De niño vivió en la cárcel y no fue a la escuela, pero aprendió a leer como pudo y devoró miles de páginas hasta que se decidió a escribirlas. Claro que antes tuvo que trabajar en una fábrica de betún, en unas condiciones tan lamentables que jamás pudo lavar su cabeza de tanta mugre y convirtió esa explotación infame en protagonista de su obra.
Cuando logró salir de la fábrica se empleó como pasante, taquígrafo, reportero y cronista parlamentario. Intentó ser actor pero no era lo suyo. Y decidió volcarse en construir personajes mejor que en interpretarlos. Gran decisión, sin duda, porque ese andamiaje de personajes inolvidables, que van por la vida buscando la nobleza y atacados de ruindad, propia o ajena, convertiría a Charles Dickens en uno de los grandes literatos de todos los tiempos.
Una repasa los títulos de sus obras y se queda, por aquello de la metáfora, con Grandes esperanzas. Es la historia de Pip, un niño huérfano con un solo empeño en la vida: hacerse un hombre de bien. Para ello cuenta con un benefactor inesperado, cuya identidad no conoce hasta el final de sus días.
Resulta preocupante pensar que, tal como se está poniendo el patio, el tiempo se torne bucle y regresemos como por cruel encantamiento a las condiciones sociales de aquella época victoriana, negra de fondo y forma (al menos para los que no eran ricos), en la que los obreros eran esclavos modernos, solo aprendían los niños con afán autodidacta y para triunfar en la vida necesitabas un "benefactor" que te apañase la cuenta corriente.
Las esperanzas han dejado de ser grandes para tornarse en falsas. Nos prometieron que si estudiábamos seríamos "alguien". Que ir a la universidad nos garantizaría un futuro. Que cuanto más y mejor trabajásemos, mayor y mejor sería nuestro progreso en la vida. Y nos engañaron.
Nos hemos pasado la vida estudiando sin dejar de ser un cero a la izquierda. Hemos engordado las listas de clase universitarias solo para colgar en la pared títulos que ya no valen nada, tan repetidos como suenan. Nos hemos hinchado a trabajar en condiciones precarias para ganarnos, simplemente, seguir un día más con la precariedad. Y eso en el mejor de los casos.
Los Tiempos difíciles del maestro Dickens, que nació tal día como hoy, hace doscientos años, han vuelto. O quizá no se fueron nunca y todo el esplendor que nos vendieron no era más que una bagatela de oropel.
[Publicado en Madrid2Noticias].
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MÁS INFO
Copio y pego del blog de Eutelequia:
"Londres se ha volcado con el bicentenario del autor que la retrató como nadie. Si quieres estar al día de todo lo que se ha organizado con motivo de este aniversario, no te pierdas la web www.dickens2012.org, donde encontrarás exposiciones, obras de teatro, festivales e incluso los documentales que la BBC dedica al escritor victoriano.
Y si piensas viajar a Londres, la aplicación para iPhone y iPad Dark London, desarrollada por el Museo de Londres, te acompaña por los paseos nocturnos que Dickens solía dar por la ciudad y te ofrece lecturas interactivas con pasajes de sus novelas y un mapa comparado de Londres en 1862 y en la actualidad.
¿Que estarás en Madrid? Pásate por las librerías Sin tarima y La Fugitiva, porque desde hoy hasta el 29 de este mes hacen un 5% de descuento en todas las obras de Dickens, así como en la biografía que dedica al escritor londinense Peter Ackroyd, Dickens. El observador solitario."