Revista Psicología

Falta y organización de tiempo

Por Centro Psiconet

Centrémonos ahora en cómo combatir esta sensación tan común de la que estamos hablando, la falta de tiempo.

Podemos reducir actividades, pero la clave sigue estando en la organización de nuestro tiempo. Esta sensación de “falta de tiempo” lleva con frecuencia a actuar con precipitación, cansancio o apatía tras actividades no productivas, sensación de estar desbordado, incumplimiento reiterado de compromisos, dudas sobre cuál de las múltiples actividades realizar primero o dejarla para último lugar, sensación de no haber hecho lo que se debía y haber realizado cosas inútiles, interfiriendo de forma importante con nuestra calidad de vida a la vez que provoca esa sensación de malestar difusa de estar siempre obligado a hacer lo que no se desea, de no poder hacer o no haber hecho, lo que se deseaba. Esto conlleva una disminución en el concepto de uno mismo y, por tanto, en la autoestima, como habíamos comentado con anterioridad.

De todas las actividades a realizar, solo algunas son muy importantes, otras lo serán menos y algunas incluso nada importantes, es decir, no pasaría nada por no realizarlas. Una forma, pues, de organizar el tiempo, de administrar más adecuadamente el tiempo, es “establecer prioridades”. Siempre hay tiempo, pero sólo para algunas cosas, cada uno tiene que tener la capacidad para decidir dedicar el tiempo a lo que considere más relevante.

Podemos dar algunas pautas o pasos en la organización del tiempo que resultan efectivas.

• Evaluar a qué se dedica el tiempo. Lo primero es identificar a qué estamos dedicando el tiempo en la actualidad, punto de partida necesario para establecer qué se puede o debe modificar. Debemos ser muy exhaustivos en este análisis porque es de donde vamos a poder sacar nuestras respuestas y planificación, según podamos ver cómo se reparte nuestro tiempo, así vamos a poder hacer las modificaciones pertinentes.

• Establecer prioridades: ahora es necesario establecer qué es lo que deseamos o debemos hacer, cuáles son nuestros objetivos a corto, medio y largo plazo.
Para identificar estos objetivos se pueden elaborar tres listas: una para objetivos a corto plazo (esto es, objetivos a alcanzar en aproximadamente una semana), otra para objetivos a medio plazo y, una tercera, para objetivos a largo plazo. La forma de elaboración de estas listas puede seguir las pautas de la “tormenta de ideas”: apuntar todos los objetivos que se le planteen a la persona, por descabellados, tontos o irrealizables que puedan parecer, sin emitir juicio de valor alguno.
Una vez confeccionadas las tres listas, se han de ordenar los objetivos de cada una de ellas en función de su importancia (desde el más importante al menos importante de cada lista).
Finalmente, se seleccionan los dos primeros de cada lista (los más importantes). El tiempo disponible se organiza sólo para la consecución de estos objetivos. El resto de los objetivos no es prioritario, de momento, y debe ignorarse hasta que se hayan cumplido los objetivos prioritarios. Una vez que se hayan cumplido los objetivos prioritarios, se hará hincapié en los siguientes de la lista, y así sucesivamente.

La entrada Falta y organización de tiempo se publicó primero en Centro de Psicología Psiconet.


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