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Fais, fais.

Publicado el 10 enero 2017 por Bypils @bypils

Fais, fais.

Son traicioneras, las olas de tristeza. Te pillan desprevenido, te golpean por la espalda y te bajan el bañador, dejándote el culo al aire. Suelen ser un impacto, un revolcón que te deja sin respiración unos segundos para, después, dejarte emerger hacia el oxígeno, aunque sea tosiendo y atragantado…

Yo creo que todos los seres humanos (incluyendo al ser más feliz del mundo), sufrimos del remojón de la ola de tristeza traicionera. Y la cosa es compleja porque en esto de la tristeza, hay muchas modalidades: puede ser por la cara, gratuita, sin motivo, de regalo. O por un catalizador, un estímulo externo, un algo que te ha desequilibrado el equilibrio. Puede ocurrirte de vez en cuando, a menudo o demasiado a menudo. Pueden ser olas cortitas o de esas gigantes que rompen con furia … Sea como sea la tuya, seguro que has conocido la tristeza.

Fais, fais.

Para surfear esas olas, que nos hacen borrar de un plumazo lo bueno de nuestra vida y nos colman de esa tristeza densa que se te agarra al corazón sin saber el motivo,  existe una técnica de expulsión. Básicamente, consiste en utilizar una palabra mágica. La pronuncias dos veces y la ola se empequeñece. Toda su potencia se ve neutralizada por un conjuro.

No puede ser una palabra cualquiera: debe ser “la palabra”. Una que condensa los dos conceptos claves: 1) Si no hay motivo para la tristeza, ¿Qué coño haces aquí? y 2) Vete a …(cada uno que la mande – a la tristeza-donde mejor le vaya).

La palabreja mágica es: “Fais”. Y la debéis pronunciar dos veces: “Fais, fais”. Si pronuncias el “Fais, fais” acompañado con movimientos de las manos como de “a mí déjame en paz” , el efecto se ve reforzado.

Fais, fais.

Te lo puedes creer o no. Pero…no te cuesta nada intentarlo. Nadie te verá, te lo juro. Al mínimo indicio de chapuzón, conjuras el “Fais, fais”. Si no toca estar triste, no toca… aunque tu cerebro tenga ganas de jugar contigo.

La Técnica del “Fais , fais” descoloca completamente a tu mente que, confusa, se olvida de que debe estar triste y centra sus esfuerzos en decodificar que es lo que significa el dichoso “Fai, fais”. Tú, que ya lo sabes, ya estás nadando hacia la superficie.

Así, sales a flote, chapoteando y, si hay suerte, con el bañador en su sitio….

Fais, fais.

Fotos de Unplash.


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