Revista Cultura y Ocio

Falsos mitos del juego, las cosas no son lo que parecen

Publicado el 28 febrero 2014 por Albilores @Otracorriente

falsos mitos

Muchas veces habrán oído hablar de los mitos urbanos sobre el juego, como los que se ciernen sobre la población de origen chino, que hablan de jugadores que consiguen ganar grandes sueldos jugando a las tragaperras, black-jack, ruleta, etc.. Pero nada más lejos de la realidad.

Lo que ocurre simplemente es una asociación de ideas y conceptos distorsionados que nos provoca a los occidentales que nos fijemos en el resultado que obtienen tan sólo cuando éste es positivo y así alimentamos falsos mitos.

Es decir, la población oriental o de origen oriental afincada en Europa sigue teniendo costumbres y conductas que aún hoy en día nos siguen resultando peculiares. Esto también ocurre en el juego.

El jugador “chino” en cualquier juego, tradicionalmente no es un jugador ganador, al igual que ocurre en todas las sociedades, pero sí actúa de formas “extrañas” de acuerdo con nuestros conceptos occidentales.

Un jugador chino tiene costumbres poco habituales desde nuestro punto de vista, como la de poner una sola ficha de 50 € en el paño de una ruleta apostando por un único número al pleno.

La percepción de los occidentales, incluidos los crupieres, hará que sólo nos fijemos si el número resulta premiado, quedándonos atónitos ante este resultado. El boca a boca llevará a nuestros conocidos el hecho ocurrido. Es decir, estaremos convencidos de haber vivido un hecho fuera de lo normal ante un jugador que supuestamente sabía dónde iba a caer la bola y qué número iba a ser premiado.

Sin embargo, las veces que la apuesta no es premiada pasará inadvertida ante nuestros ojos. Ni siquiera daremos importancia que a este jugador la suerte no le sonreirá cuando se sucedan las apuestas y no obtenga premio, con el consiguiente enfado debido a las perdidas. Si fuera así, los mitos del juego que realizan caerían enseguida.

El hecho de apostar una única ficha  de 50 € a un solo número repetidamente al cabo de una noche nos resulta descabellada para nuestros obcecados ideales, ya que un europeo con el mismo dinero en el bolsillo, a buen seguro, hubiese preferido apostar varias fichas de 50 € repartidas en varios números, de una sola vez, con la intención de cubrir la mayor parte de números posibles.

Pero si nos fijamos en estas situaciones y hacemos una comparación, matemáticamente nos daremos cuenta de que si apostamos una sola ficha a un único numero 20 veces (como haría este jugador de origen oriental), la probabilidad de obtener premio es exactamente la misma que si apostamos las 20 fichas de una sola vez en 20 números diferentes (como probablemente solemos hacer los europeos).

Es decir, 1/36+1/36+1/36+….1/36 = 20/36, así 20 veces, sería la probabilidad del jugador “chino”. Así pues, no hay mitos que valgan,las reglas del juego dejan muchas opciones.

Los occidentales apostaríamos de una sola vez a 20/36. La probabilidad de que nos toque es la misma.

De esto sacamos una conclusión: que el hecho de encontrarnos con un jugador que aparentemente haga apuestas un tanto extrañas y que resulte ganador no es ni mucho menos algo insólito ni tampoco mágico, tan sólo entra dentro del porcentaje de la posibilidad de acierto.

Estos falsos mitos del juego de los orientales también los podemos atribuir a las máquinas tragaperras en las que los gestos “raros” de los jugadores de este origen asiático nos hacen sospechar; así que, cuando consiguen el premio, lo atribuiremos a estos comportamientos tan poco familiares.

Pero no es cierto ni mucho menos que estas “rarezas” produzcan un resultado positivo, ya que en España siempre tenemos la mala costumbre de valorar el dinero que extraen de la maquina sin pensar en el dinero que han tendo que invertir, bastante complicado de saber porque suelen traerlo en monedas sueltas procedentes de fuera del establecimiento donde se está jugando, por lo que calcular lo que han invertido es muy complicado, a diferencia del jugador europeo que prefiere llevarlo en billetes y cambiarlo en el mismo establecimiento.

Estas y otras situaciones nos hacen fomentar falsos mitos basados en nuestra propia ignorancia y en nuestras falsas creencias, pero que nada tienen de especiales o extrañas y que no son ni mucho menos eficaces.

Los propietarios de las máquinas, mesas de juego, etc, aparte de lo que se quejen públicamente sobre sus ganancias, están realmente contentos con los jugadores orientales, que sostienen la base de sus negocios en un porcentaje nada desdeñable.


Volver a la Portada de Logo Paperblog