Revista Cultura y Ocio

Flipe Glez

Publicado el 05 mayo 2016 por Icastico

Quien te ha visto y quien te ve.

De alias lucías mirusté

porque a todos hacías ver.

Hablas mal de la izquierda,

viniendo del psoé,

o es que no era izquierda

ni tampoco psoé.

¡Ay!, aquellos tiempos,

en que las rosas tenían espinas,

en que los sueños pinchaban,

en la Libertad con tiritas,

para tapar aquella herida,

que apretando el tallo

en la lucha cotidiana

tales daños le causaban.

Felipe González. Con tanto recorte he pillado la manía de recortar y tomo ejemplo en tu nombre: Flipe Glez. Ya retirado te gusta ser ideólogo. Y has añadido sicólogo, sociólogo y con la buena vida “purólogo” de la Habana, de la Cuba de Ultramar, no importa si bolivariana tratándose del buen fumar. De Suresnes al yate. Ya te vemos maniobrar. No te importa. En su tiempo fuiste también podólogo a los pies de quienes más han pisado, pies que supiste cuidar. Sirviendo a quienes dictan seguido, sin parecer dictadura, de manera singular. Conocido por el país de las libertades hasta que alguien filtra sus verdades instalándonos en la duda.

Toda ilusión invertida en la eterna Transición. Para creernos el cuento que te encargaron nos pusiste bienestar. Ahora resulta caro y conviene recortar, también con tu apoyo. No es que resulte caro, es que el negocio es robar y cuando viene de arriba alguien tiene que pagar. Ya no se trata de nuestro bien sino del tuyo y el de los tuyos. Con el tiempo se aprende a valorar el bando más conveniente y defenderlo de forma elocuente, con la misma lengua utilizada cuando hablabas de cambiar. Embaucando, para que suene, que es engañar con sueños y nos hiciste soñar. Gracias de todas formas por el espejismo. Tal vez lo hiciste para irnos acostumbrando a los oasis, que es lo que nos dejaréis ahora a cambio de vuestros Paraísos (fiscales y sin fiscalizar).

De pronto se te da por criticar a las fuerzas de izquierda. La llamas ciega, quizás porque tú tuviste mucha más vista cuando supuestamente militabas en ella. Dices que ahora se hace una política de emociones, sin acordarte de cómo jugaste con la nuestra mientras llorábamos sobre una piel erizada de incredulidad, sintiendo que algo se podía conquistar. Añades que la corrupción en España es un juego de niños comparada con la venezolana, así que supongo que te parecerá bien que nuestros niños se diviertan, que su guardería sean todas las instituciones y poco quede que guardar cuando acaben con sus juegos. Embauca, a quienes se dejen engañar, que mientras tú has echado dientes ha crecido también mi desconfianza. Venezuela, claro, faltaría plus, parece que si no la traes a colación se te acaban los ejemplos, a un hombre que parecía ejemplar, que hacía camino al hablar. Tanto mundo recorrido, Felipe, tanta mano de dictador estrechada, incluso de la de algún presunto genocida para asustarse con Venezuela, aunque ya sabemos lo que te asusta, te asusta que hayamos descubierto que vidas como la tuya nos salen caras y no el estado de bienestar, asusta que queramos abaratarlas, o fumarnos un puro de vez en cuando, o echarnos a la mar, volver a soñar otro rato, sin Rato. Asusta volver a ser compañero. Ahora ya no se lleva la pana, se lleva la Panamá, las amistades offshore. Nunca imaginé que una puerta giratoria diera salida a tanto Paraíso.

De verdad, no sé qué os dan cuando subís de división o qué os quitan cuando bajáis. Amenazáis con lo terrible que son los gobiernos que no gobernáis. Seguramente descubrís verdades aterradoras que no se pueden contar. Y como no se pueden contar hablamos de Venezuela. O volvemos a embaucar.

Sí, yo también Flipo.


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