El Zoo de Barcelona está de luto tras la pérdida de uno de sus miembros más queridos y emblemáticos, Pedro, el rinoceronte blanco más longevo de Europa. Pedro, que llegó al zoológico en 2003, vivió en la ciudad durante veinte años y se convirtió en un símbolo del recinto.
Lamentablemente, el 18 de octubre de 2023, Pedro falleció debido a su avanzada edad, lo que lo llevó a un proceso de debilitación irreversible.
La noticia de su muerte ha conmovido a los amantes de la naturaleza y los animales en toda Europa, ya que este majestuoso rinoceronte era uno de los últimos ejemplares de su especie en el continente. Su muerte deja a solo 339 rinocerontes blancos como él en los centros de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA).
Esta especie se encuentra en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, y su población se ha visto gravemente amenazada en las últimas décadas debido a la caza ilegal de sus cuernos.
El rinoceronte blanco de más edad
Pedro, según información del Zoo de Barcelona, tenía entre 53 y 54 años al momento de su fallecimiento, lo que supera significativamente la esperanza de vida promedio de su especie, que suele oscilar entre los 40 y 50 años.
Su llegada a Barcelona en 2003 marcó un nuevo capítulo en su vida, ya que había sido trasladado desde Sudáfrica hacia España en 1972. La promesa de su nuevo propietario de cuidarlo no se cumplió, lo que llevó a su traslado a Barcelona.
En la Ciudad Condal, Pedro recibió atención especializada, especialmente en los últimos años de su vida.
La especie de rinoceronte blanco meridional ha enfrentado graves amenazas debido a la caza furtiva dirigida a sus valiosos cuernos. La situación crítica de estos animales llevó a la implementación de estrictas medidas de protección, lo que finalmente permitió su recuperación.
El Zoo de Barcelona se ha destacado en el cuidado de animales en situaciones similares a la de Pedro y ha desarrollado un departamento de cuidados geriátricos para acompañar a los animales en sus etapas finales.
Dejó una huella en el Zoo
Pedro, un embajador de su especie amenazada, deja un legado importante en la conservación de la vida silvestre. A pesar de los desafíos que enfrentó su especie, su longevidad y cuidado en el Zoo de Barcelona representan un testimonio de cómo la dedicación y la protección adecuada pueden evitar la extinción de una especie.
La muerte de Pedro también resalta la importancia de la conservación de la vida silvestre y la necesidad continua de esfuerzos para proteger a estas especies.
La estricta regulación de la caza furtiva y la preservación de hábitats naturales son elementos fundamentales en la lucha por la supervivencia de animales como los rinocerontes blancos meridionales.
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