Revista Salud y Bienestar

Expertas en TDAH subrayan impacto en todas las áreas de la vida del paciente‏

Por Fat
El Trastorno por Déficit de Atención, con o sin Hiperactividad (TDAH) va mucho más allá de los tres clásicos síntomas como hiperactividad, falta de atención e impulsividad, afectando a todas las áreas de la vida del paciente relacionadas con el desarrollo social y emocional. Así lo han afirmado los expertos reunidos en el Simposio Internacional en TDAH, organizado por Lilly, donde también se ha constatado la evidencia de un retraso en la maduración de algunas regiones del cerebro como origen de este trastorno psiquiátrico.
En la vida cotidiana, los niños con TDAH son incapaces de permanecer quietos y concentrados en una actividad, no atienden y tienen un mal comportamiento. Asimismo, presentan retraso psicomotor, trastorno del lenguaje y dificultades en la grafía, que muchas veces se confunde con falta de interés o incapacidad del niño para aprender. A todo ello se le debe añadir su mala gestión de las emociones, que les lleva a tener problemas con sus compañeros y a que a menudo se les etiquete como ‘los malos de la clase’.
El resultado es una elevada desadaptación y falta de integración social. Por este motivo, “muchas veces, cuando diagnosticamos TDAH a un niño y los padres conocen en mayor profundidad este trastorno, sienten cierto alivio porque se dan cuenta de que no es que hayan fracasado en la educación de su hijo, si no que existe un problema orgánico que provoca ese mal comportamiento y que puede ser tratado”, explica la Dr. Margaret Weiss, Doctora en Medicina y especialista en Psiquiatría, directora del Programa Provincial para TDAH de la University British Columbia (Canadá), que ha desarrollado la escala de diagnóstico WFIRS.
-La neuroimagen como apoyo para el diagnóstico del TDAH
El TDAH es un diagnóstico clínico; no es fruto del resultado de una prueba sino de la suma de las conclusiones de varios tests, entrevistas y evaluaciones, tanto del paciente como de su entorno más directo. De ahí su dificultad.
Se considera que el TDAH no tiene una causa única, sino que se da por una serie de factores biológicos y psicosociales que interactúan entre sí. Por un lado, una producción irregular en dos neurotransmisores como son dopamina y noradrenalina; y, por el otro, la predisposición genética, que se traduce en un riesgo del 57% de que el niño presente este trastorno si uno de los dos padres también lo tiene.
Sin embargo, ahora diversos estudios de neuroimagen han demostrado que los niños con TDAH presentan un deterioro cerebral. “El TDAH se asocia a un déficit en la estructura y la función de las sustancias químicas del cerebro, en particular en las zonas que son importantes para la atención y el autocontrol. Estas pruebas, que muestran que existen alteraciones neurobiológicas en los pacientes, ratifican que el TDAH no es una enfermedad inventada”, afirma la Dra. Katya Rubiá, Profesora en Neurociencias Cognitivas en el Instituto de Psiquiatría de Londres y directora del Departamento de Neuropsicología del desarrollo y Neuroimagen.
-Una enfermedad que exige un abordaje multimodal
Aunque los tratamientos farmacológicos alcanzan un éxito valorado en un 70-80% en pacientes adecuadamente diagnosticados, las diferencias individuales en dicha respuesta son amplias. Además, la diversidad de síntomas que sufre el niño con TDAH en todas las áreas de su vida exige un abordaje multimodal. Esto supone la realización simultánea y coordinada de aproximaciones terapéuticas farmacológica, psicológica, psicopedagógica y psicosocial.

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