Revista Economía

Eurexit.

Publicado el 24 junio 2016 por Torrens

Los partidarios del Brexit han ganado el referéndum y el Reino Unido va a abandonar la Unión Estúpida.

Antes de dar mi opinión quiero expresar mi admiración por David Cameron, Primer Ministro británico, que todo y a sabiendas que en el referéndum se jugaba no solo el seguir siendo el inquilino del 10 de Downing Street sino su carrera política, convocó el referéndum porque lo pedía una parte de la ciudadanía, quizás no mayoritaria pero si muy numerosa. Mi admiración por Cameron se mezcla con mucha envidia porque nuestros totalitarios gobernantes solo se guían por sus intereses personales y de partido, la opinión de los ciudadanos les importa un rábano y si se pide algo que no quieren o no les interesa dicen que es ilegal o inconstitucional con independencia de lo que en realidad dicen las leyes y la Constitución y se quedan tan tranquilos. Felipe González ha llegado al nauseabundo e inmundo extremo de calificar de irresponsable a Cameron por convocar un referéndum. Tiene toda la razón, ¿Cómo van a forrarse nuestros ex-presidentes hasta ser archi-millonarios como Felipe González con tipos como Camerón haciendo lo que les pide la gente? Por lo visto Cameron no se ha enterado que los votantes están solo para eso: votar, pagar, callar y obedecer. Lo de siempre, el Reino Unido es un país civilizado y democrático mientras en España impera el franquismo cada vez menos camuflado, y plagado de émulos de Franco disfrazados de ex-presidentes socialistas o de cualquier partido aparentemente democrático.

El Brexit es la primera oportunidad que se produce para poder comprobar si las políticas del miedo tienen aunque sea un mínimo de veracidad. Sobre las consecuencias negativas del Brexit para el Reino Unido, Europa y el mundo se han dicho verdaderas barbaridades. No se ha llegado a afirmar que las Islas Británicas se hundirían en el Atlántico, pero si se ha afirmado que la capacidad de compra, los ingresos netos de los británicos se reducirían en promedio a la mitad, el generoso sistema británico de ayudas sociales colapsaría y desaparecerían en casi su totalidad la sanidad y la educación públicas y muchas barbaridades del mismo estilo. Ahora tendremos ocasión de comprobar su veracidad, aunque en mi opinión veremos solo la constatación que el objeto de dichas barbaridades es solo asustar sin base alguna a la gente para modificar su opinión.

Lo que creo que va a ocurrir es que durante unos meses, quizás uno o dos trimestres, se producirán cambios y movidas importantes que quizás den la impresión que las políticas del miedo tenían algo de razón, pero alrededor de la fecha en que se cumpla el primer año creo que la situación se normalizará, entre otras razones porque tanto el Banco Central como el gobierno británicos, las grandes empresas y gestores privados estoy seguro que hace tiempo que tienen su plan B preparado por si se produce el Brexit.

Por cierto, uno de los temas que más se comenta como consecuencia negativa es la de barreras aduaneras y aranceles, como si el restablecimiento de ambos fuesen a acabar con el comercio exterior británico, olvidando que el comercio mundial está hoy globalizado y un país tan distante como la China inunda nuestros mercados como y con lo que les da la gana, productos ilegales y falsificados incluidos.

En mi opinión, al menos a medio y largo plazo, el resultado del Brexit va a ser mucho peor para la U.E. que para el Reino Unido, y el resultado podría ser una grave crisis de la U.E. que acabase con ella, aunque también podría ser, sin que tenga muchas esperanzas en ello, que alguien o algunos en Bruselas se diesen cuenta de los inmensos errores, tonterías y estupideces que se cometen diariamente en la U.E. y le diesen un vuelco total que garantizase su futuro. Por eso he titulado esta nota EUREXIT, porque esta podría ser la siguiente fase.

Lo que es muy probable que se va a producir, especialmente en España con un periodismo de ínfima calidad, es un ataque al gobierno y pueblo británicos por haberse atrevido a ni tan solo poner en discusión la infinita bondad de la U.E., entre otras cosas porque en las fechas anteriores al referéndum ya tuvimos buenas muestras del periodismo manipulador.

Uno de los ejemplos es la insistencia en que el motivo básico para el Brexit es la xenofobia contra la inmigración, que se ha repetido infinidad de veces sin dar mayor explicación al hecho. Las razones para que el discurso sobre la inmigración haya tenido influencia en el resultado son en primer lugar que las puertas de la U.E. que la Loca de Berlín abrió para países del este sin compensación ni período de adaptación ha llenado el Reino Unido de polacos, rumanos y búlgaros, en ningún caso atraídos por posibilidades de empleo sino por las generosas ayudas sociales que les permiten disfrutar de vivienda gratuita y vivir sin trabajar con sanidad y educación cubiertas, circunstancia que los partidarios del Brexit han aprovechado para emitir listas de miles de familias inmigrantes de dichos orígenes que llevan años viviendo en el Reino Unido sin haber tenido un solo empleo y haber rechazado varias ofertas de trabajo. Otro problema que ha influido en la importancia del tema inmigración en el Brexit ya lo expliqué en mi nota IDIOCRACIA II del pasado 8 de junio, la prohibición por parte de la U.E. de deportar a inmigrantes delincuentes habituales, como era normal en el Reino Unido, aprovechado por los partidarios del Brexit publicando otra larguísima lista de peligrosos delincuentes inmigrantes que ya están en libertad después de cumplir su condena pero no pueden ser deportados porque lo prohíbe la U.E. Ni uno solo de los periodistas españoles que se han referido a la xenofobia racista de los británicos ha mencionado estas dos muy buenas razones, y en cambio si se han referido a nuestros compatriotas que trabajan en el Reino Unido indicando que sus puestos de trabajo están en peligro. No creo que los españoles pierdan su trabajo porque la gran mayoría están en puestos de calificación media o alta que raramente pueden cubrir británicos por falta de oferta, en cambio, los que ya pueden ir haciendo las maletas son los polacos, rumanos, búlgaros y los delincuentes habituales a los que me he referido antes.

Otro ejemplo de desinformación periodística se dio una semana antes del referéndum cuando muchos periódicos publicaron unas manifestaciones de la señora Jensen, ministra de finanzas de Noruega que advertía a los británicos que fuera de la U.E. hace mucho frio, pero ni uno solo aclaró que el partido que gobierna en Noruega desde 2013 se autocalifica de centro-derecha cuando en realidad son de extrema derecha, siguen una política más restrictiva todavía que la U.E. en lo referente a refugiados, han expulsado repetidamente inmigrantes por falta de papeles y les gustaría ingresar en la U.E., pero no lo pueden solicitar porque en su Parlamento precisarían de mayoría cualificada de 2/3 cuando a duras penas llegan a mayoría simple, y en todas las encuestas los ciudadanos noruegos que quieren ingresar en la U.E. son una corta minoría. Esta explicación sobre el partido de la señora Jensen si la dieron la mayoría de periódicos británicos que también publicaron la noticia.


EUREXIT.

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