Revista Cine

Factual: Fútbol es Fútbol

Publicado el 10 mayo 2012 por Fimin

10 de Mayo del 2012 | etiquetas: Factual, Fútbol, Manel Carrasco  Compartir

No sé si os habréis enterado, pero se ve que este año ha habido liga de fútbol. Para el que no le suene el término, se trata de ese simpático deporte que arrastra multitudes por todo el mundo, donde las rivalidades pueden rebasar los límites del campo y la filiación a un equipo casi se convierte en una forma de ver la vida. El “fúrbol” está muy presente esta semana por partida doble: la temporada de primera división toca a su fin, y la final de la Europa League ha enfrentado a dos equipos de la liga española. Por todo ello, nuestros queridos lectores pueden escuchar el Carrusel Deportivo, ver por televisión alguna tertulia enconada entre merengues y culés, o ponerse una película. ¿Una cualquiera? No claro, una de fútbol.

Y si pensamos en cine balompédico, a más de uno le vendrá a la cabeza el bueno de Sylvester Stallone con guantes de portero, encerrado en un campo de concentración con (pónganse firmes) Pelé y Bobby Moore. Pero no todo acaba aquí, el cine tiene muchos y muy variados ejemplos de su relación con el fútbol, y en filmin tenemos para elegir. Solo falta pintarse la cara con los colores del equipo, ponerse la bufanda, sentarse ante la pantalla, y como si fuera la final de la Champions…

Como no puede ser de otra manera, cuanto más futbolero es un país más películas produce sobre el tema. En este sentido, el cine español tiene ejemplos para todos los gustos. Fernando Colomo habla en Rivales (2008) de la sempiterna enemistad entre Barcelona y Madrid, siempre traducida en el campo de juego. La película junta en una final a los alevines de las dos ciudades, y a través de una ristra de personajes (caras conocidas del cine español) se desgranan las miserias y los tópicos de este tipo de enfrentamientos. Más de uno sentiremos un escalofrío al reconocer como propias algunas de las patéticas actitudes de los protagonistas. Es curioso lo poco que se trata esta rivalidad en nuestro cine, y mira que da para varias comedias, y algún que otro drama.

Aunque a este lado de los Pirineos, quizá el director que más ha trabajado el campo de juego es Roberto Santiago. Si en El penalti más largo del mundo (2004) pone a Fernando Tejero frente a la portería de una liga de barrio, en El sueño de Iván (2011) plantea la fábula de un niño de once años ante la posibilidad de jugar contra los mejores del mundo. Una comedia negra por un lado, y una historia para los más pequeños amable y transparente por el otro. Las dos caras del fútbol en pantalla.

Y si en España se respira fútbol por todas partes, en Gran Bretaña lo llevan en el ADN. Los grandes jugadores de la Premier League son tan venerados que hasta Ken Loach los utiliza para sus crónicas de una sociedad en crisis. La ocasión lo merece: nada menos que el gran Eric Cantona se presta a interpretarse a sí mismo, como guía moral de un cartero de Manchester al que le sobran los problemas. ¿Alguien se imagina a Loach haciendo una comedia? Algo parecido nos ofrece Buscando a Eric (2009). El cineasta inglés se muestra más fresco que nunca, rozando el optimismo y sin abandonar una cierta mitomanía que cualquier aficionado al fútbol puede comprender. Hasta las clases bajas tienen derecho a soñar con la primera división, y si no, que se lo pregunten a Marcel Rasquín y su fútbol de fabela retratado en la venezolana "Hermano", un film que fusiona el drama familiar con la épica deportiva para hablarnos sobre amores filiales.

En la misma línea del cine social, el iraní Jafar Panahi trató el fútbol como motivo de fondo para denunciar las injusticias del régimen de su país en Offside (2006). Panahi, silenciado por la ley de su país desde hace unos meses, ha levantado una filmografía sin pelos en la lengua. En Irán el fútbol también levanta pasiones, pero las mujeres no pueden entrar en el estadio. El cineasta centra su mirada en actrices no profesionales, y con su contundente espontaneidad nos habla de todas las mujeres que se disfrazan de hombres para ver los partidos de fútbol, con el riesgo de ser detenidas por la policía. Una visión diferente del fenómeno que suscita este deporte, en un contexto inimaginable y de la mano de uno de los cineastas que mejor transmiten la indignación del ciudadano contra la represión del sistema. Y de rebote, una de las mejores películas sobre el fútbol que se han hecho nunca. Por su parte, Gerardo Olivares también recorre terrenos insospechados para plantear una historia que habla de la universalidad del fútbol, capaz de aglutinar frente a un televisor (o una radio) a pueblos teóricamente opuestos.  En La gran final (2006) el motivo que los mueve es la final entre Alemania y Brasil del mundial de Corea y Japón del 2002. Ganó Brasil, pero eso es lo de menos.

Pero por supuesto no podemos hablar del Deporte Rey sin mencionar a uno de los países más emblemáticos. Argentina transmite una imagen al mundo donde el fútbol se respira por las calles, se integra en la historia y en la política de la nación y se recoge en la cultura de su pueblo. Tiene algo de tópico, por supuesto, pero llama la atención la cantidad (y la calidad) de títulos que giran alrededor de la pelota de cuero. Carlos Sorín habla del jugador más famoso del fútbol argentino en El camino de San Diego (2006), donde un humilde trabajador en paro inicia un viaje a pie hasta Buenos Aires para entregar a Maradona una talla con su rostro. Movido por el mito del 10 argentino, el protagonista emprende un viaje que lo aleja de las miserias de su vida cotidiana. Sin embargo, una de las mayores aportaciones del fútbol al cine se resume en una escena para enmarcarla: Una vez más en Argentina Juan José Campanella sitúa uno de los momentos clave de El secreto de sus ojos (2009) en medio de un partido. Las voces y los gritos inundan la escena, mientras los personajes avanzan entre la multitud, recorren todos los recodos del estadio, y todo en un plano secuencia trepidante, ágil, virtuoso y bien cerrado. Se respira más fútbol en este oscarizado drama de lo que parece a simple vista.


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