Revista Cultura y Ocio

"Evasión del campo 14" de Blaine Harden

Publicado el 09 diciembre 2016 por Duermevela
Evasión del campo 14
Blaine Harden
Género: No ficción
Editorial: Kailas
Páginas: 260
Precio: 8€ (edición de bolsillo) o 18€ (tapa blanda)
Puntuación: 5 / 10
Sinopsis:
Hace veintinueve años, Shin Dong-hyuk nació en el Campo 14, uno de los cinco centros de reclusión para presos políticos situado en las montañas de Corea del Norte. Localizado a unos 90 kilómetros al norte de Pyongyang, este campo de trabajo es un “distrito de control absoluto”, una prisión sin salida donde la única sentencia es la cadena perpetua.
Nadie nacido en el Campo 14, o en cualquiera de los otros campos norcoreanos, ha logrado escapar.
Nadie excepto Shin. Esta es su historia.
Evasión del Campo 14 es un bestseller internacional traducido a 28 idiomas. El testimonio de Shin y este libro fueron claves en la comisión de investigación de la ONU que concluyó que Corea del Norte ha cometido crímenes contra la humanidad.

Opinión:
No recuerdo cómo llegó este libro a mis manos, pero fue tenerlo y empezar con él. Me alegro de haberlo leído, sabía que Corea del Norte se pasaba por el forro de los pantalones los derechos humanos, pero no me imaginaba que llegase a hacerse lo que se cuenta en este libro. 
Se lee en nada, perfectamente se puede acabar en dos o tres tardes. Da igual que casi llegue a las 300 páginas, cuando se cuenta la historia de Shin y empieza a enumerar las barbaridades que se cometen en esos campos es imposible escapar, no solo de la novela, sino del horror. Personalmente más de una vez quedé estupefacta ante lo que leía, de verdad que ni en mis pensamientos más locos se me pasó por la cabeza que pudiesen estar pasando estas cosas.
Increíble que en pleno siglo XXI estos sitios sigan existiendo, que se mantengan en el tiempo (llevan ya en pie 50-60 años), que la comunidad internacional lo sepa y que se permita. Increíble.
El libro no es una narración única y exclusiva de Shin, es decir, no es una narración tal cual de su vida, cosa que esperaba tras leer la sinopsis (Esta es su historia, reza en la sinopsis), sino que entre los acontecimientos más dramáticos allí vividos, su fuga, su interminable viaje hasta Corea del Sur y los primeros años ya como ciudadano con plenos derechos, intercala nombres de otros norcoreanos que huyeron, de investigadores, periodistas, investigaciones, resultados de dichas investigaciones, organizaciones gubernamentales que trabajan para la eliminación de dichos campos, etc.
Esta parte es la que hace que en ciertos momentos el ritmo de la lectura, frenética hasta el momento, baje bastante. No puede ser que en mitad de la narración de una tortura o fuga, venga el autor y se tire de seis a trece páginas poniendo información de todo lo enumerado arriba para corrobar lo que Shin le había contado y él estaba transmitiendo páginas atrás. Oye, no. Hay parte en las que pone demasiada información (fechas, nombres, organizaciones, investigaciones, títulos de libros, declaraciones de otras personas...) y molesta.
Si yo en la sinopsis leo "Esta es su historia" pienso que me vas a contar su historia, no que me vas a hacer una especie de estudio sobre la vida de Corea del Norte, porque sí, te explica las diferentes hambrunas que ha sufrido el país, cómo el dictador de turno intentó sortearlas, cómo el resto de países les enviaban comida valorada en miles de millones para que la repartiesen entre la población y que no muriesen, el contrabando existente, etc. Da información que para la historia central, la del chico, realmente no es destacable, no es importante ni se debe explicar tan pormenorizadamente como lo hace.
Si cojo este libro, libro que me venden como la historia de un fugado, por decirlo de alguna manera, quiero leer eso y no un libro sobre historia reciente de Corea del Norte. Puede sonar borde pero es la verdad. Para eso tengo internet (blogs, webs de organizaciones centradas en ello) y bibliotecas.
Otro gran fallo que le veo al libro es que al ser una historia narrada en tercera persona y con tantos datos que obviamente que no salen de Shin (lo que he comentado justo arriba), no se lee nada sobre los sentimientos del protagonista. Intuyes cómo se debe sentir pero realmente no lo sabes. Aunque siendo sinceros, en realidad no podemos ni intuirlo porque por suerte ninguno hemos pasado por algo ni remotamente parecido, por lo que nos quedamos a dos velas en este aspecto, a oscuras.  
Es algo de lo que personalmente creo que adolece este libro. Para mí es algo impersonal. No es que quiera recrearme en el sufrimiento ajeno, pero sin nada de eso la historia queda un poco distante, impersonal, extraña. Con todo, impacta lo que se lee, eso que no se le olvide a nadie.
Y para terminar, diré que es una lectura para disfrutar no solo mientras se lee, sino después. Es un crimen, y lo digo así de claro, crimen, leer este libro y luego no pensar en lo leído. Yo no pude impedir mil preguntas en mi cabeza. ¿Por qué la comunidad internacional no hace nada? ¿Realmente para parar eso tendríamos que ir a la guerra? ¿Dicha guerra sería a nivel local (asiático) o por estar Estados Unidos por ahí en medio sería la temida III Guerra Mundial? ¿Realmente sería la destrucción definitiva ante las armas nucleares que tiene Corea del Norte? ¿Realmente quiere Corea del Norte entrar en guerra cuando tiene todas las de perder porque gran parte de su mismo ejército desertaría a cambio de comida? ¿No será que Corea del Norte se sigue manteniendo por el miedo a lo que podría hacer pero en realidad no tiene medios para hacer nada o casi nada? ¿Debería intentarse aún con la sombra de la guerra sobre nuestras cabezas? Si la respuesta es no, ¿estamos siendo egoístas porque no nos toca de cerca o porque el coste sería demasiado alto? ¿Estaremos entonces condenando a los que allí son torturados y asesinados más los que vendrán en años futuros? ¿Estamos anteponiendo no solo nuestra seguridad, sino también nuestra economía a la vida de miles de personas? ¿Tiene una solución "sencilla"?  ¿Realmente Corea del Sur está tan "despegada" del tema como dicen los norcoreanos?
Y como esas preguntas, mil. Dan para un largo debate.
Es un tema complejo. Se debe solucionar, no hay duda ¿pero a qué precio? ¿Qué precio les ponemos a esas vidas?
Aún con la nota que le pongo, leedlo. Tiene partes brutales, pero sobre todo porque estas cosas deben saberse, deben estar en nuestras mentes de vez en cuando. Debemos pensar en ellas. Debemos hacer algo.

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