Revista Ciencia

Estudio alarmante vincula el tiempo frente a pantallas en la primera infancia con un procesamiento sensorial atípico

Por Davidsaparicio @Psyciencia

Nuevo estudio publicado en JAMA Pediatrics ha encontrado una preocupante asociación entre la exposición temprana a pantallas y los desafíos en el procesamiento sensorial en niños. El estudio, uno de los primeros en su tipo, sugiere que la exposición excesiva a los medios digitales en los primeros años de vida podría influir en cómo los niños perciben y responden a su entorno.

En los últimos años, con la llegada de diversos dispositivos digitales, los niños pequeños están cada vez más expuestos a pantallas desde temprana edad. Esto representa un cambio significativo en comparación con generaciones pasadas y ha generado preocupaciones entre investigadores y profesionales de la salud sobre su posible impacto en el desarrollo infantil.

El procesamiento sensorial es crucial, ya que implica la integración de información sensorial (como la vista, el sonido, el tacto) por el cerebro para formar respuestas apropiadas. Un procesamiento sensorial adecuado es vital para el funcionamiento diario y el bienestar. Existe la preocupación de que el tiempo excesivo frente a pantallas pueda afectar negativamente este proceso.

Además, estudios en neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para formar y reorganizar conexiones sinápticas, especialmente en respuesta al aprendizaje o la experiencia, indican que los cambios en las experiencias sensoriales pueden llevar a alteraciones en la conectividad cerebral. Estos cambios podrían influir en el comportamiento, potencialmente llevando a comportamientos maladaptativos.

Para investigar estas preocupaciones, la autora principal, Karen Heffler (profesora asociada de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Drexel) y sus colegas utilizaron datos del Estudio Nacional del Niño, diseñado para evaluar los efectos de los factores ambientales en la salud y el desarrollo infantil en Estados Unidos.

Los participantes en este estudio fueron inscritos al nacer y observados entre 2011 y 2014. Para el análisis actual, los investigadores se centraron en niños cuyos cuidadores completaron el Perfil Sensorial del Infante/Toddler, una herramienta validada para evaluar el procesamiento sensorial en niños pequeños. Esto resultó en una muestra de 1,471 niños, con una distribución de género casi igual.

El Perfil Sensorial del Infante/Toddler mide cómo responden los niños a las experiencias sensoriales en su entorno, categorizando sus respuestas en cuatro patrones principales basados en un modelo bien establecido de procesamiento sensorial. Estos patrones incluyen baja registración (no notar estímulos sensoriales), búsqueda de sensaciones (buscar activamente estímulos sensoriales), sensibilidad sensorial (irritarse fácilmente por estímulos sensoriales) y evitación sensorial (evitar activamente estímulos sensoriales).

Los investigadores midieron la exposición a pantallas utilizando datos informados por los cuidadores en tres etapas clave del desarrollo: 12, 18 y 24 meses de edad. Cuando los niños tenían 12 meses, a los cuidadores se les hizo una pregunta simple de sí o no sobre si su hijo veía televisión o DVD. A medida que los niños crecían, a los 18 y 24 meses, las preguntas se volvían más detalladas. Se les pidió a los cuidadores que estimaran el número promedio de horas al día que su hijo pasaba viendo televisión y/o DVD en los últimos 30 días.

Analizaron los datos utilizando análisis de regresión multinomial, ajustando diversos factores, incluida la edad del niño, el parto prematuro, el ingreso familiar y la educación del cuidador. El objetivo era desentrañar la relación entre la exposición a pantallas y los resultados del procesamiento sensorial.

Los resultados revelaron asociaciones sorprendentes. Por ejemplo, los niños que veían televisión o videos a los 12 meses tenían el doble de riesgo de estar en la categoría alta de baja registración en comparación con aquellos que no lo hacían. A medida que los niños crecían, una mayor exposición a pantallas a los 18 meses se relacionaba con una baja registración y una evitación de sensaciones más frecuentes, un patrón en el que los niños intentan activamente limitar la exposición sensorial. A los 24 meses, un mayor tiempo frente a pantallas se vinculaba con comportamientos más frecuentes de búsqueda de sensaciones, sensibilidad sensorial y evitación de sensaciones.

