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Flexibilidad: el hábito de liderar con lo inesperado

Publicado el 27 enero 2013 por Valedeoro @valedeoro

la cabeza es redonda para que el pensamiento pueda cambiar de direcciónLas rutinas y los hábitos son herramientas muy poderosas para organizar tu día a día. La creación de hábitos positivos libera energía cognitiva, ya que permitirá que ahora te concentres en las decisiones importantes en vez de torturarte pensando sobre cuando es el mejor momento para ir a correr. De esta forma los hábitos también ayudan a reducir el estrés. Lo conocido y lo esperado suele generar poca ansiedad. Hasta que surge algo inesperado.

¿Tienes la flexibilidad de adaptarte a lo inesperado?

Una nevada genera retrasos inmensos en el sistema de transporte. Tu jefe necesita el informe tres días antes. Mientras tu pareja está de viaje, la niña se pone enferma y no puede ir a la guardería. Te avisan de que hay un comensal celíaco cuando la cena ya está casi lista.

Los mejores hábitos y organizaciones no te pueden salvar de situaciones inesperadas, ni tampoco puedes estar preparado para todas las posibilidades. La vida es más lista que tu e inventará alguna cosa que no hayas podido prevenir. Quizás para ponerte a prueba (a lo darwiniano), quizás para añadirle una pizca de emoción a tu día a día. Lo único que puedes hacer es decidir como encarar estas situaciones inesperadas: ira, desespero, resignación, humor, determinación. Eres tú quién decide.

¡Tranquiiiiiiilo! Evitando el ataque cardíaco.

Parece que la ira y la actividad frenética de encontrar una alternativa de inmediato son las respuestas más comunes. Imagino que al estar haciendo algo (aunque sea discutir con el pobre conductor del tren) reduce la sensación de desamparo en situaciones inesperadas. Al mismo tiempo, sube el nivel de estrés, a pesar de no cambiar la situación. Así que el primer mandamiento debería ser: ¡Respira!

Respira y cuenta hasta 100 si hace falta. Accepta que hoy el día no terminará como lo esperabas, y agradece la oportunidad de aprender algo nuevo. Pocas veces estarás en una situación irreversible. Podrás coger el próximo tren. Quizás la vecina te ayude con la niña. Puedes hablar con tu jefe sobre alternativas. En internet encontrarás recetas fáciles para celíacos. Cuando nada sale como lo habías planificado, quizás lo único que hace falta es dejar de aferrarte a un plan obsoleto y dejarse llevar por la corriente.

Flexibilízate. Poco a poco.

Dejar el control es todo un reto. Es el equilibrio entre tener suficientes hábitos que dan estabilidad a tu día a día, y suficiente espacio para poder improvisar e innovar. Y nuevamente la cuestión se reduce a la búsqueda de espacios: espacio en tu agenda para que no todo tenga que salir perfecto. Espacio en tu casa para poder acomodarte situaciones inesperadas. Espacio y tranquilidad en tu mente para poder lidiar con situaciones novedosas. Estos espacios los puedes crear tu: priorizando tus actividades, despejando el caos, buscando tus pequeños momentos de tranquilidad. Después puedes intentar añadir más elementos inesperados a tu día a día, a solas o acompañada. Exponte a situaciones nuevas, sal de tu zona de conforto. Arriésgate! Y ante la duda, hazlo!


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