Hoy en día son múltiples las enfermedades y los trastornos que llevan a muchos pacientes a quedar en estado de coma o en unidades de terapias intensivas donde deben recibir asistencia respiratoria mecánica y alimentación parenteral para seguir viviendo.
El termino eutanasia hace referencia a la acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes enfermos o terminales, acelere su muerte con su consentimiento o sin él. A la vez que pueden ser los familiares directos los solicitantes de esta práctica.
La eutanasia tiene por finalidad evitar sufrimientos insoportables o la prolongación artificial de la vida a un paciente. Para que la eutanasia sea considerada como tal, el enfermo ha de padecer, necesariamente, una enfermedad terminal (cáncer) o incurable, y en segundo lugar, el personal médico debe contar expresamente con el consentimiento del enfermo.
Hoy, más estrictamente, se entiende por eutanasia el llamado homicidio por compasión, es decir, el causar la muerte de otro por piedad ante su sufrimiento o atendiendo a su deseo de morir por las razones que fuere.
En el debate social acerca de la eutanasia, no siempre se toma esta palabra en el mismo sentido, su uso y aceptación va ligada a preceptos éticos, religiosos, morales y sociales.
Actualmente como la sociedad es muy diversa y hay múltiples visiones sobre esta temática resulta muy difícil conciliar una legislación sobre el derecho para morir sin sufrir.
En Europa, sólo Holanda y Bélgica han legalizado la eutanasia, mientras que Suiza la tolera y en Luxemburgo está en curso el proceso de legalización. En Italia, la eutanasia está prohibida, pero la Constitución reconoce el derecho de rechazar cuidados médicos. En España, la eutanasia no está autorizada, pero la ley reconoce el derecho de los enfermos a rechazar cuidados médicos.
Como se ve, cada país determina su legalidad y restricción, resultando bastante difícil la decisión en estas circunstancias.
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