Era una práctica común en China emplear los órganos de los condenados a
muerte para la realización de trasplantes. Dentro de la mentalidad pragmática
china, esta práctica tenía su lógica, aunque las críticas recibidas desde el
punto de vista ético, y del respeto a la dignidad de los donantes, han hecho
que el gobierno chino replantee el asunto y haya afirmado que dejará de emplear
estos órganos desde enero de este año.
En China, la tasa de donaciones de órganos sea muy baja (0,6 por
millón de habitantes, mientras que en España es de 32 por millón). Curiosamente, ahora que se pone en tela
de juicio esta práctica, se está hablando de emplear para trasplantes los
órganos de los pacientes sometidos a eutanasia (la donación sería el procedimiento
de eutanasia). Se puede ver un comentario amplio a la cuestión en el blog El Sónar, y en Bioedge sobre China (en inglés) y sobre la eutanasia para trasplante (en inglés).