El color turquesa es un color poco habitual para el invierno, pero maravillas de la vida, este año llega una explosión de moda en colores turquesa desde el más claro al más oscuro que nos van a llenar el triste invierno de luz y color.
Cuando imparto los cursos de estilismo he comprobado que es uno de los colores que menos utiliza la gente, tanto en maquillaje como en ropa. La mayoría lo ven como un color raro y difícil de combinar. Y sin embargo estoy comprobando con la experiencia que es de los pocos colores que quedan fenomenal a la mayoría de las mujeres, ya sean de armonía cálida o fría.
Os recomiendo encarecidamente experimentar con él porque trae mucho optimismo y frescura, supongo que porque es un color tradicionalmente más vinculado al verano que al invierno.
En un plano más psicológico el turquesa es muy aconsejable para el estrés mental, el cansancio y provoca sentimientos y ganas de renovación.
Es un color, que nos anima a empezar de nuevo con fuerzas renovadas e ideas nuevas. El turquesa es bueno, para momentos en los que uno se siente solo, nos ayuda a ser más comunicativos, sensibles y creativos.
A la hora de combinarlo hace buenas migas con el gris, con el azul marino, con el morado, el mostaza, el negro, o el beis. Es un color más combinable de lo que parece.
Ya sabes, cuando te enfrentes este invierno a un día oscuro, frio y lleno de problemas con los que lidiar, vístete de turquesa, ponte unos buenos tacones y comete el mundo.
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