Revista Cultura y Ocio

Este jueves.....................un relato con tres elementos

Publicado el 22 diciembre 2016 por Charo
ESTE JUEVES.....................UN RELATO CON TRES ELEMENTOS
    Este jueves, Juan Carlos nos ha planteado un reto realmente curioso. Nos pide que hagamos un relato introduciendo tres elementos: un actor o actriz en decadencia, un luchador o luchadora de sumo y una piscina al atardecer. Podéis leer todos los relatos participantes pinchando Aquí   Juan Carlos pedía un luchador de sumo que preparara el combate de su vida, pero de eso me acabo de dar cuenta ahora mismo, así que mi luchador es un simple principiante...
   Tumbado en la hamaca al lado de la  piscina de la casa,  los recuerdos de aquel tiempo de felicidad infinita vuelven a mi mente absorbiéndolo todo, mientras es sol, que ya pronto se esconderá en el horizonte, produce reflejos dorados en el azul del agua.   Muchas veces me he preguntado si mereció la pena, y todas me he respondido que sí, que hubiera dado incluso mi vida por aquellos años que pasé en Osaka. En aquella época yo era un actor reconocido en el mundo entero. Todas las mujeres estaban locas por mí y los papeles que me ofrecían sin duda fomentaban esa imagen de galán varonil y seductor, rompedor de corazones y mujeriego que para nada coincidía con mi verdadera condición.    Conocí a Sakaoko en un viaje a Japón, durante una visita guiada a una heya, un gimnasio donde los luchadores de sumo entrenan, duermen la siesta y comen. Sakaoko era un luchador de sumo de las categorías inferiores, todavía joven. Mientras dos de los grandes realizaban una exhibición, sus negros ojos se cruzaron con los míos y un latigazo de deseo me recorrió. Me fascinó la blancura de su piel en contraste con  su negro pelo, que recogía tirante hacia atrás, y la timidez que mostraban sus gestos cuando me ofreció una copa de sake. Actuaba de anfitrión,  vestido solo con el mawashi  de luchador, mostrando su imponente cuerpo, con ausencia total de vello  y sin el exceso de kilos que se acumulan con los años.  Intencionadamente apoyé mi mano en su brazo, que él tardó unos segundos más de lo normal  en retirar. Yo apenas había tenido algún escarceo homosexual, siempre a escondidas y con un gran sentido de la culpabilidad. Con Sakaoko descubrí el verdadero placer que siempre había tratado de reprimir. Cancelé el contrato para rodar la película que tal vez me hubiera dado el Oscar y alquilé un apartamento en Osaka. Desaparecí del mundo occidental durante dos años en los que viví mi gran historia de amor hasta que Sakaoko se cansó de mí. Volví a América destrozado, pero incapaz de mantener oculta por más tiempo mi condición sexual. Mi público no me lo perdonó jamás y  se acabaron para siempre  todos los papeles importantes.    Ahora me he convertido en un viejo actor decadente, participando en un reallity show en el que mi intimidad está expuesta a la audiencia las veinticuatro horas del día, intentando dar la nota para que mi popularidad no decaiga y aguantar el máximo en la casa, pero no me importa,  lo volvería  a hacer  una y mil veces, sí, porque solo una vez en la vida algo así te puede suceder.

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