Tony Blair se ha rendido en la lucha contra el éxtasis que consumen semanalmente dos millones, la mitad de los cuatro millones de jóvenes británicos que salen de discotecas.
Tras la muerte de una chica londinense, a la vez que cuatro españoles, Blair lanzó esta semana una guía para las discotecas de la “Generación Éxtasis”, los jóvenes que “comen” 100 millones de píldoras anuales. En España se cree que 500.000 “comen” 18 millones también al año.
Blair ha escandalizado a muchas organizaciones al proponer el autocontrol con la guía: “Esto es admitir la derrota. El éxtasis afecta gravemente al cerebro. Gran número de estos consumidores se convertirán en una epidemia de enfermos mentales que no sabemos cómo podremos tratar”, advirtió “No Drugs”, que reconoce que en 2001 murieron 36 jóvenes británicos por el éxtasis, aparte de los fallecidos con otras drogas.
Como el éxtasis se ha convertido en “parte integral de los fines de semana”, la guía hace las siguientes recomendaciones para discotecas y “comedores” de pastillas:
Debe haber agua corriente en los lavabos para evitar la deshidratación provocada por la droga y el baile. Público limitado para prevenir avalanchas. Regulación del ritmo de la música para reducir el sobrecalentamiento corporal. Disponer de salas de recuperación separadas de las de baile. Tener empleados entrenados en primeros auxilios.
“Ya han comenzado a aflorar enfermos mentales del éxtasis de hace una década. Pronto veremos la gran epidemia”, insistió “No Drugs”.
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