Favoritas 2013

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Venga, va: acabemos con esta tontería y demos paso de una vez al despropósito. Tan esperada como detestada, tan escasa de criterio como abundante en comas, paréntesis y dospuntos; tan imbuida de pasión de fan como necesitada de rigor, y (¡oh!) por segunda vez en The Songs We Love, ahí va mi LISTA DE FAVORITAS de entre todas las canciones que me acompañaron este año. La venda antes de la herida: esta es la lista que, contra el más elemental sentido común, relega a ciertos señores con casco a la parte baja de la tabla. La lista donde no están Disclosure, ni Kanye West, ni ninguno de esos otros nombres-que-supuestamente-deberían-haber estado; la lista en la que (glups) para encontrar un grupo nacional hay que irse al puesto nº 30: mi reconocimiento para Hidrogenesse, Doble Pletina, bRUNA, We Are Standard, Guillamino, Murciano Total y Pony Bravo por conseguir colarse en tan selecta selección; una -tan sólo- personal colección anual de debilidades, el selecto catálogo de doce meses de afecciones, y en su propia definición, terriblemente subjetivo y condenado a una efímera vida: sólo Dios sabe lo mucho que he sufrido este año por haber descubierto “The Fall” de Rhye unos meses más tarde de lo conveniente… De modo que el que busque una lista en condiciones con las mejores canciones del año, que lo haga en Pitchfork, en la Mojo, en la Spin y en la Uncut, o que se compre la Rockdelux en enero, pero ¡demonio! estas han sido mis favoritas de este año, y eso, por el momento, no tiene remedio. Como siempre, el criterio a la hora de establecer el número de canciones que hacen podio lo marca la duración de un CD grabable, que luego quemaré en el reproductor del coche. Suelen ser unas 17; algún año entran algunas más, y otros años son menos: una cifra tan justificable, digo yo, como la de aquellos que optan por hacer su Top 10 o su personal lista de los 25 mejores temas del año. Arbitrariedad hasta en eso. Y si a alguno aún le quedan dudas al respecto del muy personal modo con que está confeccionada esta selección, que se mire la lista del año pasado, que tampoco es plan de repertirlo todo. Además, como se suele decir (me temo que esto llega como tres párrafos tarde, Sr. Helvetica): Excusatio non petita, accusatio manifesta. Así que allá va, sin más preámbulos, el repaso a las MENCIONES DE HONOR: 50 For – Christoper Duncan 49 Igual o Mayor Que – Doble Pletina 48 Maxim’s I – Julia Holter 47 Weight – Mikal Cronin 46 Earthly Pleasure – Villagers 45 Get Lucky [feat. Pharrell Williams] – Daft Punk 44 3 Days – Rhye 43 Diamonds – The Boxer Rebellion 42 Racer – Giorgio Moroder 41 Finger Back – Vampire Weekend 40 Darkness – Du Tonc 39 Dropla – Youth Lagoon 38 Lunartick – Tracques 37 Humiliation – The National 36 Close To The Glass – The Notwist 35 Evergreen – The Hendersons 34 He Took You in His Arms – Bill Ryder-Jones 33 Daddy’s Groove – Röyksopp 32 Virgin Veins – Coma Cinema 31 Fresh – Summer Camp 30 El Artista (glitter) – Hidrogenesse 29 Dear Friend – Jonathan Wilson 28 Where Are We Now? – David Bowie 27 Hidden Shelters – Lovelier Other 26 Milk – Moderat 25 Axis – Pet Shop Boys 24 Radiation – Yvette 23 The Best Jewel Thief In The World – Prefab Sprout 22 Avant Gardener – Courtney Barnett 21 The Desert Babbler – Iron and Wine 20 Berlin – Ry X 19 Clear the Air – Jacco Gardner 18 San Francisco – Foxygen 17 Red Eyes – The War On Drugs Y ahora sí, estas son mis CANCIONES FAVORITAS DE 2013: 16 Sundown – Sally Shapiro: fantástico híbrido entre las melodías pop de Saint Etienne, la dulce voz de la noruega Annie, y la inocencia de unos primerizos Belle & Sebastian. A día de hoy no me resisto a esta canción, pequeña y deliciosa: puro placer horizontal que, sin darnos cuenta, nos lleva  30 años atrás, junto a (aún no hemos podido olvidarlos) esos chicos y chicas del mismísimo West End. 15 Line Of Fire – Junip: Junip es el trío integrado por José González, Elias Araya, y Tobias Winterkorn, al primero de los cuales lo conoce hasta el tato, incluso aunque el tato piense que no, que no lo conoce. No sólo por haber firmado dos discos notables, sino porque aún le ha dado para fundar este trío de pop tranquilito, en el que su magnífica voz se ve arropada por un envoltorio más lujoso que el habitual acompañamiento de guitarra de su proyecto personal. (…) La canción no es bonita, no: es que sale propulsada como un cohete, directamente a la carpeta de “Favoritas”. 14 Falling (II) – Lace Curtain: Imaginad una mezcla entre los ritmos sintéticos de Holy Ghost!, las guitarras cristalinas de Lockett Pundt (Deerhunter) en esos inmensos cuatro minutos finales de “Desire Lines“, y dadle por último el ligero baño lisérgico de unos Jagwar Ma a los que una mala elección de las drogas les hubiera provocado bajonazo en lugar de euforia. ¿Suena bien, no? Pues pulsad en el botón de abajo para iniciar la reproducción y veréis que, de bien, nada: esto suena de escándalo. 