¡Feliz “cumpleaño” chiquitina!

Cuesta creer que ya haya pasado un año pero es cierto, Julia está hoy de cumple y, no os creáis, me da pena. Con el primer hijo parece que estás deseando quemar etapas para vivir cosas nuevas, con el segundo disfrutas esas etapas sin prisa pero con el tercero, por lo menos en mi caso, me pone un poco triste pensar que me estoy quedando sin bebé… porque, en principio, aquí nos plantamos, nuestra familia está completa. El primer cumpleaños de mis hijos lo viví las 3 veces con un sentimiento agridulce, con cierta melancolía, recordando el día que nacieron y sintiendo que ese (este) día es casi más mi cumpleparto que su cumpleaños porque, ¿para qué nos vamos a engañar?, no se suele enterar de mucho, el segundo  es otra cosa, ya es su fiesta. Igual os parece un poco egoísta por mi parte pero hablándolo con otras madres creo que no soy la única que lo siento así.

A pesar de que nació grande porque nació casi de 42 semanas (muchas de las que me leéis seguro que recordáis mis agobios), Julia ahora mismo es bastante pequeña. No es cosa mía, para demostraros que no exagero ayer, en la revisión del año, medía un poco menos de 70 cm y pesaba 8,760 kg lo que según las tablas de la OMS elaboradas con niños amamantados la sitúa en un percentil 5 de altura y casi 50 de peso, para que luego digan que la teta no alimenta, delgadita no esté precisamente, jeje. Porque para los que no lo sepáis el 95% de su dieta sigue siendo leche materna, sí, con un año y no pasa nada porque la leche debe ser el principal alimento hasta el año y la alimentación complementaria es eso, complementaria. Hasta pasados los 9 meses no perdió el reflejo de extrusión (el que les hace echar la comida fuera de la boca) por lo que intentar darle de comer era misión imposible. Si se llevaba ella sola cosas a la boca también las echaba fuera, si se tragaba algo era casi por casualidad. Desde hace poco, un mes más o menos, ya muestra algo más de interés por la comida pero la cantidad que come es ínfima así que lo que hacemos es darle un poco de nuestra comida y listo. Afortunadamente trabajo en casa y la puedo amamantar a demanda por lo que sabemos que sus necesidades nutricionales están cubiertas. En este aspecto (como en muchos otros) me tranquiliza mucho la pediatra, dice que no me preocupe, que ya comerá y que la anemia transitoria del lactante es, por definición, transitoria y que solo sería preocupante en el caso en el que la nena estuviera decaída o se pusiera enferma muy a menudo y afortunadamente no es así.

Pequeña pero espabilada y con un desarrollo psicomotor por encima de la media (¿será por el porteo?), se mantiene sentada desde los 5 meses, se pone de pie desde los 6, empezó a gatear antes de cumplir los 7 y se soltó a caminar con 11 a pesar de llevar ya tiempo recorriendo la casa agarrada a muebles y paredes. Nunca la forzamos a nada, sólo le permitimos seguir su ritmo. Su reto actual es subir las escaleras ¡de pie! y no sabéis el rebote que se pilla si se encuentra las portillas cerradas porque ¡menudo genio!, la que nos espera… El tener dos hermanos mayores de los que aprender seguro que ayuda, que ella está todo el día fichando, no les quita ojo y lo bueno es que está curtida, no se asusta fácilmente.

Duerme con nosotros, en nuestra cama, a pesar de que tenemos una cuna adosada que nos viene muy bien para dejar los cojines

y hace varias tomas por la noche de las que prácticamente no nos enteramos, la suelo acostar hacia las 9 de la noche, se duerme a la teta, claro, y amanece generalmente la última, algún día a las 10 e incluso más. Por el día duerme una media de dos horas generalmente en dos siestas a ser posible encima de mami, las dos encantadas, por supuesto. Es dormilona, sí, supongo que necesita recargar pilas de toda la energía que consume a lo largo del día.
¿Y os estaréis preguntando que por qué os cuento todo esto? Pues porque últimamente leo y escucho (todavía) a gente que dice que los bebés a una determinada edad tienen que hacer un número determinado de tomas, de la cantidad de papilla X y a unas horas exactas, dormir en su habitación del tirón toda la noche y a ser posible no moverse mucho para no molestar demasiado. Mis hijos cada uno comió, durmió y se movió a su debido momento, cada uno diferente y lo único que nosotros, sus padres hemos hecho ha sido respetarlo, cada niño y cada familia son diferentes, no hay que forzar nada, todo llega y a veces cuando te vas a dar cuenta ya pasó, disfrutad de vuestros bebés ¡ains qué poco duran!

Y para que no penséis que no me la despego de encima en ninguna de las fotos de esta entradaaparece un portabebés porque no, no se acostumbran ni se conviertan en niños más dependientes, al revés, en cuanto pueden se lanzan a descubrir el mundo

!Feliz cumple, mi pequeña escaladora!