Estos resultados son significativos ya que se suman a la creciente evidencia que sugiere que la exposición temprana a pantallas podría tener implicaciones en el desarrollo. El procesamiento sensorial juega un papel crucial en el aprendizaje y el funcionamiento diario de los niños. El procesamiento sensorial atípico es notablemente prevalente en trastornos del desarrollo como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y el trastorno del espectro autista. Los hallazgos del estudio implican que el tiempo excesivo frente a pantallas podría exacerbar o contribuir a estos desafíos en el procesamiento sensorial.

“Esta asociación podría tener importantes implicaciones para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y el autismo, ya que el procesamiento sensorial atípico es mucho más prevalente en estas poblaciones”, dijo Heffler en un comunicado de prensa. “El comportamiento repetitivo, como el observado en el trastorno del espectro autista, está altamente correlacionado con el procesamiento sensorial atípico. Trabajos futuros podrían determinar si el tiempo frente a pantallas en la primera infancia podría alimentar la hiperconectividad sensorial cerebral observada en los trastornos del espectro autista, como respuestas cerebrales aumentadas a la estimulación sensorial”.

La Academia Estadounidense de Pediatría desaconseja el tiempo frente a pantallas para bebés menores de 18-24 meses, excepto para videollamadas en vivo, que podrían ofrecer beneficios de interacción. Para niños de 2 a 5 años, la recomendación es limitar el tiempo frente a pantallas a no más de una hora al día. A pesar de estas pautas, una carta de investigación de 2019 en JAMA Pediatrics reveló una tendencia sorprendente: a partir de 2014, los niños estadounidenses de 2 años o menos promediaban 3 horas y 3 minutos al día de tiempo frente a pantallas, un aumento significativo desde el promedio de 1 hora y 19 minutos en 1997.

“La capacitación y educación de los padres son clave para minimizar, o esperemos evitar, el tiempo frente a pantallas en niños menores de dos años”, dijo el autor principal, David Bennett, profesor de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Drexel.

Sin embargo, el nuevo estudio tiene limitaciones. Una limitación clave es su naturaleza observacional, lo que significa que puede indicar asociaciones pero no establecer causalidad. Esto significa que, aunque hay una conexión entre el tiempo frente a pantallas y los problemas de procesamiento sensorial, no se puede afirmar concluyentemente que uno cause el otro. Además, la dependencia de los informes de los cuidadores para la exposición a pantallas y las medidas de procesamiento sensorial podría introducir sesgos. Las percepciones y recuerdos de los cuidadores podrían afectar la precisión de los datos.

Otra limitación es el potencial sesgo de selección, ya que el estudio solo incluyó a niños cuyos padres completaron el Perfil Sensorial del Infante/Toddler. Además, las evaluaciones de la exposición a pantallas se basaron en informes de un solo ítem de los cuidadores, lo que podría no capturar completamente la profundidad y matices de la exposición a pantallas de los niños. Se necesita investigación futura para profundizar en nuestra comprensión de los mecanismos que impulsan la asociación entre el tiempo frente a pantallas en la primera infancia y el procesamiento sensorial atípico. “Este estudio es único al encontrar de manera prospectiva que la exposición temprana a los medios digitales está asociada con un posterior procesamiento sensorial atípico en múltiples dominios sensoriales. Estos hallazgos son particularmente importantes, ya que los problemas de comportamiento y desarrollo que pueden ser desafiantes para los niños pequeños y sus familias están significativamente asociados con los perfiles sensoriales de los niños”, concluyeron los investigadores.

Referencia: Heffler KF, Acharya B, Subedi K, Bennett DS. Early-Life Digital Media Experiences and Development of Atypical Sensory Processing. JAMA Pediatr. Published online January 08, 2024. doi:10.1001/jamapediatrics.2023.5923


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