13 Uncle ACE – Blood Orange: Si en la decadente fiesta nocturna de Adam Bainbridge corre el champagne, aquí son las alusiones a la noche en su vertiente más outsider las que alimentan los bajos gordos del tema: el cuasi-recitado de Haynes directamente parece sacado de una de esas competiciones de voguing retratadas en el documental “Paris Is Burning”, donde travestidos candidatos a la exclusión social (“Not like the other girls“) aspiran a la efímera gloria de una sala de baile. (…) Como repite machaconamente en la azucarada “Time Will Tell” que cierra el disco: “Come into my bedroom“. Ya está, Dev, te saliste con la tuya: nos has llevado al huerto. 12 The Hardest Part – Kisses: No sé qué pasa por la cabeza de Jesse Kivel y Zinzi Edmundson, pero está claro que lo que corre por sus venas son los años 80: los de (me repito, lo sé) “Todo En Un Día” y todas esas pelis de pseudo-Holden-Caulfields de instituto. Y el género me gusta tanto, que, claro, no me resisto (…) “The Hardest Part” tiene algo de todo lo que comentaba en el párrafo anterior, y mucho también ¡sorpresa! de los New Order de “True Faith“. Parece que estemos ante un (leve) giro en la música de los Kisses, y el cambio del pareo y la piña colada por envoltorios más adecuados para ambientes más fríos, la verdad, les sienta de maravilla. 11 Eyesite – Blouse: Desde el segundo uno, ya sabes que esta va a ser una de esas deliciosas canciones que parecen provenir desde el mismísimo más allá. En cuanto entran las guitarras, un ritmo marcial (casi iba a escribir mecánico) se apodera del tema, y las melodías emborronadas por el reverb dibujan signos misteriosos en el aire: caligrafía antigua, rituales secretos, estremecimiento que tiene tanto de placentero como de perturbador. Hay algo, definitivamente, espectral en este tema: algo tan gélido como fascinante que me impele a pulsar una y otra vez el botón de reproducción 10 Reflektor – Arcade Fire: Probablemente estos siete minutos largos en francés e inglés nuncan serán (ni por asomo) tan grandes como  “Contort Yourself“, “Heart Of Glass“, o “Sound & Vision“, pero sí que hay que reconocerles la habilidad para haber sabido capturar un reflejo (del reflejo del reflejo del reflejo, como dice la letra) de todas ellas, y conseguir que aquí estemos todos otra vez, pendientes del sorprendente nuevo disco de Arcade Fire. Saxos indomables, fiebre disco, rock mutante: aún no tengo del todo claro si “Reflektor” es un simple refrito con envoltura deluxe, o una genialidad, pero desde luego ME INTERESA. Y eso, en la cultura fragmentada en la que vivimos, no es poco. 09 The Throw – Jagwar Ma: ¿Os gustan las montañas rusas? A mí me encantan, y creo que la imagen es muy válida para “The Throw“. El primer tercio de la pista es esa subida traqueteante que te va poniendo atacado conforme pasan los segundos, y cuya función es (la anticipación es la mitad de la diversión ¿no?) prepararte para lo que viene después: a partir del 2:40 comienza una vertiginosa caída libre, llena de loops, subidas y bajadas de infarto y, sí, un subidón que durará hasta que el vehículo se detenga. Y claro, se puede ir agarrado al asiento de delante, pero es mucho más divertido si lo disfrutas como esta música exige: con los brazos extendidos al cielo. 08 James – Ex Cops: Una canción re-don-da, de esas capaces de levantar a un muerto. Como unos The Pains of Being Pure At Heart a los que les hubieran rebajado un poco ese rollo tan marcadamente C-86, calienta como un brasero y me pone de muy buen humor, derrite la nieve (y los corazones helados), y hace que durante 2:47 minutos creas que la primavera está un poco más cerca. No nos salvará de nada más que del frío, pero hay que ver cómo lo agradecen, mi espalda, y mi corazón aún adolescente. 07 Side Of The Road – Big Black Delta: Un prodigio de imaginación que convierte a Big Black Delta en el último héroe del synth-pop multicolor: esto suena como unos Midnight Juggernauts puestos hasta arriba de speed, en lugar de darse a la psicodelia alucinógena. Por momentos eufórica, siempre vitaminada, en el puente (ese “Just can’t give you up, I just can’t give you up“) es donde los falsetes vocoderizados más le arriman a la E.L.O, para luego dar paso a un estribillo imbatible: electro-pop deslumbrante. (…) Pese a lo que (casi) todos opinábamos del Auto-Tune, al final el cacharrito hasta va a tener su gracia. Cher, Kanye West, raperos-chungos-onda-latina: ponéos las pilas. Fijaos en Bon Iver, qué partido le saca. O fijaos en Big Black Delta. Así, sí. 06 Falling – Haim: Deslumbra desde su arranque: unos graves retumbantes y una chispeante línea de guitarra de inspiración funk que casi parece robada a los franceses