Revista Opinión

¿este desgraciado panorama nos espera?

Publicado el 03 julio 2015 por Franky
¿ESTE DESGRACIADO PANORAMA NOS ESPERA? Vivimos tiempos de cambio, un cambio generacional en todos los niveles de la vida pública; anda flotando en el ambiente, asistimos al declive de una era y vemos que emergen nuevos brotes con pujanza primaveral, aunque alguno viene contaminado de savia infecciosa y ya periclitada.

Va a resultar que esa regeneración, hoy tan en candelero, viene referida más a las edades que a la política, porque parece que se ha caído en la cuenta de lo que al pronto no se vio: que la crisis de 2008 no era sólo una crisis económica, una de esas purgas periódicas que tiene el capitalismo, para eliminar las toxicidades acumuladas y volver a nacer con más energía después. La sociedad actual sufre una gran crisis social y cultural; ha perdido o desechado por antigüallas los valores, las virtudes y los asideros tradicionales; han tirado por la borda la corrección y la cortesía, la educación y la rectitud.

En Grecia se han equivocado; confunden deseo con verdad, y su verdad no coincide con la realidad. Han de decir adiós a sus planes y promesas radicales, porque una cosa es prometer la utopía y otra, muy lógica, no hallarla; es la ilusión de los duros a dos pesetas y otras zarandajas populistas y radicales. Se han sorprendido al comprobar lo poco que tiene que ver la realidad con el deseo. Y es que no basta con querer y desear, hay que aceptar la austeridad y adoptar un cambio de mentalidad y un severo ejercicio de disciplina social. La demagogia resulta útil para agitar, pero de poco sirve para gobernar una Nación,
porque no encaja en el esqueleto inquebrantable del sistema; la gabernanza de las democracias no puede cuadrar con los prestidigitadores de la política.

En la bajada al infierno, Dante le dice a Virgilio que los tontos e ilusos están en el vestíbulo de los dominios luciferinos. Ahí se dirige la idiotez de A. Tsipras con muy graves resultados para Grecia; no ha sabido cerrar un acuerdo con Europa y tomando sus condiciones por inaceptables, traslada su responsabilidad al pueblo griego y, al romper las negociaciones e infringir gran ofensa al Eurogrupo, toma el callejón sin salida y convoca el referéndum, cuando lo lógico y decente es el asumir él la responsabilidad y el coste de la salida del euro; los dirigentes son elegidos para resolver los problemas y no para crearlos o agrandarlos. Mo le queda más camino que dimitir; se sabía que Europa no iba a seguir financiando a Grecia, salvo que
aceptara un nuevo plan de ajuste. Este iluso engañó a los griegos al prometerles una solución utópica: dineros sin sacrificios, lo imposible; y la política, se sabe, es el arte de lo posible, pero con sabiduría, humildad y disposición. Los políticos emergentes creen que con sus teorías populistas y simplistas van a resolver las cuestiones ni grandes ni pequeñas de la Nación; lo mismo que piensan conseguir el dinero sin aceptar las contrapartidas y las normas de la Unión Europea. Quieren préstamos gratis et amore, sin coste ninguno, y además, sin pagar las deudas que tienen contraídas; son las únicas garantías que dan. Tsipras se empeña en una política nociva y totalmente inviable, porque Grecia necesita el apoyo financiero y el
entramado político de la U.E.; a ver si se entera que sus deseos no van acambiar la realidad y que nadie irá a sufragar sus compromisos electorales. Gracia está en quiebra y él en el abismo.

Si Grecia no reacciona, se verá en serias dificultades, para pagar sus deudas y evitar el colapso de su sistema bancario. Todo este desgraciado panorama es el que nos puede sobrevenir a los españoles, si los votantes del extremismo populista y leninista no reflexionan antes y reconducen su voto a otros páramos más benficiosos para España.

C. Mudarra


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