Revista Medio Ambiente

Experimentos minimalistas: ¿dónde está el limite?

Por Valedeoro @valedeoro

alpaca pisando el pie de alguienLas navidades son quizás la época en la que más se nota que estás intentando llevar una vida más minimalista. Mientras en rebajas puedes evadir el tema, durante las navidades es imposible esconderte, porque esta vez no eres tu quién toma las decisiones a la hora de comprar. Tan solo puedes decidir cómo reaccionar cuando te presentan regalos más o menos originales.

¿Vale la pena rechazar regalos ya comprados? ¿Hablas con tus amigos y seres queridos para instaurar una tregua de regalos? ¿Aceptas los regalos para venderlos en ebay (y correr el riesgo de que tu primo los encuentre)? ¿Los guardas en la caja de los regalos reciclables?

Tu libertad termina donde empieza la del otro

Me encantaría tener la respuesta para todas estas preguntas, pero la realidad es un poco más complicada. Vivir con menos cosas, concentrarse en lo esencial para deshacerse de lo superfluo y no aceptar más “trastos” en tu vida no fue algo que aprendiste de un día para el otro. Por lo tanto no puedes esperar que tu pareja, tus padres o tus amigos lo entiendan con una charla de 10 minutos. A lo mejor se dan cuenta de que tu habitación ya no es el desastre que era antes, que ahora sí que haces algo de deporte todos los días en vez de mirar series. O quizás no. Noo deberías preocuparte por ello.

El minimalismo no es una religión, ni tu eres un misionero. Aplica las ideas en tu propia vida para ver qué efecto tienen y cómo te sientes instaurando nuevos hábitos y más espacio en tu vida . No intentes aplicarlo a la vida de otras personas, a no ser que te hayan pedido explícitamente ayuda para ordenar el armario u organizar una mudanza.

Pon tus límites, comunícalos si hace falta y sigue adelante

Una cosa es evitar meterte en la vida de los otros y otra totalmente distinta es que ellos no se metan en la tuya. ¿Y si no saben que se están metiendo en la tuya? Ya sé, escribes un blog sobre los cambios que has hecho en tu vida. Y que tus amigos ya están cansados de oír hablar del tema tras analizarlo constantemente. Pero existe la remota posibilidad de que tu tía no lea tu blog y no frecuente las mismas fiestas que tú. ¿Cómo se va a enterar de que este año ya no quieres un peluche para tu (ya obsoleta) colección de elefantes de peluche?

Si este año no quieres regalos, avisa a las personas con amabilidad y con suficiente tiempo de antelación para que puedan hacerse a la idea. Puedes ofrecer ideas alternativas (donaciones en vez de regalos) o dar ideas de cosas que realmente necesitas ( ropa de cama nueva , un vale para escoger juntos un cuadro para la nueva habitación ). Comunica tus límites y después olvídate del tema.Y si a pesar de todo te regalan un peluche en forma de elefante, seguro que encontrarás a algún niño de tu entorno al que le encantará.

Si alguien te pisa el pie… díselo, no le pegues

Si partes de la idea de que en el fondo la gente es buena, te será más fácil mantener la calma y comunicarte con tu entorno. La persona que te pisa el pie no lo hace con malas intenciones, simplemente no se ha dado cuenta de que tu pie estaba allí. Tu tía no quiere ahogarte con peluches, simplemente desconoce tu cambio de hábitos.

Por supuesto lo mismo vale también a la inversa: si alguien te pide un cambio, no te enfades. A lo mejor le estabas pisando sin darte cuenta…


Imagen: yukop / flickr


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