Revista Cultura y Ocio

Exceso de futuro

Publicado el 19 enero 2017 por Águeda Lorena García González @aguedlgg

Exceso de futuro

Vivimos en un mundo de excesos: Mi exceso de futuro, está robándome el presente.

Ahorre para el futuro, piense en su jubilación, prepárese para el mañana...

Como si vivir el día a día no fuese suficiente, aumentamos la presión pensando en cosas que probablemente no llegarán a suceder o sucederán de otra manera distinta a la esperada.

Respiramos por inercia, trabajamos por obligación y hacemos lo que se supone que hay que hacer antes de "pasar a mejor vida".

En este momento puedo afirmar sin temor a equivocarme que vivir es la cosa más difícil a la que voy a tener que enfrentarme.

Vivir no es fácil.

Miles de personas llenan las consultas de los especialistas en psicología (y sus derivados) porque viven una vida repleta de excesos: Exceso de pasado, exceso de presente y algunos como yo....exceso de futuro.

Muchos se quedan colgadas de recuerdos, de momentos pasados que ya no volverán y se aferran a ello sin darle oportunidad alguna a todo lo que está por llegar... (No voy a volver a querer a nadie como lo quise a él, no voy a volver a ser feliz como lo era antes, no voy a confiar en nadie como antes...)

Otros, no tienen tiempo de pensar en ayer, pues tienen un hoy tan exigente que apenas le queda tiempo en todo el día para pensar en ellos mismos... El exceso de presente también genera un problema, porque sientes que no controlas tu vida, sino que es la propia vida quién te controla a ti.

Exceso de futuro

Y por último, algunos se limitan a pensar en el mañana porque "Hay que estar preparados".

Y mientras piensan en su plan de pensiones, en el problema que les va a traer su hijo adolescente a casa, en la vejez que les espera... Se olvidan de lo más importante y no se permiten ser felices, "no vaya a ser que estemos desperdiciando el tiempo durmiendo la siesta, o el dinero haciendo ese viaje, o en el gimnasio, o tomando un café con los amigos..."

Ser la menor de cuatro hermanas que tienen una vida "según lo previsto" (o según esperan nuestros padres) me ha puesto el listón bastante alto.

Tengo tanto miedo a no ser como ellas, a no tener su vida, a no tener mi casa pagada, a no estar acompañada en mi vejez, a no ser tan buena madre, amiga o hermana... Se suponía que lo tenía todo y ahora no tengo nada.

Me parecía una idea absurda, pero ¿qué queréis que os diga? A veces la vida es para acojonarse...

El exceso de pasado es una gran putada emocional (todos tenemos traumas infantiles y no tan infantiles) que nos dejan un sabor amargo, una mezcla entre lo que añoramos y no volveremos a tener, un absurdo miedo a lo que vendrá.

Yo tengo exceso de futuro (es oficial), estoy paralizada por el miedo, por la preocupación, por las pensiones, por la soledad en mi vejez, por la posible enfermedad, por la falta de una pareja con quién compartir cosas...

¿Sabéis lo peor? Que ni estoy sola, ni enferma, tengo trabajo y si lo pienso objetivamente... ¡Hasta podría ser feliz! Pero no consigo deshacerme de mi exceso de pasado y vivo retrasando los cambios que el futuro me quiere hacer llegar.

La sociedad nos hace sentir egoístas cuando pensamos en nosotros mismos. Nos obliga a pensar en los demás continuamente, nos trata como a un rebaño de ovejas que son siempre guiadas por costumbres, expectativas, por normas "no escritas", que nos hacen vivir sin darnos cuenta de que la vida es "eso que te pasa mientras tú te empeñas en que te pasen otras cosas".

Exceso de futuro

Somos muchos, muchos los que tenemos miedo, los que nos sentimos solos en este mundo aunque tengamos a miles de personas con las que hablar, los que no hemos superado el pasado, los que nos sentimos incomprendidos por esta sociedad, donde sí o sí tienes que ser fuerte.

Nos preparan para estudiar, nos preparan para trabajar, nos aconsejan sobre cómo ser buenos padres, amigos, esposas o amantes...

Pero nadie nos enseña a vivir.

Y quizás por ese motivo no queremos afrontar la vida tal como viene: Unos prefieren el pasado, otros prefieren el futuro y otros "malviven su presente".

La cuestión es no estar plenamente conscientes y así ver pasar los días de nuestra vida sin "pinchar ni cortar".

Algunos pensarán que no es para tanto, que quizás es cobardía ese exceso de futuro, que la vida es luchar sin descanso hasta el último día y que es inmadurez no querer afrontar lo que tenga que llegar.

Podéis llamarlo como os dé la gana, a mí me da bastante igual...Lo cual me recuerda una frase:

Si todo te da igual, entonces...estás haciendo mal las cuentas.

¿Vosotros que opináis?


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