Revista Cultura y Ocio

Eva Delgado: Donde mueren los recuerdos:

Publicado el 26 julio 2016 por David David González

NOS CONOCIMOS en la primavera de 1898. Apareciste sin más en el pueblo. Nadie sabía muy bien quién eras, ni de dónde habías salido pero tu desparpajo y saber estar encandilaron a casi todo el mundo dejando de lado el pequeño detalle de averiguar qué te había traído a Olmos. Un par de mentiras bien contadas y todo el mundo quedó satisfecho. Menos mi padre; el nunca se fió de ti, y en cuanto a mí: a mí me conquistaste con una simple mirada, eso solo bastó para caer rendida a tus pies. Sólo era una niña.
Eva Delgado: Donde mueren los recuerdos:
   MI EMBARAZO ya se notaba mucho, y todo el mundo me daba la enhorabuena preguntando y felicitándome porque, al parecer, ese embarazo sí llegaría a su fin.    Tú estabas radiante. Se te había metido entre ceja y ceja que lo que llevaba en la barriga era un niño, y no parabas de decirle a todo el mundo los planes que tenías para cuando naciera. Yo, a veces, te tomaba de la mano para tranquilizarte y aclarar que, hasta que no asomara la cabecita, no podíamos aventurarnos a decir lo que era. Pero no me escuchabas.    Siempre se tenía que cumplir tu santa voluntad.
Eva Delgado. Donde mueren los recuerdos. PiEdiciones, 2015. Fotografía y diseño de cubierta: Puri Sánchez P.

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