Phoenix te introducen sin darte cuenta en un intachable ejercicio de pop clásico y aires ochenteros, en el que también tienen cabida unos juegos vocales de fábula (esos “Falling, Falling…” rebotando por todas partes como pelotitas de colores, qué delicia). Tan bueno, que no caben dudas respecto a la autenticidad de su propuesta: que me disculpen sus detractores (que los tienen), pero para mí lo de estas chicas está fuera de toda sospecha posible. Ah, la ley del péndulo: tal vez las Wilson Phillips ni siquiera estaban tan mal… 05 Ramona – Night Beds: La culpa es de mi mujer, que me inoculó el virus una mañana, al decirme que había escuchado en la radio una canción muy bonita y pegadiza, a ver si yo la había escuchado. Maldición, es verdad: la brillante melodía de esas estrofas se adhiere a tu córtex cerebral como una lapa, y me temo que no hay forma humana de sacarla de ahí: ésta es una de esas canciones de perdedores que tanto me gustan, de las que sacan pecho ante la desgracia y redime a los pecadores sin caer en sensiblerías de todo-a-cien. (…) Y tú, amada esposa mía, disfruta de este momento, porque por una vez, y sin que sirva de precedente, voy a pronunciar esas palabras: “Tenías razón”. 04 Cavalier – James Vincent McMorrow: Eso no es un falsete: eso es otra cosa. Eso es algo de otro mundo, música supuestamente frágil que sin embargo te aturde con la fuerza de un cañonazo en el diafragma. Aire espirado que te deja sin respiración. La culpa es de ”Cavalier“, claro, de sus falsetes estratosféricos, de las hermosas imágenes en las que se encripta un oscuro significado, y de ese “I remember my first love” que me hace besar la lona. Si hemos de recibir “Post Tropical” atendiendo a este tema que le sirve de embajador, habrá que volver a darle unas escuchas al “Brown Sugar” de D’Angelo, e irnos preparando para el gran sacrificio de adjetivos superlativos, porque 2014 será el año de James Vincent McMorrow 03 Dumb Disco Ideas – Holy Ghost!: Menos pop en el sentido más tradicional del término (me refiero a los típicos tres minutos o la indestructuble estructura estrofa-estribillo-estrofa-estribillo) y más cercanos que nunca a LCD Soundsystem (¿No suena incluso a “Us vs. Them“?), esta canción da pleno sentido al hecho de que el dúo publique sus discos bajo el paraguas de DFA: elástico disco-funk, vocoders y sintentizadores y ese calor analógico que Murphy era capaz de sacar de un cencerro, sonando justo en el momento necesario. Condensa los 12 años de historia del rutilante sello discográfico con mayor eficacia que el reciente y muy recomendable corto documental a él dedicado y, lo que es mejor aún, te pone a bailar como un loco con la (necesaria) sensación de que el futuro sólo puede ser mejor. 02 Entertainment – Phoenix: Ni tan experimental ni tan electrónica como avisaban sus autores, pero es un caramelo insuperable, 100 % sabor Phoenix. Tan vibrantes como en su disco de 2007, y con una mayor saturación instrumental que por momentos parece  acercarles a unos M83 eufóricos, esta canción prometía -desde el segundo en que se publicó- desatar la locura entre los afortunados que pudieron asistir al concierto de Phoenix en el marco del Primavera Sound: empujones, saltos, pisotones e histeria colectiva asegurada ¿”I’d rather be alone“? Ni hablar: me dio una envidia horrorosa no estar ahí en ese momento. 01 Ophelia – Matt Costa: En uno de esos versos que hunden casi tanto como el empapado vestido de la Ofelia shakesperiana, Matt  Costa suplica a su imposible objeto de deseo que le deje pasar con ella tan sólo unas horas. Aunque hay algo de asunción de la derrota en esa petición desesperada, aunque en el fondo hace tiempo perdimos la esperanza, y sabemos que Ofelia se hundió para siempre, eternamente hermosa en su ataúd de agua y flores, y ya no volverá. Vuelvo a darle al play, y me dejo llevar por ese tren que atraviesa campos de maíz, pensando en lo corto que se queda el californiano al calibrar la desesperanza: él se conformaría con que ella le concediera una prórroga al milagro, en la forma de una última noche;  escuchando esta canción, yo lo que quisiera es envejecer a su lado.

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Y eso es todo. Como es habitual, ahí os dejo un intento de hacer una playlist (algo que no resulta muy sencillo cuando tus canciones favoritas no están disponibles en streaming por ningún lado) de las 20 primeras. Un año más, a todos los valientes que han leído hasta aquí: muchas gracias por leer, disculpad los errores, y sobre todo pasad una muy feliz Navidad. No será difícil, con canciones como éstas. Favoritas / Best Of 2013 (1-13) Favoritas / Best Of 2013 (14-20) Favoritas 2013 + Menciones de Honor en Spotify (no están todas las que son, pero sí son todas las que están):

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