Estudiar música eleva la inteligencia

La música no solo es un pasatiempo entretenido o un entretenimiento ocasional. Por las leyes internas y la organización que posee, su estudio puede ofrecer notables mejoras en el rendimiento intelectual. El estudiar música, según numerosos estudios, eleva la inteligencia de manera indiscutible (esto ha demostrado ser especialmente cierto en el caso de niños pequeños).

Un estudio publicado por la revista Psychological Science (dependiente de la Asociación Psicológica Americana) dejó en claro los efectos positivos que tiene la música sobre la inteligencia de niños pequeños. En este estudio controlado, el profesor E. Glenn Schellenberg demostró que en una experiencia desarrollada a lo largo de dos años, los niños que habían estudiado música habían obtenido mejores desempeños intelectuales en sus correspondientes niveles de grado, en comparación con los que no lo habían hecho. Esto evidencia una influencia decisiva de la actividad de estudiar música sobre la inteligencia global (no solo la que se aplica a los estudios musicales).

Las funciones intelectuales que están en juego al momento de estudiar música, además, sirven como esquemas para el estudio de otras asignaturas escolares. Así como el niño se acostumbra a estudiar música por secciones, posteriormente podrá extraer ideas principales con mayor solvencia, identificando de esta manera los temas más importantes en el acto (lo que tendrá resultados directos en las calificaciones que conseguirá en las distintas materias de grado).

Al estudiar música, de todas maneras, no solo mejora la inteligencia. También se afina la coordinación y se reafirman nuevas habilidades psicomotrices que pueden ser trasladadas a otras actividades. Cualquier persona que decide estudiar música, además, consigue mejorar notablemente su oído. Afinar la percepción auditiva es uno de los requisitos ineludibles para todos aquellos que desean aprender un nuevo idioma (el oído se sensibiliza y es capaz de procesar nuevos sonidos).