"Eterna brisa" de Fernando G. Mancha

Precio: 8.08€ / 1€

Sobre el autor: Fernando G. Mancha

"[...] Olía maravillosamente bien y no era a perfume; era el suyo un olor salino a piel joven y a libertad antigua, curtida por el sol y por el viento, un olor a naturaleza virgen, a inocencia y a "joie de vivre" [...] Olía a vida".

"Sin ningún género de duda, Brisa era una mujer única, quizá un ángel".

"[...] Ese leve aroma a nostalgia [...] es el mismo que tú desprendes [...] el mal de la tierra, el mal de África".

Eterna Brisa es de esos libros que ves la portada y te dejas llevar sin importarte el destino. La primera impresión es de alegría y mucho color, pero luego a medida que vamos leyendo, también cobra vida la portada y nos da una nueva dimensión de la historia, más alegría y la invitación a emprender un viaje sin destino y sin fin.

Esta es una buenísima ocasión para estrenarse con este autor, sino se ha leído antes nada suyo. Fernando tiene una forma muy diferente y personal de contarnos las cosas, con cada novela suya que leo, no deja de sorprenderme la forma en que dota a sus personajes de esa voz tan íntima y femenina, con esa sensibilidad y ese toque poético que hasta ahora sólo había visto en escritoras femeninas. Con pocas palabras consigue siempre contarnos mucho, conmovernos y hasta devolvernos un poquito de ese mundo que creemos que no existe fuera de las historias que nos cuentan los libros.

La trama es sencilla, formada por una historia principal y rodeada de otras secundarias que le dan un punto mágico y soñador, pero no por ello menos importante. Las protagonistas son mujeres únicas e irrepetibles, como lo somos todas. Me atrevería a decir que esta novela es un homenaje a nosotras, a todas las mujeres que desde siempre hemos tenido tantas cosas contra las que batallar, tantos retos y obstáculos que superar para hacernos un hueco en una sociedad que cada vez nos lo pone más difícil.

Amelia y Brisa son dos mujeres complejas en su sencillez. Cada una tan diferente de la otra que se complementan. Una representa todo lo terrenal, el pasado, la vida, los años, la experiencia. La otra tan fugaz, tan etérea, tan futura e imposible de alcanzar. Ambas llenas de vida, sueños y fantasía. Al pensar en ellas no puedo evitar verlas como dos caras de la misma moneda.

Tengo que reconocer que de los libros que he leído de este autor, este no es precisamente el que más me ha gustado pero si es el que más me ha removido por dentro y que al pasar de los días conservo la sensación que me dejó de paz y bienestar.

Esta novela es amor, ilusión, ganas de reinventarse, de soñar, volar y sentirnos más a gusto con nosotras mismas, de reconciliarnos con lo que somos, más vivas, más Mujer.