.- Cuando en un territorio se impone la Sharia (Ley Coránica), al infiel solo se le dan tres alternativas: la conversión a la religión única y verdadera, la sumisión sin el más mínimo derecho, o la muerte.
4.- El dhimi o infiel viviendo bajo la Sharia no solo no tiene ningún derecho sino que cualquier musulmán puede abusar de él con cualquier barbaridad con total impunidad porque el testimonio de un infiel es nulo y no tiene ningún valor en un juicio según la Ley Coránica. Cualquier dhimi que se atreva a emitir la más mínima crítica del Islam debe ser castigado muy contundentemente incluso con la muerte. De hecho este principio es el que provocó el genocidio Armenio, cristianos en el Imperio Otomano que se rebelaron por la brutalidad turca empleada contra ellos al inicio de la Gran Guerra.
5.- El Corán aprueba e impulsa la esclavitud, pero solo aplicada a infieles.
6.- El Corán, y la mayoría de imanes en las mezquitas de Europa, prohíbe a los musulmanes ni tan solo adaptarse mínimamente a cualesquiera tradiciones, normas, culturas o leyes, que no sean las propias del Islam. No tan solo no deben adaptarse aunque no vivan en un país musulmán, sino que deben obligar a los infieles del país donde viven a cumplir la Sharía.
Este principio, unido al derecho a abusar del dhimi está también en la base de la prepotencia musulmana que se cree con derecho a exigir el cumplimiento de sus normas islámicas y a maltratar y abusar del infiel aunque esté en su casa o en su país.
7.- En el Corán se condena a todo musulmán que rompa la unidad de la religión frente al infiel. El no respetar esta unidad está considerado el peor pecado que puede cometer un musulmán. Por esta razón muy pocos musulmanes llamados moderados condenan el terrorismo islámico y su colaboración con la policía para luchar contra el terrorismo es escasa y limitada.
Estamos en guerra, una guerra no declarada por nosotros, entre otras cosas porque fue declarada en el siglo VII, y si no tomamos medidas excepcionales la vamos a perder.
Evidentemente la solución del problema es la evolución del Islam hacia una religión normal y no agresiva como ha ocurrido con religiones como la cristiana cuyos textos básicos también dicen barbaridades que el paso de los siglos ha hecho superar, y que en el Islam no se ha dado porque el inmovilismo y aislamiento del Imperio Otomano lo impidió hasta el fin de la Gran Guerra en 1917. Afortunadamente en el Islam de hoy hay movimientos, normalmente de jóvenes, que exigen la “normalización” y modernización del Islam para acabar con el grave impedimento que les supone para relacionarse con el resto del mundo. Estos movimientos revisionistas se iniciaron en el país musulmán más poblado: Indonesia, se están extendiendo rápidamente por el mundo musulmán y sin duda son la eventual solución del problema.
Justo antes de publicar esta nota acabo de oír en TV a la Primera Ministra May decir “Enough is enough”. Ojala sea cierto.


ESTAMOS EN GUERRA.

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